Jimena Jurado © Ed. El transbordador

Jimena Jurado, Cuernavaca, Morelos, 1991. Es autora del poemario Fungifuturismo (2022) y Confín de nadie (FEDEM, 2018), obra ganadora del certamen de publicación de obra inédita del Fondo Editorial del Estado de Morelos 2018. Participa en la antología poética Desde el contorno (Ediciones Simiente, 2019). Cursa la carrera de Escritura creativa. Fue becaria en el programa Under the volcano 2019, en la Master Class de David Huerta. Su ventana virtual es The PoemTube (YouTube, IG y TikTok). Forma parte de Librosb4tipos, colectivo que visibiliza el trabajo intelectual femenino.

En este poemario cohabitan organismos atravesados por el contagio. Un patógeno comienza a extenderse por México, en busca de distintas especies vivas que garanticen su existencia. Su depredación provoca en ellas quiebres inesperados, cambios de visión, delirios. Una voz huésped los altera, los distancia de sí mismos, pero los une también: el Fungifuturismo.

Por medio de la intertextualidad y la apropiación, este poemario está dividido en cinco partes, puesto que una está subdividida en dos secciones:

  1. La carne que palpita (parte 1)
  2. ¿Sueñan las hormigas con amantes fotosintéticos?
  3. Los colores que cayeron de los tallos
  4. La noche en que las tumbas florecieron
  5. La carne que palpita (parte 2)
  6. La piel de la palabra

Jurado nos seduce y aterra con una distopía micótica, con ecos de un gótico botánico. Su lectura coincidió con mi visionado de una serie que tiene mucho en común con el poemario: Station Eleven. Fungifuturismo es un juego lingüístico donde la biología, el contagio, los recuerdos, el futurismo y el amor juegan un papel principal. Fungifuturismo integra un diálogo entre lenguaje científico, la voz propia de poetas de siglos pasados y refranes, canciones, juegos infantiles… Esta mezcla se une en una voz colectiva para formar una horda, una poética zombi que nos devora… y solo hay un antídoto: lo tienes aquí.

«Primero fueron las hormigas, después
las flores, luego: la osamenta:
muertos de alma y hueso.
Personas cuyo nombre ya había sido besado por las larvas.»