Nos encontramos ante un libro especial y muy personal; un libro en el que cada texto es una bre-flexión lúdica, como el mismo autor subtitula.

 Lo primero que me llama la atención es el gran dominio del lenguaje que tiene el autor, combinado con un arte a la hora de escribir relatos; un libro muy bien escrito que hace que el cerebro se active, pues hay que ir más allá de los que las letras explican a primera vista.

Un conjunto de relatos escritos bajo la técnica In media res, que juega con el significado de las palabras dando lugar a ideas curiosas, distintas, que abren la mente a otros planos más allá de la lógica natural.

Estoy convencida de que Daniel se ha divertido haciendo este libro, a la vez que ha profundizado, aunque de entrada no lo parezca, en una feroz y a la vez sutil crítica:

El golpe comienza desde el suelo, la energía se transmite a las piernas y recorre los músculos de la espalda, llega al hombro y al tríceps y finaliza en el puño; todo se paraliza alrededor del ring y lo único que se escucha es el conteo hasta diez del árbitro. Nocaut.

Una vez finalizado el combate los políticos vuelven a ocupar sus escaños, mientras los empleados limpian el linimento de saliva de sus asientos.

-Fragmento de Nocaut.

Con una afiladura brillante, en los mini textos que presenta (artefacto: hecho con arte), entretiene y a su vez hace pensar y, por qué no, abre los ojos. Lo curiosos del libro es que, para esto, el lector ha de ser parte activa, no limitarse sólo a leerlo, sino atreverse a entrar en cada uno de los textos, jugar con el autor a través de los códigos QR que acompañan algunos textos, escogiendo, en su caso, alguna opción que el autor propone. No es un libro de lectura y ya, es un libro que no tienen sentido si no hay una mente al otro lado dispuesta a ver las cosas de otro modo, a descubrir un submundo que está ahí, tras todas las cosas, pero que hay que atreverse a contemplar.

Le recetaban píldoras para curar sus axiomas.

-Peregóricas

Se denota cierto rigor científico, cierta tendencia analítica en todos los textos y, sin embargo, va más allá de lo puramente científico, abre nuevas puertas a nuevas dimensiones, a nuevos pensamientos y visiones que conviven con el mundo y las cosas tradicionales.

Es un libro que creo que hay que leer simplemente por el placer de adentrarse en otras dimensiones, aprender a jugar con los vocablos y los significados, aprender, ir más allá, salir del acomodo mental habitual y descubrir otras estancias almacenadas dentro de nuestra cabeza que quizás, de otro modo, no habríamos abierto jamás.

Sin duda alguna, se trata de un libro único y distinto, en el que el autor consigue hacer reflexionar a la vez que entretiene y divierte con sus textos mordaces, tan cargados de significados ocultos, de nuevas maneras de ver las cosas.

Daniel Rivallo se define como filósofo, dramaturgo, areopagita (por vivir en las nubes), entomólogo de palabras y aforista con-pulso. A parte de Microartefactos, tambien es coautor del libro El punto sobre la y (Talón de Aquiles, 2021)