Hablar de la poesía de nuestro compañero Marc Zarzosa, es hablar de agilidad en el lenguaje. Su poesía, tanto en verso rimado (al cual es muy dado) como en prosa, es desde mi punto de vista dinámica, locuaz y sobre todo divertida. Nunca deja “puntada sin hilo”, y hace un análisis de la sociedad cargado de maravillosa ironía. En la descripción de su perfil en Poémame dice “payaso y responsable”, creo que esto dice mucho de cómo es su forma de escribir: doble sentido y más de una lectura.

Para mí es un placer leer su poesía, ya que siempre encuentro algo nuevo, algo refrescante. Además le gusta mucho jugar a esconder mensajes en los textos, y yo me he prestado en más de una ocasión a dicho juego.

Por si fuera poco, podemos disfrutar de algunos de sus poemas recogidos en recitados y cantados en su perfil en Soundcloud, ElectreJocs, además de diversas recopilaciones publicadas en iTunes.

Paso a dejaros una pequeña selección de sus geniales poemas, y os invito a leer y a conocer un poco más su poesía.

Poemas que matan

A oscuras en un día
en que los vientos azotaron
las lágrimas perdidas
por los besos olvidados,

a tientas, caminaba fría
por un fuego sofocado.
Reabriendo sus heridas…
reescribiendo su pasado.

Una simple poesía
rompería su cercado,
entraría en sus entrañas
destruyendo lo aprendido.

Como un mazo de patrañas
aplastando su sentido,
la empujó hasta las cañas,
las cruzó… y se tiró al río.

Destino dado

Dado que brindas dudas,
dame dignas respuestas,
dime a quien blindas dentro,
di que me dejas fuera.

Día de dones dados,
tarde de dichas puestas,
digo que dije Diego,
niego que el dado rueda.

Amnesia

Sensación dulce pero extraña
he tenido al despertar,
pues no sé si esta es mi casa…
debo recapacitar.

Mi nombre se me olvidó,
no distingo bien mi cara..
pero tengo una razón
que mantiene mi esperanza.

Lo primero que recuerdo,
es el eco de tu voz,
y lo último un anhelo
por besarte con fervor.

Sí me acuerdo de tu piel,
saladita y remojada,
de tus ojos color miel
e infinito en tu mirada.

Pero en cambio se me escapa
cómo he llegado hasta aquí,
y ahora dudo de que haya
nada más después de ti.

La cordura me falló,
se fugó por la ventana,
y el cerebro se rindió
a una mente obsesionada.

Ya no sé si soy humano,
dónde voy o a dónde fui,
pero sí siento aún tu mano
acariciando mi nariz.

¡Super gañán!

Hoy los corruptos crecen como champiñones
y he cogido miedo a robar.
Me pongo la capa de las grandes ocasiones,
me calzo las Asics de runner,
me planto con gafas en medio del puerto y empiezo a gritar,
con el puño levantado pa’ volar:

¡Super gañán! Es el nombre que me has puesto.
¡Super gañán! Es quizás el sitio que merezco.
¡Super gañán! Por no haber sabido encajar
que años y años atrás no me he movido del asiento,
que años y años atrás no me he movido del asiento…

Al levantarme me han dicho que esto estaba amañao,
que hay mucho trigo por segar..
Y al volver a casa, mi abuelo to’ preocupao..
Me he dicho «tengo que hacer algo»,
me salgo y entiendo que me he convertido en el…

¡Super gañán! Es el nombre que me has puesto.
¡Super gañán! Es quizás el sitio que merezco.
¡Super gañán! Por no haber sabido encajar
que años y años atrás no me he movido del asiento,
que años y años atrás no me he movido del asiento…

De los dos últimos poemas que aquí os dejo, el primero es un poema con mensaje (mensaje que logré descubrir, te invito a que lo hagas tú, amigo lector). Muy divertido. El segundo es un poema que me dedicó (lo cual agradezco muchísimo) y que también incluía un pequeño mensaje.

Coge un boli

No hay más relato que el que cuento,
más verdad, que la que llevo dentro,
no hay mensajes si no llegan a su dueño.

Así en el dos del primero de estos versos,
suma el uno del segundo que otros vieron,
coge el tres de las garras del tercero.

Vuelve al dos, que es el número que quiero
para el cuarto de los «enters» por mi intento.
Siete son las palabras hasta el reto
de la quinta de estas frases con salero.

Y ahora ponle «poemas en los que» miento,
y le añades «no he avisado» a tiempo,
así sabes en aquello en que me vuelco
aunque no hayas descubierto todo el texto.

Para ti mi última estrofa

No me atrevo a escribirte sin haberte leído,
no me atrevo a dormirme sin haberte sufrido,
no concibo la muerte sin haberte vivido,
sin embargo mi suerte sigue a salvo contigo.

Tus palabras desprenden, como el cauce de un río,
piedrecitas que arrastras de mi corazón frío.
Me sumerjo en tus aguas, me mantienes en vilo,
aunque a veces devastas mi inocencia de niño.

Veo como las gastas descifrando mis guiños,
convirtiendo mis ganas en pasión por los líos,
conociéndome saltas el listón de mi auxilio
rescatándome a rastras del rincón más sombrío.

Estoy ciego en tu labia, que me ofrece su asilo,
preparando en la nada que me da un folio limpio
tu respuesta soñada, liberada del limbo,
regalo mi esperanza a cada paso que escribo.

A Hortensia Márquez (@horten67 para los amigos)