Magaly Salazar Sanabria nació en La Asunción, Isla de Margarita, Estado Nueva Esparta, Venezuela. Licenciada en Letras en la Universidad Central de Venezuela (1974). Magíster en Literatura Hispanoamericana, Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Instituto Pedagógico de Caracas (1992). Estudios de Doctorado en la Universidad de Barcelona, España, en Filosofía y Ciencias de la Educación (1985). Doctora en Cultura y Arte para América Latina y El Caribe, Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Instituto Pedagógico de Caracas (2012) Nombre de la Tesis Doctoral: “El mar y la religiosidad en la canción popular y tradicional margariteña desde una visión poética”.Profesora Universidad Central de Venezuela, Simón Bolívar y Universidad Pedagógica Experimental Libertador1974-1999. Actualmente es Vicepresidenta del Círculo de Escritores de Venezuela. Miembro Correspondiente de la Academia Venezolana de la Lengua por el Estado Nueva Esparta.    

Obra publicada: No apto para los ritos de la sacralización (1987), Ardentía (1992), La Casa del Vigía (1993), Bajío de sal (1996), Levar fuegos y sietes (1998), Cuerpos de resistencia (2006), Caudalía (2010 1a.ed.), Caudalía (2013, 2a.ed.), Andar con la sed (2016)        

                                                            

Ardentía

Llámame

con aquello de andar por lo alto.

Llámame

con éso de jadear dentro

                     y me devolveré

con mis fotografías

                      que no caben en la muerte.

Llámame con mis amores y heridas.

Cítame sobre el mar

y será de noche

cuando alumbre el cardumen

y te contaré de la ardentía,

                               lo que ella sabe de mí.

Del libro: (1992) Ardentía. Barcelona: Venezuela: Fondo Editorial del Caribe

LI

Cuando tu cuerpo busca entre el mío

una razón

para hacer de él una copa de vino o de flores,

Ese amoroso deleite

                           de tu mano sobre mis superficies

                                                          me desaparece

pero logras vencer la codicia

para contemplarme

olorosa a mujer recién amada

y descubres que el cerebro corre

apenas llegado el corazón

y que un temblor celado en la proximidad

orienta los sentidos y se abren espacios

                                     y la lógica hace equilibrios para no caer

                                     y vienen hacia nosotros, desde alguna parte,

                                              palabras en libertad

y de repente, las campanas decretan

una pausa para que nos oigamos

y se recoge en la juntura perfecta

                                                      el espíritu.

Del libro:  (1996) Bajío de sal. Caracas: Universidad Pedagógica Experimental Libertador

Hombre con sed

Difícil  es caminar bajo el sol

Sin intuir las horas de la salvación.

De tanto andar nos acercamos al pozo

“do tiene su manida”

el agua.

Alguien nos pidió de beber.

Era un Hombre con  sed

pero sin cubo para la hondura del agua

y  nosotros gente cibernética y con prisas;

algo diferimos entre la compasión y el amor

El hombre era el Poeta Mayor

y nos dio agua de vida

y escribimos,

nos apacentamos,

 observando el mundo

desde la aspiración de la gaviota.

Y la cima se hizo amiga de la mar.

Del libro: Caudalía (2013) Caracas:El pez soluble


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