ENTREVISTA AL POETA IVÁN GONZÁLEZ, RECIENTE GANADOR DEL I PREMIO INTERNACIONAL ETC EL TORO CELESTE DE POESÍA 2019 con el poemario Algas de un mar aéreo, que saldrá en primavera en edición de 3000 ejemplares y será traducido al inglés y al chino (www.ivangonzalezescritor.com).
¿Qué se siente al ganar un premio de poesía con el que le van a publicar 3000 ejemplares y traducir al chino?
Es una rara avis, ¿verdad? Mucho agradecimiento porque un jurado de personas tan solventes me haya concedido este premio sin conocerme personalmente de nada. Me emocionó que todo un premio Loewe, como Álvaro García, me llamase al móvil para darme la buena nueva. La poesía no necesita de interlocutor, el poeta sí.
¿Cree que el mundo actual necesita la poesía?
Mire a su alrededor y obtendrá rápida respuesta.
No va a contestarme…
Lo estoy deseando: un mundo donde todo es profiláctico, políticamente correcto, hipervulnerable a la verdadera diversidad de pensamiento, maniqueo hasta la náusea para agilizar el consumo, necesita internarse en la UCI de la poesía a diario.
Sí, he leído por ahí que no le gusta demasiado el mundo moderno…
Y no por la gente, que en sus sentimientos suele ser la misma que en otras latitudes y épocas. El ser humano apenas ha evolucionado. Eso es cansino y tranquilizador. Lo que más me gusta del mundo moderno son los avances médicos. Muy fan de ellos (Risas).
Ya sabe que quiero que me diga lo que no le gusta…
Lo resumiré en una frase muy española: el mundo moderno es un hortera de playa.
¿Por eso se refugia en la poesía..?
Es que la poesía la busca el ácrata, el niño y el esteta.
¿Qué tipo de poesía lee?
Leo de todo, para formarme ––que es un proceso inacabable––, pero si me pregunta cuál es la poesía que más me gusta, le diré que una similar a la que trato de escribir. Lejos de las interjecciones, de las abstracciones filosóficas, de las grandilocuencias morales o grandes causas; una cercana al corazón pequeño de uno mismo, empapada de nostalgia y autobiografía.
¿El poeta es un ser más imaginativo que el novelista?
Depende de qué poeta y de qué novelista. Yo, por ejemplo, no me considero un constructor de mundos sino más bien ese pescador de la novela de Hemingway que va cada alba a atrapar el marlín de lo cotidiano para transformarlo en algo más pulido y estético. Cuanto más envejezco me cuesta más tomarme en serio la ficción y me acerco con más avidez a lo autobiográfico. Todos mis caminos me conducen, como ve, irremediablemente, a la poesía.
Tendrá una vida plagada de aventuras para poder escribir sobre lo propio no inventando otros mundos…
En absoluto. Llevo una vida austera, sencilla y disciplinada. Una vida de poeta nada bohemio. Cualquier existencia, por convencional que sea, si se observa con cierta sensibilidad, puede ofrecer perlas en el fondo de un mar de rutina.
También he leído por ahí que no cree en el compromiso de la poesía. Supongo que poetas como Gelman o Celaya le hubieran retirado la palabra…
No hago vida social de poeta. Ya sabe: leer versos con las manos sudadas por recitales, charlas sobre la creación literaria con colegas… aunque algunas fuentes me han dicho que en muchas ocasiones en esos conciliábulos caen auténticos puñales… Mi vida de poeta se basa en mirar a mi hijo, mi pareja, y un montón más de personas que no amo pero que en numerosas ocasiones me suscitan emociones que luego traduzco en palabras. Pero respondiendo a su pregunta ––la poesía es digresión, siento no andar muy periodístico para usted––, me hubiera gustado charlar con esos poetas que menciona, y en general con todos los grandes, independientemente de su manera de pensar o de escribir, porque seguro que tendrían cosas interesantes que enseñarme. Yo creo que la poesía es el terreno ideal para la flexibilidad de pensamiento, la libertad de conciencia y la búsqueda artística de una palabra más esmerilada que la cotidiana. Yo, en la poesía, me olvido de las ideologías. Para mí la poesía, el arte en general, es el territorio perfecto para que las personas convivamos sin etiquetas. A mí no me gusta escribir sobre lo que creo sino sobre lo que siento.
¿En qué cree usted?
En las anchas y silenciosas bibliotecas que no juzgan y que enseñan cada día la riqueza de un instante de verdad y belleza. En esos amplios relicarios de tinta y papel puedes ver todas las luces, sombras y fosfenos que vislumbras, pierdes, olvidas o recuerdas cuando vives.
La poesía por encima de la vida…
Ambas son indisolubles, pero si quiere que puntualice: creo que la poesía perfecciona la vida, la mejora, la sutura, la redime de algún modo, aunque solo sea un instante, ese instante que no es el de la perpetuidad ––patética aspiración–– sino el del trabajo creativo.
Muchas gracias por su tiempo y sus respuestas y felicidades por el premio.
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