En Septiembre, coincidiendo el final del verano con el cierre definitivo de la primera web de Poémame, planteamos a nuestra comunidad un Reto poético: escribir un poema o relato relacionado con las despedidas.
Estamos francamente contentos con la respuesta que este reto ha tenido! Más de ochenta textos de muy diversos autores han sido presentados; cada uno en su estilo, verso libre, relato, soneto, poesía japonesa… Así que desde aquí os damos las gracias por hacer de esta comunidad algo tan grande y tan bonito! Por ser tan entusiastas y dedicar vuestro tiempo a participar en nuestros retos literarios.
Puesto que es imposible compartir aquí todas las obras que se han presentado, compartimos aquí una pequeña selección de los aportes que hemos ido recibiendo a lo largo del mes.
¡Muchas gracias a todos y a todas por participar!
LLegada a la mar – @NoosferaMedia
Cuando te dejé, me prometí que volvería.
Y aquí estoy.
Ahondando en tus principios,
como árbol de hojas cobrizas
creciendo desde su raíz.
Mis manos, flores o deleite,
tocando el triste acorde
de tus mareas.
Cuando te dejé, me prometí que volvería.
Fue en otoño, y en otoño llego, de nuevo, a tu rebalaje.
En ti, el otoño destella sus
rayos fulgurantes,
y hacia ti me atraen.
Y ahora quisiera hablar contigo,
y ahora quisiera darte toda mi sangre, quisiera…
en ti morir
cada vez que no soporte mi vida.
Su abuela siempre- @Rraffa
Siempre le regalaba juguetes rotos de niños ricos.
Su abuela siempre los recogía en casas de gente rica, donde limpiaba.
Así, a Javier el mundo siempre le pareció algo imperfecto. La vida era un enorme puzzle incompleto:
siempre faltaban piezas.
Debía existir un mundo paralelo, completo, perfecto, no sabía dónde.
Con su primer sueldo se compró un avión por piezas, para construir.
Le llevó tiempo, con enorme paciencia, pieza a pieza; ¡no faltaba ninguna!
Una vez terminado montó a su abuela en el avión; había que verla
con su pañoleta en la cabeza y sus manos agarrando el bolso sobre el regazo.
Javier puso en marcha los motores, despegaron y se fueron para siempre
volando a través de un cielo completamente azul.
¡Despidiendo! – @koro
El reloj cantando
péndulo jadeante
casi centelleante
las horas pasando.
Palpitando el verso
no quiere partir
se acerca el gemir
del adiós perverso.
Letargo padece
llovizna de sueño
suspiro de ensueño
quizás no amanece.
¡Oh, solo un recuerdo!
de aquellos poemas
que eran como gemas
y hoy voy despidiendo.
Palabras escondidas – @Marcos
Con el mapa tachado de fronteras
camino entre las páginas del tiempo
aferrado a una nube pasajera.
Voy dejando palabras escondidas
en cada bocacalle, en cada puerto,
donde un viento cruzó por los caminos
despoblando de tinta los encuentros.
Extraviados de juicio van los pasos
a tientas en el mar de los desiertos
cargando mil fantasmas condenados.
Ardiendo de preguntas, conmovidos
acuden los latidos al acecho.
Moribundos intentos desteñidos.
Silencios que se tragan los espejos.
Así es como me voy,
sin más aliento
que el verso que palpita en el silencio.
Tres Jisei (de despedida) – @Mariaprieto
I
Llegan al mar
las aguas de mi río
el sol poniente
me ilumina en la ruta
de eterna despedida.
II
Y sola me voy…
desnuda tal cual vine
en último viaje
leve, sutil, ingrávido
el paso de mi partida.
III
(Al viejo Poémame)
Tus versos lloran
desdibujados ya,
adiós nos dicen
desde un limbo otoñal
de palabras ausentes.
Despedidas – @Liberarce
Harto de las despedidas…
de mi hijo, de mis padres, de mi hermano, de un amigo,
de mi pueblo,
de mis perros, de una vida,
sea cual sea…
no hay palabras que respondan
al dolor de la partida.
Porque en cada despedida
se acumulan los recuerdos
para agrandarnos la herida…
Porque en cada despedida,
se nos quiebra el corazón
y el dolor… son mil espinas…
Décima (De la nostalgia imposible) – @JoseLuis
Contemplar ensimismado,
gustar de sentirse triste
por lo que ahora reviste
su total significado
pero que sabe abocado
a su inmediato final:
que ya nunca será igual,
pues todo tiempo glorioso
aunque en el recuerdo hermoso
se nos torna irreal.
Desorden – @MorAlex7
La sombra está en los parques,
las huellas en la arena,
las horas en el reloj,
la tarde en las hojas caídas,
sintiendo, -al mismo tiempo-,
la lentitud y el paso de los días.
Cada uno en su herida y su ciudad,
el mar dándole vueltas al recuerdo,
el silencio incrustado en el olvido,
los sueños en la almohada,
la noche detrás de la madrugada.
Las ideas, las dudas, los poemas,
parecen buscar un sol que quema,
pero aún así están lejos
-como las despedidas-,
porque no hay nada
que no pueda ocurrir cualquier día.
Que todo esté en su sitio
es el mayor desorden
que pueda imaginarse.
Las cosas de una despedida – @Manuel Arrabal
El espejo que ha perdido una imagen.
Las huellas que se borran de la piel y se hacen heridas.
Una ventana opaca.
Un camino donde las pisadas ya son transparentes.
La soledad de un beso al aire.
Una ventana rota.
Un cielo donde los ojos ya no vean el infinito.
La palabra sangre sólo es una imagen derramada.
Una ventana desdibujada.
De nada para siempre: Epitafio – @rebktd
[Llevo su imagen clavada en la sangre,
sujeto en mi pecho
un adiós encendido.
Si extiendo los brazos
abarco en mis labios
un vacío oceánico:
trashumancia de ecos
sobre un vértigo blanco.
Me ha gritado el silencio y mirado la muete.
Me he quedado en la niebla,
suspendida en su humo
cubriendo el ocaso.]
Comentarios Recientes