Fang-tzu Chang  Taiwán (1964) es una poeta que surgió durante la tendencia de la escritura hakka en los años 1990, además, es una poeta que escribe en hakka thai-phu que es poco común. Aunque escribe la mayoría de sus poemas en mandarín, escribir en hakka tiene una gran importancia para su poesía. Escribe en hakka sobre el amor familiar, las historias de los ancianos hakkas, las imágenes, la vida cotidiana, la historia hakka, los productos, las costumbres, y la cultura de la comida. Es una nueva fuerza de la escritura en lengua materna de la literatura taiwanesa y pionera de la escritura en lengua materna hakka.

Presencia

Aquella vez,

un trocito de carbón parecía atorarse en la garganta.

Aquella vez,

el trémulo cuerpo no podía mantenerse firme.

Aquella vez,

la gente del pueblo me dio ánimo.

Aunque ronca y callada, lograba expresar mis propias palabras.

Para afirmar mi verdadera presencia.

Algunos lo entendieron

otros jamás se habían dado cuenta,

e incluso otros no estaban de acuerdo.

A pesar de ello, decidí darles una oportunidad.

El inolvidable acueducto de bai-leng

Esa luna clara.

Ese sol radiante.

Ese aroma de lirio blanco coronado.

Esa canción popular de las tierras serranas en bocas hogareñas.

Esa saliva del cielo

que babea entre los espasmos de las piernas abiertas.

El agua del pozo de Bai-leng fluye a Chou-teng,

y a Ai-shan Ping, tal una madre colmada de leche,

¡Ah! El llano en los senos

cañaverales cuesta arriba y arrozales cuesta abajo,

duraznos y dátiles en el huerto de arriba y peras enormes en el de abajo.

Ese es el paisaje en dónde se gestó el cuerpo de la ciudad natal.

Los bosques frondosos de los montes hilvanan con aguja e hilo

un cheongsam saqueado por los invasores.

Los padres contaban historias de un pasado confuso

de cómo el sendero soportaba tanta lágrima y tanta sangre,

y cómo el agua se explotaba en grandes cantidades,

por lo cual no podían hacer otra cosa que suspirar por impotencia.

Grietas

Los dedos de la madre 

y Las suelas del padre

Estallaron en grietas

como un páramo resquebrajado.

En tales fisuras hondas y oscuras,

la vida surcaba las arrugas de sus cicatrices.

Peladas sin querer,

las costras suponían

las estaciones más frágiles de toda la vida.

En cada doblez de cada brecha,

latentes yacían

los sueños gestados, de las fecundas semillas.

Traducción por Dr. Khédija Gadhoum

Selección poética por Mariela Cordero


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