Esta semana tenemos el cuestionario de Raúl Carreras. Ya sabes, si has superado los 100 poemas publicados en nuestra web, escríbeme al correo interno de la revista y me pondré en contacto para publicar vuestras respuestas. Gracias.

1.   El libro que estoy leyendo: “La reina descalza” de Ildefonso Falcones.

2.   El primer libro que recuerdo haber leído: Creo que no fue el primero, pero el primer recuerdo es de “Platero y yo” de Juan Ramón Jiménez.

3.   El libro que cambió mi vida: “Rimas y leyendas”, de Gustavo A. Bécquer.

4.   El libro que más ha influido en mi manera de escribir: Sin duda el mismo, “Rimas y leyendas”, de Gustavo A. Bécquer.

5.   El libro que me gustaría haber escrito: Un gran bestseller mezcla de historia y ficción, tipo “Los pilares de la tierra”. Es un sueño que igual algún día se cumple…

6.   El libro que está (según su criterio) más sobrevalorado: “Cincuenta sombras de Grey”, por poner un ejemplo.

7. El libro que está (según su criterio) más infravalorado: No tengo un criterio para opinar en ese sentido.

8. El último libro que me hizo llorar: “La ladrona de libros” de Markus Zusak.

9. El último libro que me hizo reír: Los libros no me suelen hacer reír, pero “Vademecum de obscenidad”, de un poeta amigo, José Luis Bartolomé, lo ha conseguido.

10. El libro que no pude acabar de leer: Varios, pero el final de “Cien años de Soledad” se me hizo tan árido que lo tuve que dejar a falta de poco más de 40-50 páginas.

11. El libro que me avergüenza no haber leído: Ninguno, otra cosa es que hay grandes clásicos que por algún motivo aún no han caído en mis manos. Todo es un proceso, me gusta alternar literatura moderna con alguno de esos clásicos, por ejemplo recientemente he podido disfrutar de “Doña Perfecta” de Galdós, son joyas que no podemos dejar de leer.

12. ‘Ese’ libro que me encanta y leo a escondidas: ¿Leer a escondidas? Grito al mundo mi pasión por la lectura, nada debo leer a escondidas.

13. El libro que regalo: El mío, “Sueños y desvelos”

14. El poema por el que me gustaría ser recordado: No sé, hay muchos poemas de los que me siento feliz y que creo han quedado “redondos”, al menos en mi fuero interno. Os dejo dos muy diferentes:

¿Poeta?

¿Poeta?
Yo pensé que era poeta,
cuando, en los arrabales de una fiesta,
un suspiro de tus labios
con palabras de mi boca
bailó un tango.

¿Poeta?
Yo pensé que era poeta,
cuando, una tarde de domingo,
de un otoño tras llover,
nos rimaron los latidos
en los poros de la piel.

¿Poeta?
Imaginé que era poeta,
cuando, en un tenue amanecer,
desde una estrella observé,
a dos nubes en el cielo
que empujadas por el viento
con un beso hacían tormentas.

¿Poeta?
O trovador, bardo o juglar,
o alguien al que una lágrima
que brote del corazón,
que duela como el amor
cuando te llega al alma,
le consiga emocionar.

¿Poeta?
Yo pensé que era poeta,
cuando, un vistazo de mis ojos
tropezó con tu sonrisa,
y el fulgor del carmín rojo
intuyó que era poesía.

¿Poesía?
Yo creí que hacía poesía
al sentir la melodía
que flotaba en cada estrofa.
¡Qué osadía!
Si eran solo fantasías,
y es el verso ahora el que llora,
porque yo no soy poeta,
ni lo que hago yo es poesía.

Fue en una noche fría

Pasó en una noche fría,
tan negra como sombría,
la de la herida mortal
cuando me clavó el puñal
de que ya no me quería.

Quedó el alma tan vacía
al cumplir la profecía:
Hundiría el vil metal
bajo la niebla otoñal
sin ninguna cortesía.

Si fue con alevosía,
tan solo ella lo sabía,
del amor quedó un erial,
ese desierto abismal,
una pasión tan baldía.

Se acabó la fantasía
y todas mis utopías,
que, tras tu cuerpo sensual
no se esconde el santo grial,
más bien mucha hipocresía.

De la feliz alegría,
tan solo la melodía,
solo el triste memorial
de lo que fue un funeral,
de una amarga letanía.

Que, en esta dura porfía
rendí tanta pleitesía
como a un Dios en su ritual,
alzada en un pedestal,
la primera en jerarquía.

Pero lo que más dolía,
el porqué de mi agonía,
fue la farsa, el carnaval,
aquella glosa letal
de que ya nada sentía.

Si me quisiste algún día
fue cara a la galería,
sentimiento tan frugal,
en este amor tan fatal
que guardo tras celosías.