Gladys Ramos. Maracay ,Venezuela (1950). Poeta. Estudió Derecho en la Universidad Central de Venezuela. Tiene un posgrado en Derecho Penal en la Universidad de Carabobo, y un diplomado en Docencia, en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador. Trabajó como abogada para diversos entes públicos y privados y fue Fiscal del Ministerio Público. Por más de diez años dirigió la sala de exposición de pintura y fotografía del Colegio de Abogados del estado Aragua. Ganó el primer premio en el Concurso Orígenes del diario El Aragüeño (1980). Publicó el poemario Tiempo de pájaros caídos (Ediciones del Concejo Municipal de Girardot).
No soy yo quien te escribe
No soy yo quien te escribe.
Es la otra
la que te busca de frente en el espejo
la que gira en espirales de sol
para calentar tu cuerpo sin presencia
y montada en los cuernos de la luna
cabalga sus noches solitarias
La que te siente en la corteza del árbol
donde escarba tu nombre
y liba en la copa de la brisa el agrio licor
de lo lejano
La que acaricia la foto donde de pie
sobre los riscos
tu mirada se pierde en lontananza
enviándole mensajes sin palabras
No soy yo quien te reclama
Es la otra
la del escapulario que clavó
en su pecho con cincel de fuego
que consume en sus entrañas
el presagio de tu eterna ausencia
¿Será por eso?
¿Será por eso que esta mañana estoy tan triste
y en horas inmóviles me pierdo en el olvido?
¿Será por la vivencia de perseguir la última letra
en un abecedario que marcha sin regreso
y no deja semillas de frases en espera?
¿Será porque a diario me infiero heridas en la piel
de los años?
La ausencia del pentagrama de mi voz en el espacio
puede ser por un tiempo buen amigo cuando logro
abandonar en mis cuerdas vocales lo imposible
Cuando pasa el tiempo gastado que horada
mi espera inútil, mis ausencias, la idea del brillo
de la aurora, el picoteo desesperado del sonido
se convierte en depredador de mi yo infalible
Estoy escondida en laberintos oscuros
no reconozco la mudez incisiva en mi garganta
que corroe mis entrañas, desnuda mis arcanos
perdidos en un lugar sagrado y quiere despertar
ensayando una sinfonía de notas inaudibles
Es vórtice que arrastra, callada turbulencia
ansiedad inútil de fracturar los cristales
celestes con un grito mercenario
para que me vista de nuevo con mi traje habitual
de la templanza
Y que se lleve al fin, este silencio feroz…este silencio
Juramento de poeta
No abordo los límites exiguos
de mi lenguaje
No polemizo sobre la búsqueda
de la piedra filosofal para lograr
la inmortalidad del hombre
o sobre las presuntas siete vidas
de los gatos
No obstante, por si acaso, hago
una lista de todas mis querencias
y rechazos:
No quiero ser piedra en el camino
para que no me aparte una bota
aprisionada
ni quiero ser la hormiga obrera
con peso impuesto por un ángel
arquitecto de sus nidos
No quiero ser pájaro cautivo
que afina
su gorjeo entre barrotes para marcar
el sitio donde su pareja nunca
visitará la jaula
ni ser foto guardada en el baúl
que consume la llama del recuerdo
En esta redondez del mundo
me gustaría ser una mujer
sin color de piel que me defina
sin prosapia de origen ni apellido
Cabalgar a lomos de ventiscas
para enfrentar relámpagos azules
y no permitir que el tiempo arrolle
la levedad de mi camino
Convertirme en flor
que expanda su perfume
mas allá donde el infinito pierda
el nombre
Subir, bajar y alborotar
las barbas de un Dios invisible
que se tome una foto y me la envíe
para saber si está presente
entre el Todo Y la Nada
Pero, si alcanzo el regreso
en el último plano de mi tiempo
juro
por la siete vidas de los gatos
convertirme en el río que libre
fluye y canta al silencio
al grito, al amor, al desamor
a lo intangible
igual que los poetas
Agradecimiento especial a la poeta Carmen Virginia Rodríguez por compartir los textos.
No soy yo quien te escribe
No soy yo quien te escribe.
Es la otra
a que te busca de frente en el espejo
la que gira en espirales de sol
para calentar tu cuerpo sin presencia
y montada en los cuernos de la luna
cabalga sus noches solitarias
La que te siente en la corteza del árbol
donde escarba tu nombre
y liba en la copa de la brisa el agrio licor
de lo lejano
La que acaricia la foto donde de pie
sobre los riscos
tu mirada se pierde en lontananza
enviándole mensajes sin palabras
No soy yo quien te reclama
Es la otra
la del escapulario que clavó
en su pecho con cincel de fuego
que consume en sus entrañas
el presagio de tu eterna ausencia
Hermoso poema como nos tienes acostumbrada, Gladys. El desarrollo de las palabras que nos dejas recoge con precisión y belleza tu sentir. Un dolor que muchos llevan en su interior cuando las despedidas se anticipan a nuestros sueños. Sin embargo tu manejas de amera extraordinaria ese sutil equilibrio que se requiere para estas confesiones. Sabes bien que esa otra eres tú que, multiplicado y revivir es a través de esa otra como alcanzas a vencer toda ausencia.
¿Será por eso?
¿Será por eso que esta mañana estoy tan triste
y en horas inmóviles me pierdo en el olvido?
¿Será por la vivencia de perseguir la última letra
en un abecedario que marcha sin regreso
y no deja semillas de frases en espera?
¿Será porque a diario me infiero heridas en la piel
de los años?
La ausencia del pentagrama de mi voz en el espacio
puede ser por un tiempo buen amigo cuando logro
abandonar en mis cuerdas vocales lo imposible
Cuando pasa el tiempo gastado que horada
mi espera inútil, mis ausencias, la idea del brillo
de la aurora, el picoteo desesperado del sonido
se convierte en depredador de mi yo infalible
Estoy escondida en laberintos oscuros
no reconozco la mudez incisiva en mi garganta
que corroe mis entrañas, desnuda mis arcanos
perdidos en un lugar sagrado y quiere despertar
ensayando una sinfonía de notas inaudibles
Es vórtice que arrastra, callada turbulencia
ansiedad inútil de fracturar los cristales
celestes con un grito mercenario
para que me vista de nuevo con mi traje habitual
de la templanza
Y que se lleve al fin, este silencio feroz…este silencio
Tus preguntas, Gladys, quedan insertas en las respuestas que nos dejas y las que aún guardas en tu interior para minimizar el dolor de los dolores. Manejas con preciosismo ese vivir sin vivir, ese andar por laberintos oscuros, ensayando una sinfonía de notas audibles. Y aunque no lo creas, ese final restablece lo quebrado. Y de pronto te apareces con tu raje habitual de la templanza, buscando que se lleve al fin ese silencio feroz…. con el que reinventas el silencio hasta convertirlo en presencia definitiva,
Juramento de poeta
No abordo los límites exiguos
de mi lenguaje
No polemizo sobre la búsqueda
de la piedra filosofal para lograr
la inmortalidad del hombre
o sobre las presuntas siete vidas
de los gatos
No obstante, por si acaso, hago
una lista de todas mis querencias
y rechazos:
No quiero ser piedra en el camino
para que no me aparte una bota
aprisionada
ni quiero ser la hormiga obrera
con peso impuesto por un ángel
arquitecto de sus nidos
No quiero ser pájaro cautivo
que afina
su gorjeo entre barrotes para marcar
el sitio donde su pareja nunca
visitará la jaula
ni ser foto guardada en el baúl
que consume la llama del recuerdo
En esta redondez del mundo
me gustaría ser una mujer
sin color de piel que me defina
sin prosapia de origen ni apellido
Cabalgar a lomos de ventiscas
para enfrentar relámpagos azules
y no permitir que el tiempo arrolle
la levedad de mi camino
Convertirme en flor
que expanda su perfume
mas allá donde el infinito pierda
el nombre
Subir, bajar y alborotar
las barbas de un Dios invisible
que se tome una foto y me la envíe
para saber si está presente
entre el Todo Y la Nada
Pero, si alcanzo el regreso
en el último plano de mi tiempo
juro
por la siete vidas de los gatos
convertirme en el río que libre
fluye y canta al silencio
al grito, al amor, al desamor
a lo intangible
igual que los poetas
En tu respuesta contienes tu pregunta, querida poeta. Expresas fielmente lo extraviado y tu lejanía de todo extravío propio. Te mantienes y sostienes sobre una línea sin tensar queriendo juntar dos realidades irreales. Y allí está tu magia. Y tus anhelos y deseos son de tanta preponderancia que quedan respondidas tus preguntas.
Incluyendo, y de manera muy particular esas palabras: “si alcanzo el regreso / en el último plano de mi tiempo / juro / por la siete vidas de los gatos / convertirme en el río que libre / fluye y canta al silencio / al grito, al amor, al desamor / a lo intangible / igual que los poetas” Hermoso trabajo poético, mi querida Gladys.
ABRAZOS