Simón Zambrano. (Araure, Venezuela, 1976).Poeta, Escritor, Mediador de lectura, Editor. Reside en Mérida. Estudió Letras en la Universidad de los Andes y Pedagogía en la Universidad Politécnica Territorial de Mérida Kleber Ramírez. Tesista de la Maestría en Pedagogía Crítica-UPTMKR. Facilitador de Talleres de Mediación de la Lectura para el Centro Nacional del Libro y de Escritura creativa para la Casa Nacional de las Letras Andrés Bello. Ha publicado Nido con aves muertas, Yo vivía en el refugio de mis palabras andantes, Insomne me miro al espejo, cuentos de la sierra, sinfonía de huesos, Caballito de crines doradas (Literatura Infantil), Temblor de pájaros, entre otros. Ha publicado en periódicos, revistas y antologías dentro y fuera del país. Ganador del premio DAES-ULA, 2006 y de la Bienal Nacional de Literatura Ramón Palomares 2019.Editor de la Revistas Literarias La Botella del náufrago y Materia Oscura. Es fundador de Páramo Editorial, en Chile.
*
Tan negro como el trueno
caliente de tantas lenguas
disputándose la libertad
tan Taino como Caribe y Arawuaco
hecho de azúcar
persignándose con la izquierda
mirando al monte
desde el mar
una sola frontera
para tanta sangre
¿Cimarrón, dónde te escondes?
La lucha viaja de isla en isla
dejó de llover
y el cuero huele a sándalo.
*
Déjelo que huela a pájaro
hecho agua
que se vaya pa encima
descalzo porque piensa en todos
nadie lo atravesará
porque es hábil como el trueno
déjelo que evapore
al enemigo
con hojas de su tabaco
envolviendo los mares
su rabia nos pertenece
para morir de arcoíris
debajo de la costa
parpadea la costumbre
y la madre amamanta a los luceros
que se encienden
de tanta lágrima
déjelo que llueva
pa que se haga hombre.
*
Palmar-ito
Palmar-ote
Pal mar todo
palmar mano
palpar pal negro
plantación zumbando
negruzco cantando en la noche
ojos brillando en cañaveral
negra zumbando
repique de tambor
en sangre cortada de raíz
mal de ojo del blanco pal negro
mestizo, cimarrón
amamantar la línea solitaria
amontonado en candela
el vestido recoge
la silaba del creole
que apisona la nostalgia
y un trueno
ahuyenta
a las gallinas.
Agradecimiento especial a la poeta Carmen Virginia Rodríguez por compartir los textos.
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