Luis Gilberto Caraballo

Paul Auster, el cineasta y escritor estadounidense expresó: “La experiencia del poema no reside en cada una de las palabras, sino en la interacción de esas palabras, la música, los silencios y las formas”.  Se podría decir que Luis Gilberto Caraballo (Caracas, 1962), adhiere su praxis poética a esta máxima de Auster. En su obra poética de más de tres décadas, Caraballo muestra la interacción de las palabras a través de imágenes muy elaboradas; sabe qué la poesía es música, eufonía; aprecia el silencio o los silencios como contrapeso de las palabras; y cultiva las diferentes formas de expresión poética.

Esto es lo que vengo a señalar en la reseña de su último libro publicado por la Sultana del Lago, Celajes de la noche (2022). Desde su título hay un juego o interacción con las palabras. Celajes son esas nubes tenues en el cielo pero en este título aparecen en la noche.

En el lanzamiento virtual de Celajes de la noche, el 13 de febrero de este año, el propio Caraballo asigna valores simbólicos a estos términos, denotando la importancia de la interacción de las palabras en su poesía, como diría Auster. En ese lanzamiento y en esa entrevista con el editor del libro Luís Perozo Cervantes, el venezolano define el celaje como y cito: “un rapport, una conexión, un resplandor, un soplo”. Y apuntaba que la noche es de gran significado en el proceso creativo y que entendió esta importancia desde niño cuando visitó las ruinas mayas en México.

Así pues Celajes de la noche, es para este autor “un rapport, una conexión, un soplo, un resplandor”, que él siente en la noche, que es tiempo privilegiado en su poesía para la creación. Algo que he visto en mis lecturas de su poesía a lo largo de año y medio.

Citaré fragmentos de poemas de este maravilloso libro y los relacionaré con la poética de este autor. En el poema que abre el libro, “Celajes del mirar”, escribe: “Veo en la noche/celajes del canto de una memoria/boscosa, me persigue con los pasos”. Ya en estos exquisitos versos, Caraballo introduce el símbolo de la noche. También el tema de la memoria que es tan importante en su poesía. Para este escritor, la poesía es, entre otras cosas, memoria de algo trascendente que él intenta recordar, asir, plasmar por medio de la palabra. Y se ve en estos versos la importancia de los símbolos de la música. De hecho, en esa entrevista con Luis Perozo Cervantes, Caraballo definió la poesía “como una variante más de la música”. Es importante señalar que este prolífico escritor es, además, pintor y sabe música.

Continúa el poema “Celajes del mirar”: “No siempre puedo ver todo/si se alza la mirada entre la/arboleda son algunas/de las hojas las que alcanzo./Si escucho las voces en el pasillo/del silencio./Si encuentro un jardín en aquella/nube abandonada, quieta en lamento”.

Se puede ver ya en el poema que abre este libro la poética de este autor: el juego o la interacción con las palabras, la transmutación de esas palabras en símbolos o imágenes, la importancia de la música y el silencio en su lírica.

En otro poema, “Atenazado de voces” se puede observar la brillantez de la imagen en la poesía de Caraballo. La concepción de la imagen en este autor venezolano ha llamado la atención de Antonio Miranda, de Juan Ramón Jiménez Sánchez, que habla de su imagen como rizoma, y de Gabriela Moreno, que ha visto su imagen como caleidoscopio o mosaico. Este autor engarza imagen con imagen como puede verse aquí: “Atenazado a las voces,/como solo el árbol a la medianoche/oye el murmullo de la savia/entre sus ramas, el Arpa/del viento sopla/sinfonía de nubes./Las hojas desnudan a la luna verde/risueña cuelga”. Crea casi una pintura con sus palabras.

La importancia de la música en la poética de este autor se puede ver en su poema “Inhalo de todos”. En él alude al jazz, al joropo venezolano, al tango, al blues. Ya dejé sentado que Caraballo sabe de música pero hay que recordar que hizo estudios en el prestigioso colegio Emil Friedman de Caracas que daba un gran énfasis a este arte.

Por otro lado, y con referencia a la importancia de la música en este libro, Caraballo escribe poemas o bien con un juego lúdico con las notas musicales o un poema dedicado al trinar de las aves. La música, el sonido, la eufonía son piezas imprescindibles en la poética de este autor.

Citaré también un poema dedicado al silencio. Como Auster, como Caraballo, veo al silencio como un espacio entre las palabras que existe tanto para el lector como el autor. Expresa en “Celajes del silencio”: “Hay veces que miro/al silencio y busco/alguna puerta,/y busco en el aire/en la brisa anida en mi piel/Busco en la lluvia, en las gotas y el columpiar/alguna llave./Miro el celaje,/Otra vez el silencio dormita”. Qué poeta tan refinado que como Art Garfunkel y Paul Simon busca “The Sound of Silence”. No sólo lo qué hay detrás de la palabra sino lo que hay detrás o dentro del silencio.

Finalmente, quiero aludir a la tercera sección de este libro titulada, “Celajes del tiempo”. La imagen principal que surge en esta sección es la mula verde. Tal como explicara Caraballo a Perozo Cervantes, la mula verde puede ser símbolo de la esperanza, la naturaleza, la paciencia, la tenacidad, el proceso creativo, el tiempo mismo, añadiría yo. Quizás esto tiene que ver también con la forma de la que hablaba Paul Auster. Dar imagen, forma a una idea: “De dónde vienes/mula verde si traes/los pergaminos de Ramses/sobre el lomo, se ve a Guiza/esculpida/rota en su imperfección”.

Con este poema, este escritor venezolano no sólo da sentido al concepto de la forma sino que también apunta a algo muy propio de su poesía, a hacer un vínculo entre el presente y el pasado; tender ese puente que une a su poesía con el origen de esta, que ve en la poesía de Egipto. Un poeta que es tan venezolano como universal. Y está anclado tanto en las vanguardias poéticas de Latinoamérica y Europa (sobre las cuales demuestra un gran conocimiento) como en la poesía más antigua.

Celajes de la noche es pues un libro con gran brillo en la imagen y la metáfora, con alusiones musicales, pictóricas e incluso arquitectónicas, como Guiza. Trae muchos de los símbolos de la poesía de Caraballo, símbolos con los que ha trabajado por más de treinta años como escritor. Trae la elaboración con las palabras, la música, el silencio y las formas. En este sentido y de acuerdo con Paul Auster, y con mi persona, trae la mejor poesía.

©️ Luis Gilberto Caraballo, Celajes de la Noche. Edición La Sultana del Lago: Maracaibo, Venezuela, 2022.

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