Rosa Isabel Galdona Pérez es natural de Güímar. Doctora en Filología, investigadora, docente y escritora. Ha impartido cursos en las universidades de Santander, La Laguna, Las Palmas de Gran Canaria y Alcalá de Henares. Su tarea investigadora ha abarcado la Semántica, la Teoría literaria y la Crítica feminista aplicada a la novela. Dejó huella de ello en publicaciones como Alaluz (Universidad de Riverside) o el Anuario de la Universidad de Extremadura, entre otras.
Su tesis doctoral, Discurso femenino en la literatura española de posguerra: Carmen Laforet, Ana María Matute y Elena Quiroga, fue pionera en Canarias en utilizar el enfoque feminista para identificar las diferencias sociales por cuestión de género en la narrativa. Como reconocimiento, fue premiada por el Instituto Canario de la Mujer al mejor trabajo de investigación y publicada por la Universidad de La Laguna. La Real Academia de la Historia contó con ella para realizar la biografía de la escritora Elena Quiroga, incluida en el Diccionario Biográfico Español.
Es autora de los poemarios: Algunos amaneceres deshabitados, Enllantecida Wendy, Reflexionario de mareas, Egográficas, Ablativa, La última esquina del viento, La grandeza de las simples cosas y del libro de relatos: Estampas de tinta.
Actualmente, es vicepresidenta de la Asociación Cultural Canaria de Escritores con sede en Candelaria (Tenerife).
1 – ¿Podría usted contarnos un poco de su vida y actividad literaria?
Soy docente jubilada y dedicada, desde entonces, al mundo de los libros, como lectora y como escribidora. Escribo y leo por placer desde adolescente. Creo que ambas actividades se complementan (al menos en mí), porque alguien que no lee es muy difícil que escriba. A publicar comencé mucho más tarde. Fue hace un par de décadas, allá por los comienzos del siglo XXI. Desde entonces, con apoyo editorial o con autoedición, no he dejado de publicar lo que hago.
2 – ¿Cuáles fueron sus primeras lecturas poéticas y qué autores le influyeron?
Con 15 años leí a Lorca y me fascinó. Su Romancero fue para mi adolescencia un faro de sentimientos. Luego me siguió fascinando. Hasta la actualidad. Para mí es EL POETA, a secas. A Poe y a Baudelaire los leí también muy joven y me encantaron, a pesar de que estoy convencida de que un poema traducido pierde parte de su alma en el cambio de idioma… También descubrí a Machado, a Miguel Hernández, a Cernuda, a Blas de Otero, a José Hierro… el primer tercio sel siglo XX dio muy buenas voces poéticas en español… y fueron todos autores que tocaron mi alma de alguna manera. No sé… más tarde conocí otros autores que me penetraron con similar intensidad: Walt Whitman, Rosalía de Castro, Emily Dickinson, Sylvia Plath, Alfonsina Storni, César Vallejo, Pizarnik, Octavio Paz… tantos… Y no quiero obviar en el ámbito regional la que ha sido sin duda para mí un referente: Ana María Fagundo. Su voz tan particular, tan insular, tan íntima y tan bien articulada en el discurso es única. No sé afirmar con claridad cuáles de mis lecturas me han influenciado más. Supongo que todas un poco, porque, indudablemente, uno es lo que siente, pero también lo que lee. Si tuviese que elegir solo a uno, sería Lorca. Yo no escribiría como lo hago sin haber bebido en él.
3.- ¿Cómo definiría a su poesía?
Un grito que sale a superficie como una erupción volcánica, que si no sale, revienta. Un grito que libera fantasmas propios, sufrimientos ajenos que me dañan los ojos, reflexiones sobre lo importante y lo frívolo que veo de la existencia humana… Mi poesía es una forma de respirar para mí. Respirar con palabras que pautan mi aliento mientras miro a mi alrededor y a mi interior.
4 -¿Cree que el poeta “evoluciona” en su escritura? ¿Cómo ha cambiado su lenguaje poético a lo largo de los años?
Evolucionar o morir, ¿no? Evidentemente, todo lo que vive se transforma. El poeta y su voz no son menos. Mi palabra poética ha evolucionado conmigo. Seguramente ha madurado, se ha afilado, incluso, porque el proceso de la vida es aprendizaje también. Y la escritura no es más que otro reflejo de cómo crecemos y nos vamos modelando con nuestras experiencias. También, creo, mi discurso lírico se ha vuelto menos críptico con el tiempo. Se ha depurado, supongo, y se va perfilando como una voz más mía, más reposada y más diáfana en la expresión. Supongo que la experiencia va tallando ese estilo sencillo en el que ahora me veo escrita.
5 – ¿Cómo siente que un poema está terminado y cómo lo corrige?
El poema, habitualmente, brota como un champiñón. De pronto lo sientes en tu cabeza y lo estampas en una servilleta o en la agenda del móvil. Y se queda reposando, a lo mejor, semanas o meses. Luego, sin saber por qué, un día lo vuelves a leer, lo retocas y decides que ya está, que no hay que tocarlo más porque como decía Juan Ramón, “así es la rosa”.
6 – ¿Cuál es el fin que le gustaría lograr con su poética?
No tengo pretensiones concretas. Quizá tener una voz propia que toque la sensibilidad de algunos lectores. Hallar receptores de mi mensaje que hagan suya mi expresión poética.
7- ¿Qué lugar ocupa, para una poeta como usted, las lecturas en vivo?
Un lugar fundamental. La poesía es un pariente cercano de la música. La poesía es rima, o cadencia, o aliteración, o anáfora, es muchas cosas relacionadas con la musicalidad y la oralidad. Por lo tanto, leer poesía es darle una vida para la que ha sido concebida y en la que vibra de una manera única. La conexión entre escritor y lector (oyente, en este caso) en un recital es una suerte de ritual mágico en el que la poesía cobra vida. Y la cobra de una manera plural, puesto que cada voz le puede dar (y le da) una impronta y un sentido diferente a un mismo poema. Es como una conjura verbal en la que las palabras habladas hacen latir en vivo y en caliente al discurso lírico.
8 – ¿Qué opina de las nuevas formas de difusión de la palabra, ya sea en páginas de Internet, foros literarios cibernéticos, revistas virtuales, blogs, etc.?
Me parece altavoces maravillosos para llegar al lector. Todo lo que sume es positivo.
9 – ¿Podría recomendarnos un poema de otro autor/a que le haya gustado mucho?
Este poema de Lorca siempre me ha fascinado, por la conjunción perfecta entre su mensaje y la contundencia de sus imágenes. Me parece una obra maestra. Se titula Aurora:
La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.
La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraíso ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.
10 – ¿Qué libro está leyendo en la actualidad?
Pues estoy leyendo a María Luisa Bombal, una autora del Boom hispanoamericano fascinante. Es un libro de relatos entre los que destacan La amortajada o La última niebla. Esta mujer posee una prosa tan lírica (la paradoja es intencionada), tan personal, tan onírica, tan sutil, tan llena de imágenes y de plasticidad que resulta un deleite para los sentidos leerla. Creo que el realismo mágico no hubiera sido lo mismo sin ella, pese a que su nombre no haya sonado entre los grandes.
11.-¿Qué consejos le daría a un joven escritor/escritora que se inicia en este camino de la poesía?
Que escriba lo que quiera y como lo quiera hacer. Porque solo lo auténtico vale la pena. Y con la autenticidad en los bolsillos, tarde o temprano hallará el camino que necesita para hacerse oír.
12.-¿Cómo ve usted actualmente la industria editorial?
Muy centrada en las ventas y muy alejada de lo literariamente valioso. Creo que, como siempre, los dineros copan el mercado. Hay muy pocas editoriales que apuesten por los autores que no pueden ofrecer un récord de ventas. Tendría que cambiar el panorama, creo, pero no tengo la fórmula mágica, desgraciadamente.
13.-¿Cuál es la pregunta que le gustaría que le hubiera hecho y no se la he hecho?
Me hubiera gustado la siguiente pregunta:
¿Qué libro de poesía de los que conoce le hubiera gustado haber escrito?
Poeta en Nueva York, de Lorca.
Por último, y fuera del cuestionario, nos gustaría que se autograbase recitando un poema que usted haya escrito y sea especial por algún motivo y nos explicase el porqué para nuestro canal de Youtube.
Aquí está: https://youtu.be/3W3QULaTeWo?feature=shared
Gracias, Rosa!
¡Ah! Además, pueden ir a la presentación de su último libro el miércoles 18 de septiembre a las 18 horas, en la Biblioteca de la Zona Joven en Puntalarga (Candelaria – Tenerife). ¡Les esperamos!
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