Isabelle Lévesque nació en Andelys, Normandía. Es poeta y crítica.
Colaboradora de Quinzaines (La Nouvelle Quinzaine Littéraire) de poesía contemporánea, también escribe artículos para las revistas Europe, Terres de Femmes, Diérèse, Terre à ciel…
Fue galardonada con el Premio Internacional Yvan Goll de Poesía Francófona 2018 por ¡Voltige! (L’herbe qui tremble, 2017). Sus últimos libros publicados: Chemin des centaurées (L’herbe qui tremble, 2019), En découdre (L’herbe qui tremble, 2021)
Para un copo disperso
Cesa el tiempo.
Estamos preparando
un nuevo mundo.
*
Nieve y estatua por la tarde.
La sombra esconde el copo de piedra.
Cautiva la mirada y los pliegues calcáreos
– ¿se estremece? Figura erguida.
Mirando fijamente. Los ojos oscuros dispersan el hielo.
Se ha disipado.
Los huecos el agua la arena,
el fino polvo invita a meditar.
*
Aquí estamos cerca del bosque.
Naturaleza cortada, jardín ordenado.
El verde aleja la piedra
y la primavera de musgo todavía aguarda.
Cruzando la escarcha, el blanco mira al cielo.
Incomprendido. Efímero.
Su renuncia llegará
tarde o temprano.
*
La estatua ya no es más
que un vestigio. Blancura.
Forma y curvas
rodeando lo que queda.
La mujer adivinó.
Un abrazo de brasas
pasado.
El modelo y sus gestos redondos
para las manos.
Traducción del francés al español por Mariela Cordero
Foto por Michel Durigneux.
la retorica caricia…
recónditos rincones de la mar
encubren antiguas fechorías,
apaleadas letras en la arena
equivocadas y tan terrenales,
complices de sal en tus labios
esos besos conjuran espuma,
hincados en la densa levedad
de alguna fugitiva madrugada,
habría que civilizar tus ruegos
pues tus pulsos me intoxican,
lo tienes bebiendo de tu boca
esparcido tanto desconsuelo,
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