Miguel Hernández es uno de esos poetas de la generación del 27, querido y admirado.
Hoy, 30 de octubre, es el aniversario de su nacimiento y el pasado 28 de marzo se cumplieron 79 años de la muerte de este genial poeta (Orihuela, 30 de octubre de 1910-Alicante, 28 de marzo de 1942). Se fue demasiado pronto, pero no por ello dejó un legado menor.
Os dejamos una pequeña selección de poemas, que algunos escritores de Poémame le han dedicado a él o a alguno de sus poemas.
Esperamos que os guste.
Mi canción (A Miguel Hernández) @delia
«Pintada, no vacía:
pintada está mi casa»,
abro su puerta de par en par
y descubro de cristales
sus humildes ventanas.
No es para que me alcancen los llantos
es para poder oír las risas
de los transeúntes que pasan.
Es para oler las flores de primavera
que suben por sus paredes
como serpientes enredadas
La pinté con una nítida brocha
con pintura color verde esperanza
para matar los odios oxidados
sin que la historia quede olvidada.
(Feliz día de la poesía 21 de marzo. Poema inspirado en uno de mis preferidos “Canción Última” de Miguel Hernández)
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JUGANDO A SER POETA (Dedicado al poeta Miguel Hernández) @txopo
¡Orihuela…!
Con tus versos Miguel…
en las paredes del tiempo,
amaneces en mi escuela.
¿Niño, no los ves, cuando pasas,
con la mochila en el hombro
y la aurora que se cuela…?
¡Fíjate bien, compañero,
que en el fondo del pasillo,
“el sol, la rosa y el niño”
flores de un día nacieron…
y aún siguen siendo flores
en el jardín del cemento!
Entre las flores te fuiste.
Entre las flores me quedo….
Se hace la luz, en mi clase…
y hasta en los libros
los veo…
rezuman, por los pupitres…
en la pizarra, los leo…
escritos con tiza incolora,
que es el color, del recuerdo…
“Cancioncilla”, le pregunto:
¿Tienes rimas…?
Y me dice:
¡Por supuesto…!
Pero el maestro me riñe…
y cierro la voz, de tus plectros…
¡Hasta luego Miguel…!
Con los ecos, del recreo,
mientras juegan al balón…
volveré yo,
por tus fueros…
“Rueda que irás
muy lejos…
Rueda, vuela, galopa,
ven…
y colma el fondo
de mis brazos…”.
Ser, como tú, Miguel…
yo quisiera, quisiera…
pero soy sólo un niño…
que jugaba, a ser poeta.
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El rayo invencible (a Miguel Hernández) @jimmyJasper
Miguel nació cabrero,
llamado autodidacta
que la alegría espanta,
poco tuvo el viajero:
su fiel rayo certero
que siempre pierde o empata
venció siendo guerrero.
Su fiel rayo incesante
con la naranja abierta
brilla ausente maleta,
que tu pueblo despierte
que esto no hay quién lo aguante;
quedó el fusil silente,
viva tu voz resiste.
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Con los ojos abiertos (Miguel Hernández in memoriam) @David
Te fuiste del modo
que siempre viviste:
abiertos tus ojos
a un cielo imposible.
Mirando hacia arriba
con alas y anhelos
en cárcel fascista
tú, niño yuntero.
La carne labrada
en pan y cebolla,
los huesos del alma
en lágrimas rojas.
Pastor de utopías
y lucha incesante,
de abarcas vacías
y boca con hambre.
Por vientos del pueblo
poeta arrastrado,
soldado, labriego,
de pluma en la mano.
Pararon tu pulso
mas no consiguieron
parar el futuro
que late en tus versos.
Tu ejemplo es un arma
que al tiempo resiste;
tu ejemplo que sangra,
que lucha y pervive.
Ni el odio filial
que gana laureles,
ni el crimen brutal
que vive en arcenes.
Jamás te venció
sufrir las heridas,
las tres: el amor,
la muerte y la vida.
Por eso marchaste
de idéntica forma
a como estrenaste
la luz de tus horas.
Partiendo del modo
que siempre viviste:
abiertos tus ojos
a un cielo imposible.
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A Miguel Hernández #poemamedíapoesía 190 @agueda1234
Buscando anda al poeta
la muerte traicionera;
es su alma colmenera
es su amante secreta
¡alza tu voz guerrera!
alza tu pluma inquieta
la verdad…¡tu bandera!
—–
Quiero ser, compañero,
la herida que te abraza
el rayo que amenaza
tu verso verdadero
La tierra te rechaza
mas yo, tu alma requiero…
eres mi voz ¡mi raza!
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De cebolla y Elegía (a Miguel Hernández) @horten67
(rima poémame)
Cantaste al campesino
y también a la tierra
al dolor y la guerra.
Cantaste a tu destino
a la vida tan perra
a cebollas sin vino
al humano que yerra.
Vientos del pueblo mil
esperando en esquinas
clavarse como espinas.
Elegía marfil
que con el llanto afinas
“Madrugada-fusil”,
de cárceles cetrinas.
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(las palabras en cursiva hacen referencia a poemas y poemarios suyos)
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Os dejo también un par de poemas suyos. El primero es, para mí, uno de los poemas más perfectos y maravillosos que se han escrito nunca. Dolor hondo y profundo, versos acertados y claros. Es un poema que me hace temblar y llorar cuando lo escucho. (Dejo el enlace a youtube de una lectura que hice de este poema) El segundo es un poema de color y dolor…Miguel Hernández sin más palabras.
Elegía a Ramón Sijé
https://youtu.be/u9p9ZXNP25M
(En Orihuela, su pueblo y el mío, se
me ha muerto como del rayo Ramón Sijé,
a quien tanto quería)
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado
que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.
Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
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Canción última
Pintada, no vacía:
pintada está mi casa
del color de las grandes
pasiones y desgracias.
Regresará del llanto
adonde fue llevada
con su desierta mesa
con su ruinosa cama.
Florecerán los besos
sobre las almohadas.
Y en torno de los cuerpos
elevará la sábana
su intensa enredadera
nocturna, perfumada.
El odio se amortigua
detrás de la ventana.
Será la garra suave.
Dejadme la esperanza.
Un gran acierto el traer hasta aquí la memoria y la poesía de un gran poeta como Miguel Hernández. Por las circunstancias que todos conocemos,comencé a leerlo tarde,allá por los primeros setenta,cuando pasaba ya de los veinte,pero desde entonces no he dejado de admirarlo. Coincido en que su Elegía es una de las mejores poesías de nuestra literatura. Gracias @Horten por traernos su obra y su memoria. Un abrazo
Muchas gracias a ti por la lectura. Saludos cordiales.