El lenguaje humano es el producto de descifrar un programa determinado por nuestros genes. Noam Chomsky

Hace poco llegó a mi un artículo del conocido filósofo y lingüista Noam Chomsky en el que exponían su “Teoría del desarrollo del lenguaje”. Según esta teoría de Chomsky el lenguaje es algo innato en el ser humano, y desde la infancia estamos programados con una capacidad innata para la compresión, asimilación y aprendizaje del lenguaje. Incluso habla de un dispositivo de adquisición del lenguaje, lo cual nos conduce a otra teoría: “La Gramática Universal”.

En rangos generales este artículo me hizo reflexionar sobre la poesía como algo innato.

Lo innato hace referencia a una cualidad y/o capacidad de algo que no es aprendido y pertenece a la naturaleza de un ser desde su origen o nacimiento.

Para mí no existe lo innato en el ser humano, incluso el nacimiento es una sucesión de hechos y genética, lo único innato (si es que existe el innatismo en sí) es la muerte como proceso natural de la vida.

El artículo de Chomsky me hizo pensar en la poesía del innatismo, aquella que es innata que simplemente está ahí, simplemente surge. Descarto esa poesía porque al igual que uno aprende a juntar sonidos y leer música, uno aprende poesía leyendo muchísimo a otros. Y el resultado de nuestra propia poesía es un conjunto de todos esos esquemas lingüísticos, sociales, culturales, políticos, económicos y emocionales que hemos adquirido.

La idea de Chomsky sobre que la en la infancia aprendemos el lenguaje porque ya forma parte de nosotros como algo innato, la descarté rápidamente al pensar en esos niños que en ocasiones han sido encontrados en bosques, selvas, encerrados en jaulas o sótanos siniestros, esos niños no han desarrollado el lenguaje ni la comprensión gramatical, verbal u oral. Bien podría ser cierto que esos niños han resultado conocer quizás otro sistema comunicativo más instintivo. Pero de ahí venimos del instinto, no de lo innato.

Con todo esto quiero decir que socialmente nacemos en unas condiciones determinadas sociales, económicas, culturales y políticas, éticas y morales que ya vienen impuestas. Esto se refleja claramente en el lenguaje y en la poesía.

Es el entorno quién determinada el lenguaje, la poesía. No hablaría en ningún caso de innatismo si no de algo ya que existe y nos viene del exterior, digamos pues poesía de la preexistencia.

La poesía de la preexistencia se nutre también del instinto pero sin dejar de lado ni por un solo segundo la lectura como método de aprendizaje, en caso hipotético de tener un método para aprender a escribir poesía recomendaría ese sin dudarlo.

Chomsky da por hecho que todos los niños disponen de un dispositivo de adquisición del lenguaje, justamente esta idea se contradice con su idea de “lo innato”. Quizás el problema actual de muchos niños y adultos es justamente que se ha intentado educar en el innatismo, dando ya por hecho que nacemos con ese dispositivo de adquisición para el lenguaje .

La palabra preexistencia quiere decir existir previamente o con anterioridad.

Todo lo que estamos haciendo actualmente, todo lo que estamos escribiendo ya se a escrito de maneras diferentes, mejores o peores pero ya se ha escrito, lo único que hacemos ahora es transformarlo, reescribir, redescubrir lo ya existente.

La poesía actual está condicionada por una época determinada, por un pasado determinado y quizás hasta vislumbrando de forma quimérica el futuro.

Es una poesía de la preexistencia. Una poesía que se mueve continuamente como un huracán desde el extremo más clandestino, real, único y al margen hasta el otro lado más comercial, internauta y masivo, esa poesía tan volátil que no deja de girar ya ha existido en el pasado y lo único que hace es preexistir en el presente. Incluso me atrevo a decir que hay tanta poesía hoy en día que no sé si algún día alcanzara su innatismo.