Marlene Pasini. México. Comunicóloga, escritora, editora, y pintora. Psicóloga transpersonal. Máster en literatura, diplomada en historia y Egiptología. Autora de 15 libros (poesía, novela, ensayo, desarrollo personal) y 8 Antologías. 200 reconocimientos a nivel internacional y nombramientos: Directora cultural del IFCH, Marruecos, Consejera del Foro cultural Fayad Egipto Presidenta de la Academia Mexicana de Literatura Moderna, ciudad de México. Embajadora Mundial de la Paz y la cultura, diferentes organizaciones. Master Honoris Causa, AHCASA, México Premios: Premio Iberoamericano de Literatura por la Fundación Liderazgo Hoy A.C., México Primer lugar con Certificado y medalla como: Figura Pública Literaria Internacional en el undécimo Festival Literario de Crimea. Participación en 150 Exhibiciones Internacionales de Arte virtuales y presenciales en 34 países avaladas con Certificados. Publicada en más de 50 Revistas y Antologías culturales.
Mutismo
La boca silenciada
mutila palabras que agonizan
en la punta de la lengua.
Látigo de relámpagos:
el oculto dolor.
El cuerpo gotea su desmesura
en su fondo de pozo,
por debajo de sí
capa tras capa se desflora
hasta su centro ínfimo.
El grito desolado irrumpe
en los muelles de la calma.
Vorágine de lunas afiladas,
máscara ante una puerta de sombras,
desde el limbo
rostros de arcángeles
se desploman como guijarros de cristal.
Sortilegio
Ondulación perdida
en la mirada,
inscripciones de lo invisible
caen al fondo del sueño,
insignias de otro tiempo.
Alas fugaces danzan
entre las ramas,
cada movimiento
se evapora en la hoguera del instante.
Desde lejos el rumor de nuestros pasos
asedia el estanque y su quietud de jade.
Intacta negrura de sombras.
Un último andar en sigilo sepulta la oscuridad
Cuarzos de luz
cruzan un esplendor de nubes,
reverberan en las aguas mudas.
El profundo cielo
es un canto impasible de cuervos.
Soñar,
luz que se disuelve:
sortilegio.
Revelación
Túmulo de noches sobre mí.
Ráfaga de sueños
atraviesan como augurios.
Oh frágil puente,
voz que se quiebra en la neblina,
las ruinas del tiempo
en la cera fundida de una vela,
mi cuerpo sólo sombra proyectada.
Las ánimas aguardan en secreto.
En su hueco silente
la intocada conciencia.
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