Juan Carlos Mirabal. Poeta y fotógrafo nacido en Cuba. A los veintidós años publicó sus primeros poemas en su país natal, poco tiempo después emigró en balsa a los Estados Unidos. Poemas suyos han aparecido en revistas culturales impresas y en medios digitales en USA, España, México y en diferentes antologías.

Tiene publicado el libro de poesía “Rehén de las olas” con la editorial Cambridge BrickHouse, el cual presentó en la edición 37 de la Feria del Libro de Miami 2020 y “Conjuro de Diamante” con la editorial Primigenios. Reside en Miami con su esposa y sus tres hijos.

Endecha imprecisa

Mis animales te esperan con la misma sed.

Llegas a la noche como a un espejo,

te lo quitas todo menos la mirada.

Desnuda guardas un sol para comerse.

Desapareces,

conoces de luna a sol mi propio barrio.

Yo despierto como un velero en la frente de un preso

o el fruto en el aire

que sabe su destino.

Despierto.

Ríos oscuros atraviesan el péndulo de la noche.

La noche me mira como un ojo

y en su muro el sueño se destiñe.

Luz desnuda

Soy en tus brazos de un tiempo que no termina.

Florezco como un pez encendido entre tus columnas.

Viajo al sol en vísperas de lluvias

cautivado por la sed que me regalas.

Deletreo tu gema ardiente de indócil algarabía

en un mar sin cruz ni tiempo

y aprendo tu idioma entre silencios.

La noche en ti se detiene y se hace camino.

Mi sangre en tu nombre viaja adentro

como el sueño de un árbol.

Gotas de luna hincan tu pisada

de esbelta luz desnuda.

La noche, como un piano entre ríos,

se sumerge en esta fiesta de niños

y entretiene a la muerte

que todo lo penetra.

En tu dorado carmesí

me anega un fuego sin arrugas.

Me extingue el éxtasis

que me multiplica. 

                                      

Sin óleos de sol

                                                           Ya todos los caminos están cerca.

                                                                                               J. L Borges

¿Cómo puede un ciego amar el laberinto

la opaca puerta escondida del espejo,

sin óleos de sol que alumbren el recinto

donde nacen y multiplican los reflejos?

¿Puede acaso sin brazos en lo hondo

remar la sombra que lo extingue e invade,

enclaustrado en los sonidos que persuade

un mundo fantasmal sin color ni fondo?

Tiene el ciego un alma que no cabe

en los espacios irrepetidos que traspasa

como un rayo de luz o como un ave,

que el fuego de su imaginación rebasa,

siendo su vasto corazón la casa

de invisibles caminos que el que ve no sabe.

Estos poemas pertenecen al libro Rehén de las olas, Cambridge BrickHouse, Inc ( 2019)


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