Llevas cierto tiempo escribiendo y ya acumulas una cantidad considerable de poemas, prosas o textos poéticos y sientes que es el momento de dar un paso adelante. Hasta ahora habías publicado en redes sociales, tu blog, en Poémame… Tal vez sea el momento de aspirar a algo más. Desde la revista de Poémame vamos a enseñarte los distintos caminos que puedes tomar.

1. El borrador

Antes de plantearte cualquier opción de futuro, es necesario reunir tu obra, darle cierta solidez. Tener todos los textos, poemas o prosas en un único archivo word puede ser una buena idea. Esto te ayudará en los siguientes puntos que veremos a continuación, por ello es de gran importancia hacerlo bien. No olvides buscar en todos los sitios en los que puedes haber escrito algo que quieras incluir (en un cajón, en una servilleta, en la descripción de una foto, las notas del móvil…).

En un primer momento, al reunir tu trabajo en un mismo documento, lo más normal es que el formato sea dispar entre los distintos textos. Tal vez la tipografía, el tamaño de la letra y la separación entre los versos no coincida y sea diferente entre las distintas partes de tu obra. Para ello, utilizando la herramienta de «Seleccionar todo» y cambiando los parámetros según tu gusto sería suficiente (por ejemplo, TimesNewRoman, 12. Interlineado 1,5).

No obstante, para buscar un acabado más elegante, utilizar un estilo distinto para los títulos de cada unidad que componga tu obra es una buena idea. Situarlos en el centro de la página, ponerlos en negrita, en mayúsculas… ¡Como gustes!

La corrección

Muchos aspectos entran en este punto. Seguimos trabajando con el borrador, recuerda. La obra debe quedar sin errores. Empezar por una corrección ortográfica es lo más lógico. Es posible que se nos haya escapado algún error, tildes, el género mal empleado… En un lenguaje poético es muy sencillo cometer errores de este tipo por la complejidad que arrastra. Después, busca que no haya disonancias en el aspecto semántico: ten completamente claro que lo que has escrito es lo que quieres decir. Puede que alguna palabra no encaje del todo, quizá haya otra que exprese de una manera más fiel el mensaje a transmitir. Por último, la corrección estética. Ésta podría resumirse en la correcta distribución de los versos; aunque sea el aspecto más estético ─en un plano visual─, es igual de importante para alcanzar esa armonía poética que buscas.

Seguramente estés hasta el último minuto haciendo revisiones y leves correcciones. No te preocupes, muchas editoriales publican segundas ediciones porque han tenido que modificar el borrador final para realizar cambios y eliminar errores.

La división y el orden

No es del todo necesario, pero tal vez tu obra pueda dividirse en capítulos temáticos, cronológicos, espaciales… Es una opción, pero barájala, puede ser de gran utilidad; ayuda a la persona que vaya a leer tu obra como si fuera una guía, y con los títulos y la división en capítulos puedes transmitir al mismo tiempo mensajes e ideas que habrían pasado completamente desapercibidas si no utilizases este recurso.

Además, esto permite dotar de orden a los poemas. El orden puede ser, como decíamos, temporal, espacial o temático; de cualquier modo, ordenar tus textos en capítulos crea mucha armonía si tu materia prima no es monotemática.

2. La selección

Seguramente tu obra tendrá una estructura de antología, así que habrá poemas muy dispares. Debes encontrar la línea general que sigue el conjunto y saber cuál desentona más para plantearte entonces si incluirlo en el libro o enviarlo a otro lugar. Precisamente es gracias a la división en capítulos el motivo por el que podrás salvar muchos de tus textos. Hablar del amor o de la muerte durante todo el libro y encontrar de repente tres poemas urbanos ─por ejemplo─ puede generar confusión. No sobran por ser distintos, solo debes encontrar el lugar idóneo para ellos.

Sin embargo, algunos de esos textos no pasarán tus estándares de calidad. Los pones tú, recuerda que es tu obra, eres tú quien elige qué forma parte definitiva de ella qué no. Los que no pasen el corte, puedes guardarlos en un archivo aparte; tal vez le tengas aprecio a tus letras y no quieras que mueran en un ordenador. Ten en cuenta qué estás creando, en qué estás trabajando. Más adelante veremos las posibles salidas, y, en función de eso, debes elegir un criterio más duro para tener un resultado más definido, o si realmente quieres mostrar tu obra, sin aspirar a la aprobación de un jurado literario, por ejemplo.

Una vez acabado esto, tendrás que repetir todo lo del primer punto, tal vez algo se te haya escapado. Después, tu obra estará cerrada. ¿Qué hacemos ahora?

3. ¿Qué hacer con ese archivo?

Vamos a encontrar tres posibles caminos cuando llegue este momento: gestionar tú misma la publicación de tu obra, intentar que una empresa (editorial) trabaje contigo o, por último, enviar el manuscrito (ese borrador final) del libro a concursos y premios cuyas bases incluyan la publicación de éste con una editorial, que suele ser la mayoría. Vamos al desglose de estas tres vías.

3.1. Gestión por cuenta propia

Tú editas, tú contactas con la imprenta, tú gestionas todo el (posible) papeleo… Es el grado máximo de autoedición. Saldrá mucho más económico que trabajar con una editorial de autopublicación (que veremos a continuación), pero todo el trabajo cargará sobre tus espaldas. Puede ser más bonito por la idea de que el resultado final será 100% tuyo, pero esto tiene, como todo, pros y contras. ¿Los vemos?

Pros:

  • Es más económico; imprimir unos 50 libros de, pongamos, 150 páginas puede dejarte la unidad a 4€ y 200€ en total. A esta cantidad, se le debe añadir el  4% de IVA por libros en España, así cuando los vendas no tendrás que declarar nada, ya estará pagado.
  • Todos los cambios y novedades entorno a tu obra pasarán por ti. ¿Qué remedio? No hay nadie más.
  • Tendrás libertad total para incluir los textos que quieras, sin censura.
  • Tendrás un contacto más directo con tu público. Es la única manera de que vendas.

Contras:

  • No tendrás apoyo de distribución, ya que no cuentas con la logística de una gran editorial. Tendrás que enviar tú los libros, con el sobrecoste que supone, aunque se puede afrontar. A los editores de este tipo les cobran 25€ al año en Casa del Libro por distribuirles, y, con lo números sobre la mesa, acabas perdiendo dinero de ese modo.
  • Si quieres un ISBN (opcional) debes pagar 45€ de gestión. Aunque no es ningún problema si no trabajas con grandes librerías. Seguro que el librero de tu barrio está encantado de guardarte en su estantería.
  • El alcance es muy pequeño. Sacarás el libro y… Tal vez tus seguidores te lo compren las primeras semanas. ¿Luego, qué?
  • Corres el riesgo de que Correos pierda algún envío que hagas. Ocurre poco, pero puede ocurrir.
  • El precio del libro será para cubrir gastos de producción. Recordamos el ejemplo, 4€ de libro, 2.2€ de envío, el sobre… 8€ para cubrir costes. Si el libro es más grande, será más caro; si es más pequeño, más barato. Tal vez saques 1€ o 2€ de beneficio por cada venta. Esto puede ser frustrante para ti, pero recuerda: los poetas no comen de la poesía.

3.2. Trabajar con una editorial

3.2.1. Trabajar con una editorial de autopublicación

En los últimos años, la cantidad de  este tipo de empresas ha crecido una bestialidad. El funcionamiento es simple: envías tu manuscrito, te lo aceptan (normalmente, porque pagas), y comenzáis a trabajar. Es más sencillo que lo anterior, tú solo plasmas las ideas que quieres que aparezcan en el libro. La portada y la edición de interiores estará a cargo de la empresa, que te asignará a una persona para acompañarte como editora en todo el proceso.

Pros:

  • Menos carga de trabajo para ti.
  • Te incluyen en su catálogo de autores.
  • Algunas ofrecen una buena oferta de distribución en grandes superficies.
  • Suelen organizar eventos y presentaciones que tanto a ti como autora como a los propios editores, les interesa que triunfen.
  • Gestionan todo el papeleo legal. Normalmente incluyen en el precio la gestión del ISBN (el código de barras de tu libro), y algunas incluso lo incluyen en una gran base de datos con la que trabajan la mayoría de «pequeñas» librerías.

Contras:

  • Es más caro, incluso el doble.
  • Trabajan con paquetes fijos: 50 libros, 100 libros, 200, 500… Eliges lo que te ofrecen.
  • Puede dar mala imagen. Algunas editoriales publican todo lo que les llega, sin ningún filtro de calidad. Es por ello que a los ojos de los críticos, un libro con ese sello en portada suele recibirse con mucho escepticismo.
  • En algunos casos, es probable que tengas que cargar tú con toda la distribución.

 3.2.2. Trabajar con una editorial tradicional

Es el sueño de todo escritor novel. Y es un sueño precisamente por la dificultad que conlleva. Es prácticamente imposible que una editorial tradicional elija trabajar con alguien que no ha publicado nunca ni ha recibido reconocimientos institucionales. Por cierto, con editorial tradicional me refiero a la forma de trabajar. Estas editoriales reciben manuscritos y publican lo que reciben según su criterio. O eso dicen. Lo cierto es que hoy día, para que una de estas empresas se fije en ti sin haber publicado antes, debes tener un buen amigo en sus despachos. Por desgracia, estamos hablando de empresas que quieren vender, y muchas de ellas parece una asociación de amigos. Los pros y los contras son evidentes, pero por si acaso:

Pros:

  • Tienen una gran capacidad de distribución. Si tu libro no está en una librería y lo piden, a los dos días estará allí. Además, puedes dar el precioso salto a otros territorios hispanoparlantes más allá del tuyo.
  • Aportan más prestigio a la obra.
  • Están presentes en ferias de libros y pueden organizar presentaciones.
  • Tú escribes, cobras cada año fiscal y acudes a algún que otro acto, nada más por lo que preocuparte.

Contras:

  • Debes encajar en su línea editorial. No es del todo una contra, pero es algo a tener en cuenta.
  • El contrato editorial que firmarás puede incluir cláusulas de restricción: no trabajar con otras editoriales, publicar solo con ellos, no participar en concursos… Suelen tener una vida media de 2 a 3 años.
  • El estilo es suyo. Visor tiene portada negra con una imagen e interior definido, Hiperión cubiertas a color rayadas y un esbozo…

 3.3. Concursos

Si tienes alguna obra terminada y estás escribiendo otra, mi consejo es enviar el manuscrito a concursos en los que creas que tienes oportunidades. Empezar presentándote a concursos y premios de universidades, ayuntamientos y diputaciones puede ser una buena opción. Tendrás que pasar por varias fases: primero, encontrar el concurso, leer sus bases (extensión de la obra, rango de edad y nacionalidad de participantes, datos a indicar…), enviar (físico o digital estará estipulado en las bases) el manuscrito en el plazo de convocatoria (también estipulado) y esperar a que anuncien la obra ganadora. Deberá pasar primero por una selección, y luego, los finalistas, serán elegidos por un jurado.

Pros:

  • El mérito de ganar un concurso, es algo que te otorgará muchos puntos en tu currículum de autor.
  • No te supondrá mayor coste que la impresión, encuadernación y envío de tu obra. Entre 10 y 15€ como mucho.
  • Si ganas, trabajarás con una editorial.
  • En ocasiones hay un premio económico, aunque el más importante es el hecho de poder trabajar con una editorial tradicional. No obstante, nunca viene mal un dinero extra.

Contras:

  • Pasarán varios meses hasta que veas el resultado.
  • La probabilidad de que ganes será mínima, juega un papel muy importante la suerte, el ánimo del jurado, pasar esa preselección…

Esta opción no es incompatible con la de publicar por tu propia vía una obra anterior. Eso sí, ¡no publiques la que vas a presentar! Las bases de los concursos suelen señalar que no se admitirán obras ya editadas o publicadas.

 4. Consejos una vez hayas publicado

Sin duda, lo que buscamos es ser leídos. ¿Qué sentido tiene si no haber publicado? Para tener un mayor alcance, puedes hacer lo siguiente:

  • Enviar un ejemplar a críticos de literatura para que escriban una reseña. Son los influencers de la cultura. Recuerda que una reseña no es una crítica, es una recomendación.
  • Conceder entrevistas. Aunque a los grandes medios no les interesa hacer publicidad de un autor novel, quizá una revista digital o un periódico de tu ciudad escriba algo sobre ti. Si ganas un gran concurso patrocinado por algún gran grupo económico, no dudes que aparecerás en su periódico particular.
  • Ser relativamente activo en las redes sociales con tu obra. Pero no seas pesado, tus seguidores te lo agradecerán.
  • El boca a boca siempre funcionará. No seas un stand de publicidad andante, pero si surge la conversación, pues anuncia que tienes un libro, tal vez les interese leerte.
  • Acude a recitales de micro abierto. Con el tiempo, estaría genial poder organizar recitales contigo como protagonista. Ve creando un nombre.