Lluís Calvo i Guardiola (Zaragoza, 27 de mayo de 1963) es un poeta, escritor y ensayista catalán que vive en Sant Cugat del Vallès. Trabaja como técnico cultural y colabora habitualmente en medios de comunicación y en revistas culturales (como el Diari de Barcelona, Avui, El País, Descobrir Catalunya, Caracters y Rels). Se define como ecléctico, y entiende la poesía como una manera de entenderse a sí mismo, de experimentarse y de reinventarse constantemente. Su obra ha sido traducida al español, italiano, francés, portugués y al polaco. Ha escrito novela, ensayo y 16 libros de poesía. Ha ganado diversos premios literarios.

En 2003 inició, junto a Pedro Valdeolmillos, la página web Epímone, dedicada a la ciberpoesía, que se ha convertido en un referente internacional en lo que respecta a la exploración de nuevos lenguajes y escrituras.

La poesía de Calvo es, a veces, dura, áspera. Reflexiona sobre el papel del lenguaje; la naturaleza también es otro de los temas centrales en su poética.

El crítico Joan Triadú calificó a Calvo como un “faro del siglo XXI y representante de la vanguardia que continuamente vuelve a comenzar y se vuelve a hacer en cada obra”. También el crítico y estudioso Jordi Marrugat ha hablado de la obra calviana como una poesía que va desde la llamada poesía de la experiencia hasta el collage brossiano, el juego visual y la experimentación, siendo el principio de diversidad artística el fundamento de su poética.

Un poeta muy interesante y no suficientemente conocido fuera de Catalunya. Poémame, en su afán por dar a conocer la poesía sin fronteras os recomienda su lectura. Para saber más de Lluís Calvo i Guardiola.

¿Podría usted contarnos un poco de su vida y actividad literaria?

Publico desde el 1987, por lo tanto son treinta años de trayectoria literaria. Este otoño ha aparecido Llum a l’arsenal, una antología que recoge cien poemas de toda mi producción literaria. David Jiménez i Cot se ha encargado de la selección y Jordi Marrugat ha escrito el prólogo. También he escrito ensayos y novelas. Mi vida se alimenta de la literatura y al revés, son núcleos que se anudan, crean ecos y se confunden. Todo esto crea un rastro en forma de texto, de discurso.

¿Cuáles fueron sus primeras lecturas poéticas y qué autores le influyeron?

De niño no me gustaba la poesía, la encontraba afectada y cursi. Mis primeras lecturas poéticas se centraron en la generación de los 70, con autores como Maria Mercè Marçal, Miquel de Palol, Miquel Desclot, Jaume Creus… También Brossa y Foix. Y autores castellanos: Machado, Guillén, Hernández, Alonso, Aleixandre, Salinas… Salinas fue una influencia muy grande en mis inicios.

¿Cómo definiría a su poesía?

El día que pueda definirla dejará de ser poesía. Porque la poesía es la incógnita, aquello que me lleva a un lugar desconocido, al idiolecto, a lo escondido y sorprendente de uno mismo. Por lo tanto, la definición siempre está en el interrogante.

Cap altra funció,

cap altre èxtasi,

cap estètica retuda als lladregots del cor.

Ni cap elevació que no ens taqui

la pell amb el polsim del viure.

-Fragments del poema ‘Al castell de Quermançó retrobàrem l’albada’. Del llibre Talismà (LaBreu, 2017)-

¿Cree que el poeta “evoluciona” en su escritura? ¿Cómo ha cambiado su lenguaje poético a lo largo de los años? 

Digamos que he viajado desde un cierto realismo y simbolismo hacia formas experimentales y crípticas. Pero como ha subrayado el crítico Jordi Marrugat estas tendencias están continuamente revisitando mis poemas, no son formas que se abandonan y a las que no se vuelve jamás. Me gusta el tránsito entre las referencias muy directas y el territorio en que el lenguaje es la única realidad. De hecho cualquier forma de realismo ya implica una mirada en cierto modo autoreferencial, ya que somos nosotros mismos quienes construimos la realidad. No existe substancia sin observación.

¿Cómo siente que un poema está terminado y cómo lo corrige?

El primer esbozo del poema siempre es rápido, muy instintivo. Dejo que el poema me lleve donde él quiere. Después hay un trabajo muy intenso de corrección. Escribo en libretas y corrijo en ordenador o en papeles impresos.

Vàrem penjar poemes

enmig dels murs

i hi meditàrem.

-Fragments del poema ‘Al castell de Quermançó retrobàrem l’albada’. Del llibre Talismà (LaBreu, 2017)-

¿Cuál es el fin que le gustaría lograr con su poética?

El fin siempre es dialéctico. Se anda andando.

El poema exerceix la funció del batall

que desperta els veïns a l’alta nit.

-Fragments del poema ‘Al castell de Quermançó retrobàrem l’albada’. Del llibre Talismà (LaBreu, 2017)-

¿Qué lugar ocupa, para un poeta como usted, las lecturas en vivo?

En Cataluña ha habido un auge de los recitales, tenemos rapsodas impresionantes, slamers buenísimos. Yo hago lo que puedo, desde un estilo propio de decir los poemas, en que no importa tanto la técnica, que no poseo, sino la intensidad y la individualidad de la voz. En este sentido soy punk: tres acordes y basta, no aspiro a florituras técnicas que no domino. Me gusta recitar en público, pero sigo pensando que la lectura íntima es el acto primordial de la comprensión y del goce poético.

¿Qué opina de las nuevas formas de difusión de la palabra, ya sea en páginas de Internet, foros literarios cibernéticos, revistas virtuales, blogs etc.?

Me parece un aspecto fundamental. A mí me han facilitado mucho las cosas, no solo desde el punto de vista de la difusión, sino también del contacto con otros poetas y del conocimiento de otras voces. La poesía se mueve en lo subterráneo –si exceptuamos los poetas de supermercado-, por lo tanto defiendo una literatura hacker, infiltrada en el sistema con el fin de subvertirlo.

¿Podría recomendarnos un poema de otro autor que le haya gustado mucho? 

Cualquiera de Poteaux d’angle de Henri Michaux. Pero la lista sería muy larga: Foix, Vinyoli, Ashbery, Ferrater, Quasimodo, Montale, Eliot, Hac Mor, Rilke, Tomaz Salamun, Charles Simic, Manoel de Barros, Bishop, Stevens, Novalis… En castellano, con motivo de un viaje reciente a Perú y Bolivia, he leído autores muy interesantes, como el chileno Héctor Hernández Montecinos, el peruano Odi Gonzales o el chileno-boliviano Fernando van de Wyngard.

¿Qué libro está leyendo en la actualidad?

He acabado Informatique celeste del filósofo francés Mark Alizart y he comenzado Jardí vora el mar de Mercè Rodoreda, en la edición original de 1967.

¿Qué consejos le daría a un joven escritor/escritora que se inicia en este camino de la poesía?

El mismo que daba Foix: leer mucho. Y ser valiente, hacer lo que te dé la gana. Porque solo la singularidad, el nominalismo del discurso único, dará paso a la creación de la propia voz.

¿Cómo ve usted actualmente la industria editorial?

Veo editoriales independientes, que actúan con valentía y criterio literario. Y veo también grandes empresas que destruyen la cultura, con su búsqueda del éxito fácil, de los libros de consumo, conectados con la moda y la actualidad, libros de los que nadie se acuerda al cabo de unos meses y que responden al más rastrero oportunismo. Hay lectores que buscan la ratificación de lo conocido. No me dirijo a ellos.

¿Cuál es la pregunta que le gustaría que le hubiera hecho y no se la he hecho?

Justamente ésta. Pero la acaba de formular. Y en cualquier caso muchas gracias por la entrevista.

Acabamos la entrevista con dos lecturas de dos poemas de Lluís Calvo i Guardiola leídas en momentos diferentes en la sala Horiginal de Barcelona. La primera, ‘L’hort de la reina i l’hort del cant, por el cineasta Albert Serra y la segunda por el propio poeta, Rondalla de su libro Llegat rebel.

Y a vosotros, lectores, esperamos que hayáis disfrutado la entrevista y gracias por haber llegado hasta aquí.

BIBLIOGRAFÍA POÉTICA

Veïnatge d’hores (1987)
A contrallum (1989)
Vida terrenal (1991)
Jardí d’una ciutat deserta (1992)
La llunyania (1993)
El món que respirava pels ulls (1996)
L’estret de Bering (1997)
Opus spicatum (2000)
Omissió: l’u de la u. (2001)
El buit i la medusa (2002)
La tirania del discurs: protoversos i electropoemes (2003)
Andrómeda espiral: els bumerangs de Villa Chigi (2005)
Al ras (2007)
Última oda a Barcelona (2008)
Cent mil déus en una cau fosc (2008)
Col·lisions (2009)
Estiula (2011)

PREMIOS POÉTICOS

Amadeu Oller de poesia, 1987
Miquel Martí i Pol de poesia, 1988
Miquel de Palol de poesia, 1990
Salvador Espriu de poesia de Calafell, 1991
Mercè Bayona de poesia, 1992
Josep M. López Picó de poesia, 1995
Joan Alcover de poesia, 1996:
Maria Mercè Marçal, 2000
Flor Natural als Jocs Florals de Barcelona, 2002
Rosa Leveroni de poesia, 2007
Vicent Andrés Estellés de poesia, 2009
Premi Crítica Serra d’Or de poesia, 2012