Hace unas semanas participé en un concurso en Twitter por casualidad. Para mi sorpresa, gané dos ejemplares de una revista poética que no conocía, Temblor.

Esta revista nace en enero de 2017 con el fin de aportar una visión diferente, de comentar y participar del momento poético y literario que les ha tocado vivir. Esta concepción de la poesía es clara: la poesía no puede ser gratuita ni puede renunciar a su afán de explicar la realidad mientras la atraviesa. TEMBLOR se desdobla en dos formatos: la revista impresa y la web. En papel, pone en diálogo diferentes voces con diversas inquietudes estéticas. Los números impresos son breves antologías donde autores jóvenes comparten espacio con los epicentros de nuestra poesía contemporánea así como con artistas gráficos, ilustradores, diseñadoras y fotógrafos.
La web, en cambio, es un espacio cultural más dispar en el que tienen cabida otras artes y otras disciplinas.

Hoy os voy a hablar del primer número que leí que es el segundo de la colección, el de noviembre de 2l17. Aunque ligeramente pasado en el tiempo, interesante por su contenido.

Empezamos por su editorial, Recuperar lo real en el que nos comenta que

Si rasgar lo real para abrirse a lo ajeno ya no es una preocupación, es sencillo entender los ejercicios de solipsismo y de absurda reducción del yo que lleva a cabo la nueva poesía que se vende masivamente o que post-truth (posverdad, en castellano) sea la palabra del año según el Diccionario Oxford . La poesía, si quiere serlo, no puede negar la búsqueda de lo verdadero, de lo ajeno, de lo real. Para ello, quizá sea de ayuda no perder de vista aquellos versos de Keats:

Beauty is truth, truth beauty,—that is all

Ye know on earth, and all ye need to know.

A continuación tenemos una entrevista con Fermín Herrero, agricultor, profesor de instituto y poeta soriano que nos comenta que ‘el movimiento se demuestra andando, en los poemas, y el resto es literatura’.  A lo largo de la entrevista comenta que decir ‘ que la poesía sirve de algo es enfundarle una virtud que es inútil. La poesía es anti-pragmática.’ Nos recuerda la definición que de poesía dio Lorca ‘todas las cosas tienen su misterio, y la poesía es el misterio que tienen todas las cosas’.

QUE TODO ES REGALADO, ACUÉRDATE

Que todo es regalado, acuérdate,
que en mucho has de tener, más allá
de ti, cualquier amor, cualquier indicio
de amistad, de misterio compartido.
Vivimos de milagro y eso es suficiente.
Es cierta la belleza aunque lacere,
sobrecoja, remanse y niegue el tiempo.
Que es de admirar por junto, de parte
a parte, lo pasado y lo por venir,
de plenitud en plenitud. Si bien
una sola constancia bastaría. Una sola.
Que de tanto contento no se te acaben
estos días si deja de alumbrar el sol,
que dejará. Actúa como si no lo supieses
y, ante lo inevitable, como fuere razón.

A continuación, conocemos a Rocío Pescador, poeta madrileña que admira a Sylvia Plath, Alejandra Pizarnik y Unica Zürn.

LAS HORAS

He vaciado el contenido de mi cuerpo
para buscarte más allá de la puerta.
Las manchas de tu piel nombran un idioma
que ni existe ni podría existir.
Porque el tiempo no amasa cristales
ni las horas tejen signos.

En nombre del reloj te invoco.

Como un hachazo
una ternura erosionada parte mi cerebro.
Entonces mis manos son autómatas programadas para degollar.

Hoy eres una paloma perdida.
Mañana serás una mancha en la piel
con raíces, con tentáculos, armada.
Te invocaré en nombre del reloj
pero el idioma de mi sangre no nombrará tu aparición.

La siguiente voz poética es la de Lorenzo Martín del Burgo, escritor madrileño que busca contar historias recorridas de símbolos, crear atmósferas inmersivas y descubrir las vivencias de los personajes potenciando los huecos y figuras como la metáfora, la analogía y la repetición, generando nuevos ritmos y lógicas.

VISIONES DEL SALÓN DEL TRONO: VERANO

Antes de que el verano se acabe
Querría volver a los manantiales,
A tu castillo de oro entre las aguas
Donde tus ancestros te dejaron
Un museo de armas tranquilas,
De cabezas de gigantes con los ojos cerrados
Entre muros de cristales.
Antes de que el verano se acabe
Querría volver a tus máscaras difusas,
A tu rostro como un abanico de espíritus,
De luces pendientes de la quema
Que me dan la mano a cambio
De la sangre prestada.
Sí, querría jugar una última partida
Con los dioses que guardas
Prisioneros en las cascadas,
Gozosos de la asfixia.
Antes de que el verano se acabe
Querría que me bañases,
Y querría subir a tu balcón,
Y contemplar con nostalgia y crueldad
La muerte de los colores del fuego.
Estar allí sentado largo tiempo
Y abrazar tus máscaras,
(Tu oculta rigidez inconcebible)
Moviéndose alternas, como un espejismo,
(Tu oculta rigidez inconcebible)
Mientras pienso en mis últimos estertores,
En los huecos de mi tumba
Inundada para siempre
Y mi alma ya no me encuentre y pierda su camino
En un fluir que se dirige hacia lo hondo…
Cuando el verano se acabe.

Acabamos con las palabras de Francisco Sánchez, poeta almeriense que no olvida que los elementos poéticos principales no cambian: tierra, fuego, aire y agua, manifiestos en sus múltiples formas.

ODA AL VERDERÓN

Duermen lápidas sin gente
donde el ciprés se vistió
de música y festival.
¡Canta, canta, verderón!
¡Oh rey de las soledades!
Ángel de musgo te llamas,
y en las sombras ya te posas
a dar voz a la mañana.
Se le arrima el verdecillo
a la copa a beber són,
de color y cielo hermanos.
¡Canta con el verderón!
Devoraste las semillas
más recónditas del tiempo.
Ya germinan como astros
en el erial de tu pecho.
Un jardín lleva de plumas,
los secretos del amor.
Nuncio de la primavera.
¡Canta, canta, verderón!

Una vez finalizada la sección poética, nos encontramos una ilustración poética de Guillermo Carnero y Guilmo antes de llegar a la sección llamada La réplica en la que Andrés Rosselló Oliver se pregunta ¿Qué posmodernidad podríamos querer?, modernas divagaciones de un acérrimo clasicista. En esta reflelxión, Rosselló acaba recomendando

Esforcémonos en el poema: labremos cada palabra como si se tratara de un piedra preciosa de inconmensurable valor; esculpamos las imágenes como nuevos Fidias con la materia del ensueño; contemos y recontemos los acentos del renglón, y hagámoslos danzar sobre las cuerdas de los planetas. Tal esfuerzo nos distanciará de la agotada Modernidad (y de esta Posmodernidad que no nos lleva a ninguna parte); tal esfuerzo nos conducirá hacia (y, Dios mediante, hasta) la más moderna realidad, en la que estemos un paso más cerca de dar la mano a nuestros clásicos héroes del lenguaje poético; un paso más cerca de cerrar este círculo que comienza y termina en ellos.

La última sección de la revista, Sismograma, es un artículo de Julio Salvador Salvador titulado Tratantes de versos que reflexiona  sobre los poetas que hemos conocido en este número de la revista.

Una revista interesante, Temblor,  y de la que os volveré a hablar cuando lea el segundo ejemplar que me tocó en el sorteo.