LA MÚSICA CALLADA, LA SOLEDAD SONORA: La poesía de lo inefable de Luís Gilberto Caraballo, libro publicado por Grupo Ígneo, junio 2023. 

La reciente publicación del libro, La Música Callada, La Soledad Sonora: la poesía de lo inefable de Luís Gilberto Caraballo de Diana   Guemárez Cruz, catedrática jubilada, de la Universidad de Montclair State de New Jersey (USA), poeta y crítica literaria, es una reflexión profunda sobre el poeta, narrador y pintor venezolano, Luís Gilberto Caraballo. Desde el principio  la autora ha captado totalmente mi interés con un estilo literario ameno y su encomiable capacidad didáctica, propia de una profesora experimentada.

Con estos recursos,  el lector se puede ilustrar de la extensa obra poética  de una de las voces más relevantes de Venezuela: Luís Gilberto Carballo (1962). La autora de este monográfico, Diana Guemárez Cruz, no se detiene solamente a aportarnos su valoración crítica sobre la obra poética del poeta, sino que se hace eco de la universalidad de sus versos y, al mismo tiempo, de su amplio reconocimiento nacional e internacional como lo evidencian los múltiples reconocimientos y premios entre los que a modo de ejemplo destacamos: Premio Internacional de Poesía en Soau Paulo (2004) y el máximo galardón  del Premio Mundial de Poetas en los Ángeles en EE.UU (2005). Al mismo tiempo, este estudio, nos aporta un gran número de referencias de críticos y estudiosos de reconocido prestigio en el campo de la crítica literaria como Antonio Miranda,  Mery Sananes, M. Eugenia Caserio etc.  Así pues, partiendo de estas premisas, entendemos la dimensión Universal de la obra literaria del poeta Luís Gilberto Carballo. 

Diana Guemárez Cruz,  con su experimentada mente crítica, analiza en detalle aquellos primeros poemarios donde el motivo del viaje es el hilo conductor  como Encuentro con el Sur (2007), que es memoria de sus viajes a Chile y a Argentina. En estos versos, el poeta plasma auténticas huellas autobiográficas que  reflejan, al igual que espejos, sus preocupaciones existenciales.  Es lógico que en sus versos bailen al ritmo del tango después de la visita a estos lugares. Tal es la capacidad de análisis de Guemárez Cruz que se esfuerza en visualizar y estudiar todos aquellos paisajes descritos por el poeta,  desde el punto de vista humano. 

En el poemario, Es tiempo de volver; destellos de un regreso, escrito en 2006 y publicado en 2021, la pequeña ciudad de  Loja, Ecuador, es el espacio que se recrea. Guemárez Cruz destaca el aspecto humano de sus versos al hacer referencia a la figura del niño o los niños, desde la realidad del presente y la de un futuro incierto aún por descubrir. A modo de ejemplo, la estudiosa  hace referencia al poema: El verbo en sus ojos, la nostalgia que siente el poeta al describir a los niños. El oído sin fin es otro de los poemas donde el poeta no encuentra respuestas: 

Alguien me pregunta adónde vas

Y nadie sabe

no hay voz…

En “Quise”, Diana Guemárez Cruz subraya la enérgica interrelación entre el paisaje y el poeta. Tema  que se repite a lo largo de la extensa obra poética de Caraballo.  A su vez, la autora destaca aquellos símbolos que caracterizan y surgen también a lo largo de su obra como el mar,  los sueños, el viaje, el reflejo inspirador de la naturaleza, el tren, el templo o la morada. Todos ellos desde una perspectiva humana, trascendental y  universal, es decir, busca una realidad inmanente y trascendente. Es evidente, según se desprende del estudio de esta profesora, que el poeta busca el sentido de la vida como un presente eterno y para ello prescinde  de los relojes y los números que los fragmentan. En todos ellos el poeta está obsesionado en entender el origen de la vida, la eternidad y nuestro lugar en el mundo. 

La obra poética de Caraballo trasciende los personajes  y paisajes concretos vividos a los paisajes soñados como se refleja en Moradas y Templos (2004) y El árbol de las casas vacías (2006). En estos poemas, en opinión de la profesora, los templos son los símbolos que el poeta utiliza para expresar su morada interior y esto es parte del misticismo que Guemárez Cruz ve en la poesía de Caraballo.  

La profesora Guemárez Cruz estudia los pormenores literarios atribuidos a los espacios concretos y soñados como se pueden apreciar en: Moradas y Templos (2004) y El árbol de las casas vacías (2006). En estos las moradas y templos son los símbolos que el poeta utiliza para expresar su hogar. En ellos resalta el sentimiento del ser o de los seres humanos. 

El  espacio soñado, no todo es real. Al igual que: En los caminos  y el Mar infinito   el poeta se embarca en un viaje imaginario a través de cronos. En esos viajes, el poeta busca otros lugares, otras utopías y culturas que no sean occidentales. Es indudable que el poeta busca una realidad infinita y trascendente. En realidad, según  la crítica, busca un presente y un mundo eterno sin fronteras. Es inevitable nos puntualiza la autora que al ser un poeta autodidacta recurre a aquellos poetas que le suministran los conocimientos apropiados para su creación, entre otros, destaca poetas del nivel de  Octacio Paz Arthur Rimbaud, André Breton, Luis Cernuda, Federico García Lorca  etc

La Gruta del Ávila (2020) es un poemario extenso  que lo define como un viaje a lo más íntimo y profundo del ser humano: su corazón. El hi Ávila es un parque nacional en Caracas que el poeta puede visualizar desde su casa. Y es un texto híbrido entre prosa y verso. Nuevamente el poeta vuelve a los temas que más le preocupan como la vida, la muerte, el tiempo, la oquedad, la naturaleza, la lluvia, el viento. En la segunda parte, el poeta mantiene unos diálogos con autores que son de su agrado como André Breton, Olga Orzoco, José Antonio Ramos, Federico García Lorca, Luís Cernuda, Watt Whitman, entre otros. Nos recuerda el mundo platónico de las cavernas donde ven sombras que no son reales, dialoga con ellas en busca la verdad.  A su vez, nos lleva por paisajes realistas y surrealistas. No se olvida en este libro recordarnos sus símbolos como el mar, no solo la lengua sino el lenguaje, la calma, la muerte, el reloj implacable del paso del tiempo. Además la Gruta del Ávila es el espejo donde se refleja su interés en buscar su realidad existencial. 

También se detiene  a darnos un estudio generoso sobre la poesía breve, es decir el epigrama o aforismo que el poeta Caraballo cultiva en textos  como   Arpa  Invisible, “Neblinas del sueño”  o “Temblores de piel”.  En ellos se detiene nuevamente al sueño como reflejo de la realidad. El Arpa como la musicalidad invisible en la naturaleza.  De hecho es un libro de aforismos que busca esos símbolos que impregnan su obra literaria. Y no olvida el libro, “Iluminaciones de un lienzo”, libro homenaje a la figura inmensa del pintor venezolano, Armando Reveron. 

A través de su  libro, Guemarez Cruz ve la poesía Caraballo como una de gran reflexión en el lenguaje, y la lengua. Como el lenguaje racional le parece insuficiente para hablar de lo trascendente, el poeta desdobla el lenguaje y lo convierte en un universo simbólico nuevo. Cada signo tendrá múltiples significados en un afán de ensanchar la lengua y convertirla en una flexible que le permita acceder a lo inasible. Tal como San Juan de la Cruz hizo en el siglo XVI. Y en este sentido ella puede distinguir símbolos místicos y religiosos del poeta, aparte de las moradas y templos: la  llama, la noche, las lámparas, las aves,  incluso la música y el baile. 

Para concluir, la profesora Guemarez Cruz, nos define la obra poética de  Caraballo como una poesía flexible, ágil y no está condicionada a temas concretos, sino que muestra una gran generosidad temática. Además,  es sensible a cualquier tema humano y enfatiza, que el motivo  del viaje en Caraballo, es un motivo de búsqueda de lo transcendental. Insiste, la autora que a pesar de las lecturas de grandes poetas a los que hemos hecho referencias anteriormente,  la poesía de Caraballo  es de gran originalidad creativa y ante todo es un poeta que nos hace reflexionar. Para finalizar,  subraya que para el poeta, la poesía puede ser un transitar doloroso centrado en la vida.