Felipe Camino Galicia de la Rosa, más conocido como León Felipe, nació en Tábara – Zamora – España el 11 de abril de 1884 y murió en Ciudad de México el 18 de septiembre de 1968.

A caballo entre la generación del 98 y la del 27, por su situación histórica está más cerca de la del 98, pero se le consideró dentro de la del 27 por tener más afinidad con este grupo.

León Felipe fue un poeta de estilo muy personal, con una poesía difícil de calificar, de la que se dice que es un canto a la libertad. Una poesía plagada de cierto énfasis religioso popular pero anticlerical, independiente de todas las corrientes literarias de la época y por ello difícil de encajar en un estilo específico.

Como lectora, destaco ese grito por ser libre, una poesía que es casi una conversación con la vida, un deseo o necesidad de exponer las cosas de manera distinta a las convenciones de la época y a lo preestablecido. Un grito de humanidad,  por y para la humanidad. Una necesidad de reivindicar la independencia del ser humano con respecto a organizaciones o políticas. Su vida de hombre inquieto y trashumante (primero por el teatro y después por el exilio), le llevó a vivir y estar en muchos lugares, de ahí que su poesía tengo poco de patria y mucho de mundana.

¿Y si la historia no la hiciese el reloj?

 Ni el de la cocina ni el del parlamento…

 Si la Historia, señor Profesor…

 no la hiciese el tiempo.

Tiene carácter y fuerza, reivindicativa, plagada de voz clara y pocos adornos.

Escucha…

escucha esa ruido de alas rotas…

¿de dónde viene ese ruido…?

¡Oh, el hombre, el hombre!

Y esa mirada de candor y de súplica…

¿de dónde viene esa mirada…?

¡No hay luz!

¡Oh, el divorcio lascivo

de la arcilla y el viento!

Farmacéutico de profesión para conformar a su padre, León Felipe recorrió el país como cómico en una compañía de teatro. Republicano. Admirador del poeta estadounidense Walt Whitman, considerado el padre del verso libre, quien escribiera el “Canto a mí mismo”, del que León Felipe realizó una traducción y una paráfrasis en 1941.

Aquel que camina una sola legua sin amor

camina amortajado hacia su propio funeral.
– Walt Whitman

Permaneció tres años en la cárcel de El Dueso, Santoña, Cantabria, por desfalco.

«Viví tres años en la cárcel… / no como prisionero político, / sino como delincuente vulgar…»

He dormido en el estiércol de las cuadras, en los bancos municipales,

he recostado mi cabeza en la soga de los mendigos

y me ha dado limosna —Dios se lo pague—

una prostituta callejera…

Viajó a México en 1922 con una carta de Alfonso Reyes poeta, ensayista, narrador, diplomático y pensador mexicano-  que le abriría las puertas del ambiente intelectual mexicano.

El 6 enero de 1968, obsequiaba el poema Carta de viaje a “su pequeño amigo Benito, el Ángel del acordeón”, hijo menor de Luis Echavarría, que más tarde sería elegido presidente de México (1970). El manuscrito de este poema se conserva y comienza así:

Del libro «Puesto ya el pie en el estribo»

Pero de este proyectado libro solo pudo escribir apenas unos pocos poemas. Murió en el país que lo acogió, en la Ciudad de México, tan sólo unos meses después.

He tenido que llegar a la vejez

para averiguar que el poeta

es un payaso….el payaso.

¡el gran payaso! (¿o el payaso es el poeta?)

¿Cómo no me fijé antes?– El payaso, León Felipe

Paso ahora a dejar  7 poemas suyos, para que conozcáis un poco más su obra.


COLOFÓN

Luz…

Cuando mis lágrimas te alcancen

la función de mis ojos

ya no será llorar,

sino ver.

CON LAS PIEDRAS SAGRADAS

Con las piedras sagradas

de los templos caídos

grava menuda hicieron

los martillos

largos

de los picapedreros analíticos.

Después,

sobre esta grava, se ha vertido

el asfalto negro y viscoso

de los pesimismos.

Y ahora… Ahora, con esta mezcla extraña,

se han abierto calzadas y caminos

por donde el cascabel de la esperanza

acelera su ritmo.

GLORIA

Y la Gloria última,

la vida celeste….

¿no será el triunfo de la materia

y de la forma

que vuelve a hacerse

luz y espíritu otra vez?

LA NADA Y LA ETERNIDAD

Si la Agonía,

el vestíbulo de la muerte

de donde no ha tornado nadie

nunca tampoco… Si la agonía

no fuese más que un sueño,

un dulce sueño…

el último sueño

en el que, ya, sin angustias

ni dolores

vemos una lucecita

alumbrando dulcemente

la vida celestial… La vida celestial

que se pierde en la Nada

y tiene la misma fuerza que le Eternidad…

Porque la Nada… ¿no es la Eternidad?

Y la Nada y la Eternidad

¿no son un dulce sueños?

Reclinada mi cabeza

sobre la almohada vacía de la Nada

sueño con la infinita Eternidad.

REVOLUCIÓN

Siempre habrá nieve altanera

que vista el monte de armiño

y agua humilde que trabaje

en la presa del molino.

Y siempre habrá un sol también

un sol verdugo y amigo—

que trueque en llanto la nieve

y en nube el agua del río.

DAME TU OSCURA HOSTIA

No te apiades de mí, luz cenicienta.

Dame tu oscura hostia, tu último pan…

Un sueño sin retorno y sin recuerdo.

Déjame hundirme en ese pozo negro,

más abajo del limo y de la larva…

Donde la vida es un fantasma verde

que nadie vio jamás.

SÉ TODOS LOS CUENTOS

Yo no sé muchas cosas, es verdad.

Digo tan sólo lo que he visto.

Y he visto:

que la cuna del hombre la mecen con cuentos,

que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos,

que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,

que los huesos del hombre los entierran con cuentos,

y que el miedo del hombre…

ha inventado todos los cuentos.

Yo no sé muchas cosas, es verdad,

pero me han dormido con todos los cuentos…

y sé todos los cuentos.


Referencias

Los datos biográficos y algunas reseñas han sido extraídos de dos de sus libros editados por Visor poesía: Traducción de “Canto a mí mismo” y “Puesto ya el pie en el estribo y otros poemas” (libros de mi biblioteca personal) y de la Wikipedia.