Yhonais Lemus, escritora venezolana (1988), profesora universitaria. Ha publicado La trascendencia de los insectos (2008) El Perro y la Rana; Caracas, Hilos Celestes (2013) Editorial Torino; Caracas, Entre el rostro/rastro de Clarice Lispector (2018) Editorial Académica Española; Madrid, Destellos Acuosos (2019) Halley Ediciones; Buenos Aires, Memorias de la piel (2020) Halley Ediciones; Buenos Aires. Ha sido merecedora del Primer Premio “Metafórica Revista” (2022) con el libro Nagapushpa  que será publicado por la editorial Vuelo de Quimera.Su poesía ha sido traducida al inglés, francés y alemán. Cursó una Maestría en Literatura Latinoamericana en la Universidad Simón Bolívar, institución de la que ha sido parte del equipo docente. Facilita talleres de escritura creativa y colabora en múltiples proyectos editoriales.

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te siento como un mecanismo polisémico que me libera. Se me escapa la lengua, me atraviesa como un río. En este momento entiendo que la verdad se centra en el abismo y que la carne que soy oscila entre el vacío y el éxtasis. En “el aquí”; en este pobre espacio, pasa la palabra conjurando el pasado y el futuro. Entiendo que este rompecabezas es el ensamble de lo que aún no veo y excede mis sentidos. La lengua, incierta, escurridiza, me está envolviendo ahora, como una serpiente que lleva días sin engullir a alguna presa, se apropia de lo negado, del significante. Mi ser está llegando a la palabra y voy descifrando el enigma: lo bello de cada cosa esta detrás del asombro,

                              la mirada fulgurante –esa misma,  la de la infancia- ante lo habitual re/significa, da vida.

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, ella intenta escribir para saborear la pregunta sobre ¿qué hay entre el mundo y su horizonte? se encuentra en busca de algún develamiento, de alguna nueva articulación, pero siente cómo se va cerrando en cada paso toda posibilidad. Debe darse prisa, confiar en el instinto; creer y crear. Confiesa aquí, en el instante previo a estas palabras, que ya había decidido no tomárselo tan en serio, en ser vaga e imprecisa, en volver al origen de cada palabra porque las respuestas sobre lo real y lo poderoso vienen a cuentagota. Tiene que estar atenta, lo sabe, dejar que la mirada salga y flote, como un ojo centinela sobre todas las cosas para entender lo que limita y excede a cada pieza; eso que se muestra y oculta entre el plano claro y el abismo.

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ahora te percibo pálida, distante, con todas esas palabras siendo simple palabras y con todas esas palabras siendo más que simples palabras, dándote un hogar;  viviendo en el eterno poema encarnado. La frustración ante el silencio se aproxima con tu pérdida,

                                                               , me paralizo, padre, cuando tu ser elige arrancarse de lo que sí. 


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