Albert Planelles i Vellvé (Barcelona, 1955) es coautor de diversas antologías didácticas de poesía y narrativa y algunos libros de texto de Bachillerato. Un par de desengaños editoriales y sus propias dudas han impedido que se lanzara al mundo editorial hasta el año 2012 con su primer poemario: Converses amagades (Parnàs, 2012).

A partir de 2012 ha publicado dos poemarios y un dietario, todos ellos en catalán: El camí que desa les hores, Témenos editorial, 2013; Els ulls de l’ombra, Témenos editorial, 2015; El dietario: Quadern de nit, Témenos editorial, 2017.

También es interesante darse una vuelta por su blog Poetries. En él encontraréis más poemas, aforismos, apuntes de viajes y curiosidades, así como algunas opiniones sobre sus últimas lecturas.

A continuación vamos a conocer al Planelles poeta con más detenimiento.

¿Podría usted contarnos un poco de su vida y actividad literaria?

Mi biografía no tiene ningún interés. Es anodina. Fui un noi de pis en el barrio del Guinardó de Barcelona. Una ciudad gris, de espaldas al mar, muy diferente de la actual. Me licencié en Historia Moderna y Contemporánea por la Universidad Autónoma de Barcelona, hice la mili y me presenté a oposiciones de Agregaduría de Instituto de Lengua y Literatura catalanas. Posteriormente conseguí la cátedra. No empecé a publicar hasta los cincuenta y tantos años, pese a escribir desde los 18.

Cuando murió el dictador tenía 20 años y ahora, jubilado, contemplo entristecido que algunas cosas del país han cambiado poco. Como, por ejemplo, los resortes últimos del estado, el Deep State, sin duda neofranquista.

¿Cúales fueron sus primeras lecturas poéticas y qué autores le influyeron?

Recuerdo el entusiasmo que me produjo Marinero en tierra, de Alberti, o las soledades machadianas. También la obra de Ausiàs March y Bartomeu Rosselló-Pòrcel. Y Josep Palau i Fabre o J.V. Foix.

No creo tener influencias directas. Más bien he recibido impactos muy diversos, filtrados y digeridos a base de años y otras lecturas. Tal vez debo algo más concreto de Espriu, Vinyoli, Estellés, Valente, Pizarnik, Vitale, Ungaretti, Valéry… Y no sólo de poesía.

¿Cómo definiría a su poesía?

Que juzguen otros. Hacerlo yo me parece un ejercicio pedante. No sé si mis versos tienen poesía. Intento que digan algo al lector, emotivo o ideológico. En cualquier caso parto de un cierto realismo y navego por el simbolismo más o menos abstracto.

Té uns ulls que hi caus dins,
rodoles abís enllà,
t’engoleix una espiral que s’empetiteix,
et xucla el negre absolut,
viatges a l’oblit sol, desolat,
un pou cec, el buit ple.
Et fons en el parany
d’uns ulls meravellosos,
esquer golut de la bellesa.
Més enllà, no hi ha res.
La il·lusió es fa miques
i esdevé pols.
El pòsit de l’alè cansat.
Regna un mar fosc ignot.

Res de El camí que desa les hores.

¿Cree que el poeta “evoluciona” en su escritura? ¿Cómo ha cambiado su lenguaje poético a lo largo de los años? 

Naturalmente! Si no evoluciona, probablemente no llega a la categoría de poeta. Como en toda actividad artística.

Supongo que he ido perdiendo ingenuidad y literalidad. Soy más elíptico y esencialista.

¿Cómo siente que un poema está terminado y cómo lo corrige?

Como se ha dicho muchas veces, un poema no acaba nunca. Lo dejas. Si se publica, deja de ser tuyo.

No tengo una única manera de corregir. A veces cambio palabras, juego con sinónimos. A veces elimino versos enteros de un plumazo. Y a veces un poema puede corregirse muchas veces en momentos diferentes. Otros casi no se tocan, surgen en momentos afortunados.

¿Cuál es el fin que le gustaría lograr con su poética?

Que conmoviese a algún lector. Que le hiciera pensar. Que encontrara placer leyéndome.

¿Qué lugar ocupa, para un poeta como usted, las lecturas en vivo?

Hago muy pocas. No soy conocido más allá de un círculo reducido de poetas y lletraferits. Asisto a bastantes recitales.

¿Qué opina de las nuevas formas de difusión de la palabra, ya sea en páginas de Internet, foros literarios cibernéticos, revistas virtuales, blogs etc?

Que bienvenidas sean. En cuanto a la calidad de las mismas, que cada cual discierna su interés.


Programa de radio en catalán del 2 de abril de 2014 en Ràdio SantVi, emisora municipal de Sant Vicenç de Montalt (Maresme) – Barcelona

¿Podría recomendarnos un poema de otro autor que le haya gustado mucho? 

Mira y muerde, muerde y mira…, de Ida Vitale (Reducción del infinito). Un ejemplo de artesanía técnica poética y lirismo. Eso a bote pronto. Podría hacer una larga lista.

¿Qué libro está leyendo en la actualidad?

Libros: Ensayo sobre la ceguera (en edición catalana), de Saramago; Llum a l’arsenal, del poeta Lluís Calvo y Esdeveniment, del también poeta y amigo Ricard Mirabete.

¿Qué consejos le daría a un joven escritor/escritora que se inicia en este camino de la poesía?

Ya los dio, y muy bien, Rainer Maria Rilke. No sé si tengo autoridad para dar muchos consejos. En cualquier caso, que no se crea Shakespeare, sea valiente y humilde y trabaje mucho. La poesía no cae del cielo.

¿Cómo ve usted actualmente la industria editorial?

La catalana, que es la que conozco mejor, experimenta una ebullición de editoriales independientes que intentan prosperar fuera del circuito comercial que todo lo engulle. En general, y junto a la circulación por internet y medios digitales varios, tenemos papel impreso para rato. Se publica mucho en España. Diría que en Europa. Creo que es un buen momento. Tampoco soy experto en entresijos editoriales.

¿Cuál es la pregunta que le gustaría que le hubiera hecho y no se la he hecho?

Que por que escribo. Respondo. Para explicarme la vida y pensarla una vez vivida. Y por necesidad de hablar de ella. Tal vez es deformación profesional. Fui profesor de literatura durante 35 años.

Por último y fuera del cuestionario nos gustaría que se autograbase recitando un poema que usted haya escrito.  Gracias.

Muy bien, aquí está.

Y a vosotros, lectores, esperamos que hayáis disfrutado la entrevista y gracias por haber llegado hasta aquí.