Safo de Mitilene, también conocida como Safo de Lesbos o simplemente Safo, (en griego, Σαπφώ) ) (Mitilene, Lesbos ca. 650/610 -Léucade, 580 a. C.) Fue una poetisa griega de la época arcaica, más tarde los comentaristas griegos la incluyeron en la lista de los «nueve poetas líricos ». Platón la catalogó como «la décima Musa».

  Hay una leyenda, surgida a partir de algún fragmento de la propia poetisa, en donde narra la historia Faón un hombre bello del que se enamoró la propia Afrodita. Según esa leyenda, Safo, inducida por la diosa, se suicidó lanzándose al mar desde la roca  Léucade cuando su amor por Faón no se vio correspondido. Esta roca de la isla de Léucade era, al parecer, desde donde se lanzaban con frecuencia los enamorados para suicidarse. Otra versión afirma que Safo lo escribió como metáfora de una decepción amorosa, ya que en uno de sus fragmentos se describe como alguien que ya ha llegado a la vejez, y es «incapaz de amar». El tema fue popularizado por el poeta Ovidio. Así convirtió a Safo en una de heroínas  como autora de una carta de amor dirigida a Faón. De todas las heroínas de Ovidio, Safo es la única mujer cuya existencia se ha comprobado. Esta imagen de Safo atormentada por un amor no correspondido fue representada a menudo por los grandes pintores europeos del siglo XIX, que reflejan una visión romántica de Safo con el cabello suelto apoyada en la roca.

 “Me parece que igual a los dioses

aquel hombre es, el que sentado

frente a ti, a tu lado, tu dulce

voz escucha

y tu amorosa risa. En cambio,

en mi pecho el corazón se estremece.

Apenas te miro,

la voz no viene más a mí,

la lengua se me inmoviliza, un delicado

 incendio corre bajo mi piel,

no ven ya mis ojos

y zumban mis oídos,

el sudor me cubre, un temblor

se apodera de todo mi cuerpo y tan pálida

 como la hierba no muy lejana de la muerte

me parece estar. . .

Pero todo debe soportarse si así es”

“. . .si viniere a mí

 iluminada

 al bello rostro

 ………………

 . . .penetrada”

“Un gran viento huracanado

y violento aterrorizó a los marinos

que arrojaban la carga para acercar

la nave a las playas.

Y yo, que no prefiero el lugar donde estén los más

asustados, ni el de los que, arrojada la carga,

sin honra alguna se lancen a sí mismos

al profundo mar”

(Reconstrucción de EDMONDS)

“44

Como el viento desenfrenado que en las montañas

cae sobre los bosques, el amor estremece mi ser.

45

No puedo decidir: hay en mí dos almas.

46

Hiciste bien en venir, pues te anhelaba

y desfallecía por este deseo que incendia mi alma.”

“Más blanca que la leche,

más blanda que el agua,

más melodiosa que las liras,

más majestuosa que un potro,

más florida que las rosas,

más suave que una hermosa túnica,

de más precio que el oro. . .”

“Aunque vive Arígnota en la lejana Sardis,

muchas veces vuelve acá en sus pensamientos.

Cuando vivimos juntas siempre te consideró

 semejante a una diosa,

y cuánto con tu canto gozaba.

Ahora deslumhra entre las mujeres

Lidias como a veces, ya puesto

el sol, la luna de manos de rosas

supera a todas las estrellas,

cubre con su luz las saladas aguas del mar

y los campos de abundantes flores,

donde el bello rocío desciende, donde florecen

rosas y tiernos botones

silvestres

y los tréboles se abren.

Pero muchas veces, errabunda por el recuerdo

de la dulce Athis, el anhelo en su alma delicada y la ansiedad en el corazón la devoran.

Y con fuerza nos grita que vayamos con ella, y su grito,

no inadvertido a nosotras, la noche populosa

lo hace resonar a través de los mares.”