José Luis Ochoa (Valle de La Pascua, Venezuela, 1965). Poeta, ensayista, psiquiatra, y docente universitario. Ha publicado los libros De viajes y Encuentros (Fondo Editorial Pequeña Venecia – Fundación CELARG, 1994), Poemas (Editorial La Tinta del Alcatraz, México, 1994), Cantos hiperrealistas (Editorial Eclepsidra, 1997) y Ruinas vivas (Editorial Eclepsidra, 2013). Fue ganador del Premio de Poesía “Fernando Paz Castillo” otorgado por el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (CELARG) en 1992. Sus poemas y ensayos han aparecido en diarios y revistas literarias nacionales y extranjeras. Su obra poética ha sido incluida en varias antologías de poesía venezolana e internacional. Fue miembro del Grupo literario Eclepsidra, de Caracas y de Maltiempo Editores, Grupo literario y editorial de Barquisimeto. Es profesor de la Universidad Nacional Experimental del Yaracuy (UNEY)
Contorsionista
Brazo sobre brazo
cabeza con espalda
el cuerpo es un ovillo
una flor
que se oculta y se abre
en el movimiento de sus músculos
y del mundo.
En el rostro asombrado
de los que observan
se dibuja el paso de la tarde.
Entre el público me pregunto:
¿conocerá el contorsionista
cómo se vive
cómo se siente
el dominio de este músculo
llamado intemperie
desasosiego
alma?
Cae el día
aplauden
y su cabeza se inclina
en un suave gesto.
(De viajes y encuentros, 1994)
Mártires.
Sostienen sus cuerpos
con la angustia de las flores rotas
-los mártires de hoy y de siempre-
dicen palabras mutiladas bajo la intemperie
de este paisaje esculpido por los golpes
de un martillo renegrido.
“Ya no hay más orgullo que mostrar
sólo el trofeo de nuestros despojos
la vida imposible arrojada a los pies
de ídolos que tratan con desdén”
-piensan los mártires de hoy y de siempre-
cuando ocultan sus rostros
tras máscaras pétreas
como actores de reparto en el teatro
diario de oropeles.
Después inundan sus habitaciones
con lágrimas de silencio
elevan plegarias inconstantes
-estos mártires de hoy y de siempre-
cuando la noche los convierte en espectadores
obsesivos de sus historias anónimas.
(Ruinas vivas, 2013)
Ciudad con lluvia y melancolía.
Esta ciudad áspera
viste sus trajes de harapos
en los días con lluvia
muestra el rostro
de su tiempo de pájaros
que buscan cobijo en los balcones
de las casas blancas y en ruinas.
Esta ciudad de seres exiliados
en la orfandad de los lugares enfermos
respira el viento que brota de sus entrañas.
Parece suplicar con la voz callada
de los desamparados
a los dioses ausentes
en estas horas del frío
en estos años de la gran ira
resiste nuestra ciudad tantas veces sitiada
susurra unas oraciones sin destino
en los días de piedra de hierro
que llevamos sobre nuestros dorsos heridos
como si fuésemos Sísifo o Atlas
caminando cabizbajos por las calles mojadas.
(Ruinas vivas, 2013)
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Interesantes los tres poemas de José Luis Ochoa que publican en esta edición, me quedé con la sensación de leer más, una voz definida con hermosas imágenes que nos hacen adentrarnos en nosotros mismos. El afuera es un adentro, sólo que en la superficie del ser.
Gracias por pasar a leer, María Eugenia. Un honor poder compartir los poemas de José Luis