Marjeta Shatro Rrapa (Albania) es escritora, poeta y traductora .Su poesía ha sido publicada en diversas antologías literarias extranjeras. Es autora de ocho libros de poesía: En el mar de mis ojos en albanés, Peregrinación en el crepúsculo en albanés, Ser siempre la sonrisa de Dios en inglés, Nerthus en francés y albanés, Hestia en francés, Vesta en inglés y español, Lejos de las ilusiones en cinco idiomas: albanés, inglés, francés, alemán e italiano. Marevita en albanés. En prosa ha escrito: Las gaviotas parpadeantes .Ha traducido al albanés 50 autores extranjeros en la antología Espalier con el viento. Tradujo el libro del poeta argelino: Poesía de Abdelghani Rahmani. Ha traducido al francés el libro Murmure d’un autre monde de Agron Shele.
Meditación
Los pensamientos tardíos deambulan
asediando a la luz de la luna
que lava las aguas cristalinas…
ella lleva el nuevo día en su vestido azul
espera que el sol le bese el rostro
y se ríe y se esconde en el regazo del cielo, más allá.
Sale de los sueños
embriagada en el cielo de la experiencia
y los pensamientos absorben
todos los movimientos y formas de inspiración
y la luz toma los colores de los momentos irrepetibles del aliento de vida
que se inspira en el amor a la palabra
que sobrevive a la meditación sobre todo
en la patria del arte, la libertad de la nada
para la perfecta felicidad siempre esperando
la oscilación de la luz en el silencio que habla
por aquello que ve en el ojo de la noche
y en el día bajo el sol abrasador.
Infinidad de experiencias…
El viento sacude los pensamientos
y los lleva lejos,
donde la felicidad no tiene fin,
donde se desdibujan las fronteras,
donde brilla el sol,
donde el alma se baña en la traslucidez
y donde lleva mi destino consigo,
destino silencioso, destino escrito,
donde la humildad besa los sueños
y los despierta del sueño.
Y así se atrapan el uno al otro
tomando el camino de la realización,
sin nudos, sin torceduras, sin roturas,
sin disolución, sin grietas de esperanza
como luces doradas en la mente
que adornan el prado de los sentimientos,
vaciado de timidez
que a menudo impide el fluir,
donde el eco del alma disipa la niebla
de la tristeza de los deseos negados
por una aclaración incompleta,
donde el tiempo mide los pasos
y los incesantes dolores de conciencia
por lo bueno y malo,
en los simples sonidos de la voz viva,
donde la vida es despojada
con el alma desnuda
ante la dolorosa realidad
de cambiar la linfa,
fascinada por los asombros de la poesía
hirviendo bajo la piel
para vivir 1000 años
en el vacío de la nada,
donde Dios es sólo yo.
La esperanza de…
Tiene un sabor amargo el humor
resultante del dolor
junto con la experiencia, los recuerdos
de la destreza ganada con el tiempo
sobre las inocentes flores de la castidad
muriendo súbitamente bajo la lluvia torrencial
que destrozó los pétalos, las hojas, los tallos
las raíces se ahogaron
como la fragilidad de Ofelia en el río de las lágrimas
y donde la risa pierde presión
como el anochecer se pierde en el día,
en orden cambiante, estación
dilatada de la espera, la llegada
sí, nunca al borde de la muerte.
Los años pasan lentamente
gime el despertar de las almas
los sueños sin dormir,
donde los Dioses respiran hondo
ríen, lloran y cruzan destinos
en apóstrofes sentimentales sobre las criaturas
que escapan a las responsabilidades
por su feliz resurrección
en un lujurioso extravío de alegría
para construir el mundo desde el principio
más hermoso que ayer
donde la luna se convierta en el sol
donde el horizonte se llene de nueva luz.
Traducción por Mariela Cordero
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