Conocí la poesía de Emily Roberts gracias a la reseña que preparé de la selección de poetas contemporáneas desde el entorno digital Decir mi nombre publicada por la editorial Milenio.
Nació en Ávila en 1991 y es investigadora en el Departamento de Estudios Ingleses de la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado la novela breve Lila (Ediciones Oblicuas, 2011), los poemarios Animal de huida (Ediciones Oblicuas, 2013) y Regalar el exilio (Harpo Libros, 2016), y la novela La Tramontana (La isla de Sitolá, 2016). Ahora está preparando su nuevo poemario para el año 2020.
Sus poemas han sido traducidos al portugués y ha publicado poesía y narrativa en distintas revistas impresas y digitales. Ex-columnista del diario Tribuna Ávila, mantiene el blog:
http://emilyrobertswrites.blogspot.com
Antes de empezar con la entrevista vamos a ver un breve vídeo.
¿Podría usted contarnos un poco de su vida y actividad literaria?
Empecé a escribir al poco de aprender a leer en casa, con cuatro años. Las palabras siempre han sido mágicas para mí, una especie de entrada a otra parte de la realidad inaccesible a primera vista. En la adolescencia escribí bastante ficción y a partir de los 18 (cuando me mudé a Madrid a estudiar Filología Inglesa) la compaginé con la poesía, que, de algún modo me proporciona mayor libertad en algunos aspectos. Algunos libros, años y viajes después, aquí estoy. Sigo aprendiendo, trabajando, leyendo e investigando. Trabajo como investigadora y profesora de literatura, así que podría decir que esta tiene un papel central en mi vida, y aspiro a compartir esta pasión con los demás.
i
Aquella huida no estaba planeada. Ocurrió. Me encontró en el desierto. Yo hacía autostop. Vino a buscarme. Me encontró en la selva. Quería trazar un mapa. Quería domar una fiera. Llevármela a casa. Me encontró aprendiendo cómo acariciar.
¿Cuáles fueron sus primeras lecturas poéticas y qué autores le influyeron?
Mis primeras lecturas poéticas, las importantes: José Ángel Valente, Alejandra Pizarnik, Anne Michaels, Richard Siken. No empecé a leer poesía con asiduidad (ni a escribirla) hasta que llegué a la universidad. En prosa, pero que creo que han tenido un impacto importante en mi poesía, destacaría a Amy Hempel, a Marguerite Duras, y a Clarice Lispector.
¿Cómo definiría a su poesía?
Como una búsqueda. La escritura es mi forma de estar en el mundo, de comprenderlo, y de descubrirlo.
iii
Una vez tuve una amiga que robaba. Anillos de las tiendas de chinos y baratijas en los mercadillos, gomas de borrar y lápices y llaveros. Yo pensaba: esto está mal. Esto es robar. Pero era mi amiga, y la quería.
Un día robó un anillo para mí. Eso era el amor: aprender el valor de los objetos robados. Así que me lo puse y juré que nunca me lo quitaría.
Mi anillo perdió el color y el anillo perdió a mi amiga.
Cómo denunciar entonces / la pérdida que nunca / ha sido tuya.
¿Cree que la poeta “evoluciona” en su escritura? ¿Cómo ha cambiado su lenguaje poético a lo largo de los años?
Sí, evoluciona como evoluciona el cuerpo, el mundo, la identidad. Nada permanece igual en la vida, creo. Y me alegro de que así sea.
¿Cómo siente que un poema está terminado y cómo lo corrige?
No tengo un método fijo de trabajo. A menudo comienzo con una imagen, un verso, y sigo explorando, desentrañando. Luego pulo y corrijo mucho, una vez ha reposado el poema. Otras veces, el poema existe en forma de idea pero las palabras tardan mucho en llegar. Para corregir, me gusta leer el poema en voz alta, darle vueltas. A veces los llevo a recitales y los cambio a posteriori. Un poema está terminado… nunca está terminado.
xv
Querer yacer allí,
deplorada de significado,
querer yacer
siendo sólo
tu significado.
¿Cuál es el fin que le gustaría lograr con su poética?
Creo que si un poema mío le descubre algo de sí mismo a alguien, le revela algo, le consuela, o le acompaña, aunque sea a un solo lector, ya he logrado muchísimo.
¿Qué lugar ocupa, para una poeta como usted, las lecturas en vivo?
Creo que son importantes para vivir el poema; tanto como espectadora como autora, el poema recitado cobra un valor especial y hasta cambia de la lectura en solitario. Como autora, además, creo que el momento, el lugar, y el estado de ánimo modifican el poema in situ.
xvii
Nunca llegaré a amar este hueco
como nunca amaré
la muerte de la luz
o las ciudades donde supiera
cómo vivir.
¿Qué opina de las nuevas formas de difusión de la palabra, ya sea en páginas de Internet, foros literarios cibernéticos, revistas virtuales, blogs etc?
Me parecen una manera de crear comunidad sin tener en cuenta fronteras geográficas. Una forma de encontrar almas similares a las que, quizá de otro modo, tardaría mucho más en llegar.
¿Podría recomendarnos un poema de otro autor/a que le haya gustado mucho?
Este precioso de Olga Novo: a poldra do apocalipse
Meu doce amor dos três anos
vamos brincar aos índios sobre a erva da eira
a falar de Plutão que ainda era um planeta
as minhas pupilas são dois tambores na neve
a tua bola gira no espaço melhor que os meteoritos
passam os teus berlindes rugindo por veias coronárias
passam lágrimas rodando como berlindes azuis
quero ir dormir à toca dos grilos
quero ir contigo
meu amor dos dez anos
sou a menina que assistia ao enterro duma flor na tarde
a que dava o biberão aos cordeirinhos
em garrafas de estrela de Galicia
e aguardava que chegasses
como o melro pousado no último galho do dia
meu doce amor dos quinze anos
viste-me travestida de corvo descalça sobre montes de gelo
viste-me ceder como a madeira de buxo entre as lições de latim
entre equações de resultado incerto
entre raízes quadradas que davam flor no inverno
ainda me parece dormir enlaçada à tua apendicite
como uma magnólia da noite
meu doce amor dos vinte anos
vou pelo teu braço como pela clareira dum bosque
a campânula do tempo explode-me na cara
dou um salto mortal para me agarrar à vida
roubo lume nas hortas no canto de uvas negras
perdão se fiz mal perdão
de baixo das árvores que vão rumo ao subsolo
estou apreendida de memória pela mente de Dioscórides
classificada entre a lavanda e as plantas venenosas
se me vês fico cega
se me falas faz-se-me um eco na garganta
deito-me na tua cicatriz como uma gaze
tudo passa
meu doce amor dos trinta anos
vou pelo teu braço como por um braço de mar
à aventura
a minha vida é fruto do acaso
entre ruas de limoeiros e canelhas de chuva
entre megálitos absortos e lendas milenárias
sinto que me cantam em babilónia e bretanha
que a poldra do apocalipse me está esperando à porta
meu doce amor da idade do ferro
entre lanças e sentimentos campaniformes
o meu eu vai pelo teu braço como por um traço
inscrito numa tégula de bons augúrios
o meu amor vai pela tua mão
como o cão que é
meu doce amor dos trinta mil anos
o ar arranha
ulula nesta fissura
sinto que me cantam em babilónia e bretanha
que a poldra do apocalipse me está esperando à porta…
enquanto
o meu eu atónito
sobre um banco de peixes sentado
sente ainda talvez a candura
do doce amor dos três anos.
¿Qué libro está leyendo en la actualidad?
Estoy leyendo Primera persona, de Margarita García Robayo (Tránsito, 2019). Lo recomiendo mucho.
xviii
El deseo de estar siempre lejos
como un animal enfermo
el deseo de crecer lejos
como un animal sin piel
el deseo de ser extranjera
para poder invadir la piel
cuando era niña no tuve un árbol
cuando fui joven no tuve casa
y ahora que no he crecido
no tengo lengua
ni corazón.
Tendrás un lugar en mi casa, digo
(y ahí está la trampa)
tendrás un lugar en este río viejo
grabado viejo
horadando la piel.
Los ríos, a diferencia de los pueblos, no cambian de sitio.
Sólo desaparecen.
¿Qué consejos le daría a un/a joven escritor/escritora que se inicia en este camino de la poesía?
Que lea y escriba mucho, que escriba y borre, y tire, que no se frustre en seguida sino que aprenda de los autores que le conmueven. Que viva plenamente, también.
¿Cómo ve usted actualmente la industria editorial?
Creo que la industria actual está muy viva y es muy variada. Especialmente en el campo de la poesía, pero también en la narrativa, se han creado en los últimos años muchas editoriales pequeñas que están dispuestas a apostar por el riesgo, lo cual, creo, ha devuelto frescura al panorama literario.
xx
Mis padres beben vino
en sendas copas;
sorbos callados, piden perdón.
Mi amante bebe vino
de una botella:
tragos rápidos,
labios morados,
a orillas de
la diligencia.
Y yo
bebo vino con las
manos,
bebo vino de otras bocas:
el recuerdo es todo ese amor no profesado;
una religión.
Yo no escribo:
yo camino
alejándome de todo
mientras me trenzo el pelo.
¿Cuál es la pregunta que le gustaría que le hubiera hecho y no se la he hecho?
¿Cuál es el espacio para la poesía en la sociedad actual? Creo que es importante reivindicar el papel transformador de la poesía, dentro y fuera de las aulas.
Todos los versos destacados son del poema ‘Holanda’ publicado en el poemario Animal de huida (Ediciones Oblicuas, 2013).
Acabaremos con los versos finales del poema. Y a vosotros, lectores, esperamos que hayáis disfrutado la entrevista y gracias por haber llegado hasta aquí.
xxiv
Nunca abriría la puerta a los desconocidos
pero escapé
yo sola
a las fiestas en barco
o por el camino
de la autopista.
No me dijeron: no te marches.
Tampoco: no te quedes.
xxv
No saber cómo volver,
no saber cómo,
pero volver.
Sólo regreso a lo que aún
no es conocido.
xxvii
Mientras siga lloviendo, seguiré buscando un camino, cualquier camino, para cruzar la alambrada y llegar al refugio. Aunque no hay refugio. Aunque dijiste nunca hay refugio. Aunque tenga que arañarme la piel, olvidar las uñas, inventar el fuego. Bajo la lluvia parecíamos más fuertes. Bebíamos agua dentro de agua. Construir un refugio aunque no lo haya. Aunque el suelo tiemble. Aunque dijeras un refugio es un lugar para morir.
xxxii
Teníamos:
caballos blancos para destruir
caballos rojos para el miedo
azules para el frío
verdes para el arrepentimiento
y tan sólo un par de horas
hasta amanecer.
xxxiv
Una amiga me leyó las líneas de la mano y me dijo: vas a morir pronto. También dijo: dos, veo dos. ¿Dos qué? Dos cosas. Dos accidentes. Dos vidas.
No me cobró nada, porque dijo que lo que estaba haciendo era ilegal en su país.
Me arranqué las líneas de la mano y dije: Aquí está el accidente, está aquí. El accidente soy yo. Y levanté mi mano lisa; así era cómo iba a luchar.
Cuando volví a encontrarme con él, me cogió la mano y dijo: ¿Dónde están tus líneas de la mano? Era lo que más me gustaba de ti. Toda esta suavidad no conduce a nada.
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