José María Cumbreño, editor de Ediciones Liliputienses, nos ha vuelto a ofrecer desde su isla de San Borondón, otra pequeña gran joya poética desde Uruguay, una vez más, y de la mano de Claudio Burguez.

Burguez, nacido en Santa Lucía, Uruguay, es escritor, poeta, artista visual, diseñador gráfico y director de arte. Estudió Bellas Artes, guión cinematográfico y edición. Le gusta coleccionar las gafas que va cambiando: «voy por mi séptimo par de lentes. Los conservo todos». Desde 1992 ha fundado varias bandas o colectivos artísticos: Los Malditos, Los Negros, Transitiva y Mondorocko.

Ha publicado: Finlandia, 2006. El gran Algo, 2010. Perro de Aeropuerto 2011 (Estuario Editora en Uruguay) y en 2019 en (Ediciones Liliputienses)Las cosas que quiero no se quieren entre sí, narrativa 2019 (Pez en el hielo). La sangre, narrativa 2019 (Pez en el hielo).

Organizó el FILBA (Festival Internacional de Literatura de Buenos Aires) edición Montevideo en 2014 y 2015. Participó en el Mundial de Poesía Montevideo en el 2013, 2015 y 2017. Coordina el laboratorio de escritura: campomagnetico.net.

Claudio Burguez en su libro Perro de aeropuerto, empieza mostrándonos a nosotros mismos en la piel de Kiro, un pastor alemán. No es un perro cualquiera: un perro maltratado. Alguien lo envía por avión hacia la familia que ha decidido adoptarlo, pero el perro se pierde. Alguien lo pierde en el aeropuerto de Málaga. Así nos muestra de inicio Burguez, torturados y desorientados.

Así comienza el poemario. A continuación, paseamos por habitaciones de hotel, escuchamos palabras junto a una botella de vino, que la soledad nos invita a consumir, llegamos a edificios de apartamentos donde la gente se ama o discute a gritos, oímos llantos nocturnos en Londres, nos sentamos en la playa a observar a las personas a nuestro alrededor o acabamos enviando por mensajería Fedex una hebra de pelo.

Os animo a comprar para leer Perro de aeropuerto porque sus textos os sorprenderán gratamente por su misterio,

Hoy la gente no es fruta, es insecto

por su dureza ante el fin de una vida,

La cosa más frágil es ver a tu padre que se va

peleando con todo su esfínter para no perder ese taxi.

por su ternura

Mi padre (85) le propone a mi madre (75)

deshojar una margarita

luego de una comida familiar

en el jardín de mi casa.

(la quiere mucho, poquito y nada)

Mi madre oculta su emoción y yo de lejos

testigo único, también…

Es un libro cuya interpretación dependerá de dónde pongas tu cámara, tu lectura, tal y como dice uno de sus versos:

Abuelo, o me fui o llegué

depende dónde pongas la cámara.

En palabras de Claudio Burguez, «Para qué flotar si podés volar», yo os digo que con la lectura de Perro de aeropuerto vais a volar flotando si seguís la última recomendación del poeta

Yo no caigo en la tentación,

me tiro.