“Mi vida es tan sencilla que bastarían apenas unas líneas para haceros llegar esa “orilla de mi vida”, en la que veo fluir el río que nos cobija y las hojas que, como yo, buscan la calma de los meandros…”
Joseba Sasía Muñoz (Barakaldo, 1957) Estudió Derecho y Economía y ha sido premiado en numerosas ocasiones en el concurso Poemas del Mar que convoca el ayuntamiento de Castro Urdiales (Cantabria) donde reside. Ha publicado otros poemas en diferentes revistas literarias y en el ámbito profesional, dirigido publicaciones sobre Restauración y Patrimonio Histórico y también sobre Consumo.
Sencillamente, la vida, es su primer poemario, publicado por Septentrión Ediciones de Cantabria.
El poemario se estructura en cinco bloques, pero no son compartimentos estancos sin conexión, todos ellos llevan sus señas de identidad poéticas y son partes de un todo vital.
El primero, Cruzando la puerta de las palabras, comienza con el poema que da título a la obra.
“Sencillamente, la vida”
“Apetitos distintos
que nos disponen dispares
para alcanzar el umbral
de la tierra y de los mares.
Por la alcazaba quebrada
del vientre de una mujer,
sencillamente, la vida,
apenas el llanto es prisa,
y en los labios de un suspiro
se dibuja una sonrisa (…)”
Se compone de una miscelánea de poemas donde sobresalen los versos sobre el quehacer de la escritura y la poesía.
“Pliegos de prosa caliente,
plumas de soledad,
de versos blancos, tan blancos.
Pintor de folios callados,
escultor de los remansos,
dibuja las olas altas,
tan altas,
de versos blancos
tan blancos (…)”
“Musas que me inspiran
como me inspiran las barcas…
las gaviotas, los recuerdos,
los años que nunca vuelven,
las miradas que se pierden,
los matices que se estrechan,
como se estrecha la vida
por las calles del presente (…)”
“A las gentes de la mar”, va dedicada a su entorno, al modo de vida en la villa marinera de Cantabria donde vive, Castro Urdiales, y sobre todo al mar que le ha servido de gran fuente de inspiración…
“Barrio de los marineros,
bajamar de mis sueños,
sobre la barca varada,
siguen tendidos los remos.
Pleamar de esperanza.
¡A sotavento!
Por la acera de las nubes
caminamos al reencuentro (…)”
El poemario continúa con “Paisajes de juventud” que dedica a sus padres. Son poemas emotivos e íntimos en los que relata sus vivencias familiares de esta época de su vida.
Como estos, que dedica a su madre…
“Campos enteros de trigo,
redes enteras de peces,
besos que no dio nadie,
caricias que se estremecen.
Ni en los nidos en flor,
hay aves que tanto quieren (…)”
“Refugio de mí”, dedicado a su compañera, y “Retoños” reúnen bellos poemas en torno al amor, los hijos, los sentimientos y las vivencias familiares.
A su mujer:
“Destapas la arena tierna
de tu orilla mojada,
desnudez, de mar conforme
que te pliegas a mis aguas(…)”
“Bajamar que refluyes
embates de besos blancos (…)”
A sus hijos:
“Me llamas
y en tus metáforas
de lenguaje sin sentido,
entiendo las palabras de tus pupilas,
las miradas de tus labios,
el eco de tus silencios
y tus manos que me reclaman.
Recitas versos filiales,
poeta sin estatura
que me grabas en el alma (…)”
El último apartado, “Cuando se quiebran los rasgos, se compone de varios textos donde reflexiona sobre la vida que le tocó vivir, el camino recorrido, el paso del tiempo, el olvido, la vejez que se acerca…Todo ello envuelto en una hermosa melancolía.
Destaco este, a modo de despedida :
(A la vida que me cobija)
“¿Qué habría sido de mi vida
si en el cauce tortuoso
del río que me cobija,
hubiera sido otra orilla
más abajo o más arriba,
la que poniendo sus manos
de limo y de celosía,
me acogiera en su seno
y en su seno, mi porfía?(…)”
Como resumen, diría que, en un lenguaje conciso, sencillo, sin innecesarias estridencias, pero no por ello exento de un lirismo suave y hermoso, “Sencillamente, la vida” es un paseo por la existencia bien elaborado, una larga calle recorrida que desemboca en el mar de la palabra vivida y callada que sale a la luz pública después de un largo recorrido vital por el tiempo y los años.
Vivir, vivir es lo que importa. En sus palabras encontramos la respuesta:
“La vida es un sumatorio de tantas y tantas vidas…pasadas, presentes y futuras.
Cuando unas se terminan, otras germinan de la nada para seguir creando vida.
El olvido, es la antesala del recuerdo y el recuerdo, el jardín de los sueños; los que fueron y los que pudieron haber sido…”
Nunca es tarde para que brote de nuevo la poesía y siga dando sus frutos…
Joseba Saxia es miembro también de nuestra Comunidad Poética Poémame.
Allí lo conocí y allí ha publicado sus hermosos poemas bajo el seudónimo de “Txopo”.
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