Ender Rodríguez (San Cristóbal – Venezuela. 1972). Escritor y artista multidisciplinario. Licenciado en Educación Integral. Ha publicado: Cantos del origen (2001, CONAC); El sofá de Beatrice (2006, CENAL); Primavera cero (IPASME, 2007); Creactivo I (BARIQUÍA , 2007); Rabo de Pez Nuevos idiomas en la creación formato e-book (FEUNET, 2014), Entrecruzamientos (EAE Editorial Académica Española, 2015), Ex sesos y asa res Borrones para textos no tan perversos (CENAL, 2016), El Blues de la Parca – cuentos grotescos (AMAZON, 2017), Creactivo II (AMAZON, 2017), Poemas Absurdos (LP5 Chile, 2020), y VISO Poesía visual, objetual y collages en Venezuela (SABERULA, 2020), entre otros libros publicados en internet, y en físico como coautor.
Bitácora de día
A Yahn por siempre
Conocí a un hombre que no moría
se llamaba cabeza volcán
porque en vidas pasadas
se volaba la sien
en faenas pirotécnicas
Conocí a una mujer con agujeros en los dedos
le llamaban aguacero
por lo líquido de su alma rota
en forma de equis
Conocí a un anciano que se convertía en tigre
saltando levitaba entre piedras
y curaba la enfermedad de trocar el olvido en pus
Una vez caminé mutilado sobre agua
y salían burbujas rojas de mis manos de venas de navaja
al igual que las de mi madre y la suya
Una vez no logré conocer a un niño brujo que nació en una alberca
con barbas grises y juncos secos en sus piernas,
él era un ser que hacía chasquear sus huesos con solo juntar los brazos
Una vez morí y no fue tan divertido
no se detenía el espíritu
y giraba muy extrañamente lanzando bocanadas de luz verde
al parecer radioactiva
Cuando sé que volveré a morir
ato un rayo del techo de la casa
hasta que se desvanezca el silbido
No he vuelto a morir
como antes
cuando no sabía que no dolía morirdespierto
en las almas huecas que esconde el espejosin nombre
donde no sé volver
como los niños perdidos
que habitan la nada como nadie.
Como Pessoa
A Daniel Arella
Como Pessoa
me pongo
a pensar en una piedra,
veo la piedra
y me acuesto a su lado
Le miro por el rabillo del ojo,
le hablo
y espero a que me hable
No lo hace la muy piedra
Y me percato que quizá no tenga deseos de hablar pistoladas
como otras piedras que sí hablan pistoladas
o como algunas que cuentan historias vulgares muy divertidas
Pienso en cómo se sentirá
o cuanto frío o calor tendrá la piedra en su alma
me pregunto ¿cómo hará el amor?
si beberá wiskie o si deseará ser una famosa piedra
que se dedica al espectáculo para piedras
Pienso en que su lengua debe ser rugosa
y tendrá piedras enemigas y depresión
o querrá irse a vivir lejos
y comprar un auto, un perro, y debe imaginar
que puede sembrar mucha marihuana
y de repente no querrá trabajar más nunca esta piedra
que no me habla
No soy esquizofrénico
bueno tal vez, un poco
en cambio soy algo pesado como Pessoa
pensando en piedras
Certeza
Los hombres vaca saben
que la tierra es redonda.
como las olas impúdicas
de Peter Pan
¿Quién puede asegurar que los reptilianos
nos tendrían atrapados en máquinas mentales
para convertirnos
en sexo gratis y coca cola?
Yo en cambio
después de morir sin la matrix
pienso en levitar
como las piedras de orín
de un marsupial
sin antes tener que
orar a Zeus
-Los niños son más feroces
que los dioses
y no son tragamonedas-
le dije a mi padre
-La historia no sabe
lo que otros tampoco
y nadie
puede engañarla tanto como
un agujero blanco en una parca-
recalcó mi padre
Yo prefiero declarar que
hay demasiada ceguera
dentro de las locomotoras del alma
de un vidente poeta cojo
que no sabe ni firmar
con rimas
Todo pasará
igual que el tren de las 5 o las 6
-No sufras por el ocaso-
lo dijeron a Marilim
y se agrietó
como una tumba sin flores
en Alaska
Me volteé a escuchar el olvido
y entonces
Marilim me dijo
susurrando:
-Siempre alguien
nos engaña la razón
justo al pasar el último tren-
Me cambié de vagón
vehementemente
para esperar a los hombres vaca
con boleto en mano
hacia donde solo llega
el absurdo.
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