Cuando nos miramos en un espejo, ¿nos vemos realmente a nosotros? ¿Qué es en verdad lo que vemos? Este poemario se centra en diferentes “yo”, que a lo largo del libro fluctúan para dar distintas voces de una misma realidad.
Partiendo ya del título, y a medida que avanzamos por los poemas nos damos cuenta de la importancia cabal que tienen en estos poemas los ojos, las miradas.
Un poemario que empieza en el espejo y termina en el espejo, dejando por medio miradas, ojos que miran y ojos que ven, los ojos míos, los ojos tuyos, cierto desdoblamiento y a su vez, la identidad de una mirada.
El mismo autor nos explica en la nota introductoria que el poemario se encuentra dividido en dos partes, y marca esa separación Sombras, el poema más largo de todo el libro, un poema oscuro donde parece que se han perdido las miradas y todo es una oscuridad revuelta y caótica, casi apática y llena de olvidos. Incluso algunas sombras parecen cobrar vida, y ver, y hablar… para no reconocer. Es una pérdida de mirada, una pérdida de luz
Una marea de siluetas ensombrecidas
se bañan en mí y salen y vuelven,
como en un río de fragmentos, cambiante.
Me sale una medio sonrisa nerviosa. Me fundo en negro,
me hago fondo de sombras chinas y oscuridades.
Fragmento poema Sombras
Los primeros trece poemas nos dan una visión algo genérica e indefinida, de algunas miradas, de instantes que esas miradas observan, o viven, o sienten. Podría ser cualquiera y, sin embargo, veo a alguien detrás, un yo que se dirige a un tú, aunque este yo y este tú podrían ser todos y nadie a la vez.
Oscilando entre el verso blanco y el verso libre, estos poemas tienen un aire ligeramente oscuro, pero con asomos de claridad; las miradas pueden ser claras, pero esconden un rincón oscuro, que a veces va más allá de lo visto para adentrarse en uno mismo
Eres tú, ¿verdad?
No sé si esas imágenes de ti las imaginé,
en otro tiempo, otro tú.
¿Dónde se esconde tu mirada?
de la que se cayó con su destello, apenas sin rastro?
¿Dónde está esa luz que aletea y vuela
en mi memoria pintándola de tu voz?
Ahora son otras las pupilas huecas, sin parpadear
Fragmento poema Virtualmente irreconocible
Los últimos trece poemas aparecen, en algunos poemas, personajes definidos, que poco a poco dejan de verse. Es como si en los primeros poemas los ojos estuvieran abiertos, y empiezan mirando en un espejo, introduciéndose en lo que se ve dentro de un espejo, y en esta segunda parte, los ojos se cerraran y todo terminara con la mirada del espejo hacia afuera: el poder del espejo es que tiene el dominio del reflejo, y es su venganza.
A mi gusto
te envanezco o te humillo, te reflejo y te empaño,
dibujo y desdibujo tus rostros y cuerpos,,
pero a ti te da miedo romperme, ja…
Te muerdo. Te hundo, en frío, en mí,
pues soy tu herida y tu cuchillo de cristal.
(No es nada personal).
Fragmento poema La venganza del espejo
Los ojos desdibujados es un poemario muy bien escrito, con un gran dominio del lenguaje y mucha profundidad. Un libro que se abre y se cierra en sí mismo, como una mirada que se abre, ve, y acaba cerrada para ver más allá.
Jorge López Llorente es graduado en Lengua y Literatura Inglesa por la Universidad de Oxford, donde recibió el premio Mason Lowance. Tiene diversas publicaciones en revistas en español e inglés y su relato “Igual que antes” fue merecedor del Premio Mordedores. Los ojos desdibujados es su primer poemario y es un libro que recomiendo leer con atención, para llegar a darse cuenta que todo en él está relacionado de algún modo, que las miradas esconden y ven mucho más de lo que creemos; este libro es una mordida que deja marca.
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