Jessica Brahin ( @jbrahin) es una poeta argentina (Córdoba), que llegó a Poémame, hace pocos meses.

Su mensaje de presentación, ya deja claro lo fluido, hermoso y único que es su forma de sentir y expresar.

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/Entre sístole y diástole/, escribo como si me fueran a amputar las agallas.

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Desprovista de tópicos, su poesía tiene más de visceral que de simple fluir de palabras. Engrandece al verbo y al ojo que lee le regala un mundo rico en matices.

Es que en todo ego engordado

hay un “yo” desnutrido;

y en el almacén de la sospecha,

las reservas ya fueron hechas.

                (fragmento de su poema : “ Terapia carnal”)

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Títulos y textos contundentes que te hacen leer,  y releer, para ver más allá de las primeras imágenes que el lector de poesía ve al sumergirse por primera vez en un poema. Palabras con imágenes incrustadas que permiten ver un mundo (otros mundos).

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Hijaputez

Vinimos a ser felices

y lo olvidamos en el camino.

Eso de jugar con la erótica

de las sombras

para maridar benevolencia

con hijaputez,

derrocha nata.

¡Ay! La yesca indómita…

Gracias

/por arderme la vida/

y no.

Éramos felices y no lo sabíamos.

Bebiendo agua para enjuagar la boca

y vino para besar el alma

con palabras tachadas de sonidos.

En tanto exista una oveja esquilada

que tiemble de frío,

y un hombre que antes de derrumbarse -ya-

viva entre escombros,

la única muerte que envejecerá

/sin cavar su propia tumba/

será un puñado de migas.

Desgrana sentimientos y regala sentido en cada verso. Es locuaz y aguda, algunas veces con aguijón incluido. Se regala, te atrapa y ya no puedes dejar de leer siempre que nos enseña un nuevo poema.

Perfidia

Hoy des-conocí-

a la persona más increíble

que jamás conoceré.

Es un atleta

de la perfidia y

cotiza en bolsa.

Financia su

mugre vitalicia,

se drena en el

índice del valor barato

y se acredita en un hiato.

Si devalúan

sus acciones,

invierte en

abrazos prosaicos.

Mutante vertebrado

de la poética

de lo extraño.

Sus falanges están

en todas partes.

La temperatura

de la indiferencia

también.

Puede que lo descubras

en el ritual del brote,

cuando la deconstrucción

se encuentre en los detalles.

Mientras lustra

su perfidia,

corro

con lobos y

no formo parte

del circo.

Te recomiendo que pases, por su rincón, no te dejará indiferente.