José Robles (@Jose_Robles) trae a Poémame una poesía para subsistir en una realidad que a veces se torna surrealista.

Y es que qué mejor remedio que sus versos para sobrevivir en el laberinto de los pensamientos que se esconden en la cotidiana vida de la que somos pasajeros. José nos contagia con una poesía compleja y, sin caer en la confusión, nos adentra en un sinfín de historias mediante un mensaje sencillo y claro, vivir para subsistir.

De cómo plantar un globo y no llorar en el intento (Poesía para la mera subsistencia)

Se desangra la letra
en impertinentes laberintos
de estéticas burdas,
o certeras.
En autovías de pensamiento sin quitamiedos.
En expositores de sensibilidad en trágico desborde.
En las más que absurdas buhardillas
llenas de objetos y palabras viejas,
y en oscuros sótanos con cadáver escondido,
con miles de cajas de cartón cubiertas de polvo,
llenas de inválidas ideas,
que me impregnaron.
Y de las que no consigo desentenderme
ni un solo momento.
Ni tampoco deseo dejar de soñarlas. Boquiabierto.
Se desangra la letra.

Pero tengo en casa a mi fiel compañera.
Una macetilla pequeña encima de un mueble.
Es preciosa,
y buena gente.
Si yo no me meto con ella, ella me respeta
y me deja vivir tranquilo mi vida.
Lo sabe todo de mí, pero alardea de prudencia.

La sonoridad de su poema “Seis lunas” nos entrega alegrías y deja un grato sabor de boca por sus cálidas y sencillas estrofas que envuelven su lectura hasta el final:

Seis lunas

Caliente caliente
como agua de la fuente.
Poemas, estrofas, letras.
Versos contracorriente.

Tres de Pi
cinco de cuatro.

Ojos de fuego.
Beso amargo.

Seis lunas
miran al gato.

Rosa tronchada.
Mudo el piano.

Tres de Pi
cinco de cuatro.

Seis niñas
mira el gato.

En su poema “SN4 (no es una fórmula)“, José nos regala unos versos únicos y originales, carismáticos y fáciles de leer, pero que no por ello carecen de un mensaje que, en su cotidianidad, nos lleva a reflexionar desde el surrealismo más audaz de su poesía.

SN4 (no es una fórmula)

Maldiciendo el barro,
el olvido, o el recuerdo.
¡Que sé yo!
Cogiendo el bus
o encogiendo,
y no bajándome nunca.
¡O bajiéndo!

Vueltas. Mas vueltas.
Y vueltas.
A absurda velocidad
como de estar parados.
¡Corriando! ¡corriendo!
Viéndola pasar
¡O viviando! ¡o viviendo!

¿Las otras? ¿La mía?
¿La veo?
Apenas veo nada.
Vida ciega, de enceguecida.
Comprometida,
con la pura existencia
inconsistente
pero inconsciente
sin consistencia, sin consciencia
solo maquiavélicamente viviente.

Si tuviera que escoger un poema, me quedo con “Reincidencia”, me gusta su mensaje valiente y real en un surrealismo que nos acompaña todo el tiempo.

Reincidencia

Mientras dormito
escucho los sonidos
y no puedo dejar de ver
y oír
tanto cuerpo destrozado
por bombas, balas y metralla
con sus correspondientes gritos
y aullidos.
Y estoy sentado en un hot dogs
cerca del mar
en una playa de un desasosegado
pueblecito pervertido.
Sentido amordazado por tres asesinas
palabras:
No te quiero.

NECESITO DESCUBRIR quién eres
realmente.
O más exactamente QUE FUISTE.
Sigue siendo inhóspito e inhabitable
para seres muertos como yo.
Como todas las acostadas desde más de mil años
me duermo, o eso creo, con la vista infiltrada
en el inmenso agujero negro, como cabeza de alfiler.
Una galaxia cercana se ha desplazado
un trillón de años luz. Desde ayer.

Empiezo a soñar.
Y sueño que quizá, después de todo
hasta puede que sea una persona normal.
Siento un tremendo escalofrío. Es ya hora
de despertarse antes de que en verdad
me duerma.

Y es el amanecer del mismo día.
¡Venga chico! me grita
¡Sin miedo!
¡ahí, esos valientes!
¡conquistadores de reinos con princesas desvalidas!
Vamos a vivirlo otra vez.
¡Ánimo, que solo son 24 horas!
Todo, y más aún, me grita la mujer china
de al lado del hot dogs
empeñada en cazar las águilas al vuelo
con sus finos palitos de comer.

Que la poesía siga siendo la mejor catarsis para la vida. José Robles lo entiende así, y lo plasma en cada uno de sus versos con extraordinaria alegría.

De qué hablamos

Según los expertos
en el juego del amor
existen tantos amores…

Amores a través del tiempo
y lejanos, en la lejanía
los que cruzan mares
y fronteras
amores en estado puro
y algunos de puro saldo.
Los menos,
enredados en una canción.

Luego está el que yo siento.

Según los expertos
sin clasificación.

Estoy dispuesto
a pasarme la vida entera
dándote
una explicación.