Daniel María (Canarias, 1985) es escritor, gestor cultural, editor y actor. Su obra de creación la comprenden los poemarios Hilo de cometa (Premio Félix Francisco Casanova, 2009), Flor que nace en los raíles (2015) y Falconetti sobre fondo rosa (2018); el libro de cuentos (De)función cómica (2009) y las novelas El hombre que ama a Gene Tierney (2ª ed. en 2014), Premio de Edición Benito Pérez Armas, y Un crimen lejos de París (2014). En 2023 publica ‘Bisutería auténtica‘ (Egales) y es uno de los autores de ‘Saritísima: historia ilustrada de un mito‘ (Varieté). En la actualidad está presentando su última novela ´Antiguas boquitas pintadas´, Lastura editorial.

¿Quién es Falconetti?

Mi primera impresión fue asociar el nombre del poemario a Falconetti, el tuerto malo, el peor de todos los malos de las series que se veían en España a finales de los 70. Era el enemigo en ‘Hombre rico, hombre pobre’, la primera gran miniserie. Era más enemigo del hermano pobre (Nick Nolte, Tom) que del rico (Peter Strauss, Rudy).

La verdad es que Daniel María se refiere a Maria Falconetti, una actriz francesa de cine y teatro, conocida por su papel de Juana de Arco en La pasión de Juana de Arco (1928), del director Carl Theodor Dreyer. Aunque algunas fuentes aseguran que María nació en Sermano (Córcega), actualmente se sabe que nació en Pantin (suburbio del norte de París).

El porqué del título

En 1928, el director danés Carl Theodor Dreyer estrenó la película La pasión de Juana de Arco. Su protagonista, la mítica María Falconetti, no volverá a hacer cine y continuará su trayectoria actoral en los escenarios. Se ha sabido, muchos años después, que los célebres primeros planos de Falconetti, en la agónica y desesperada confesión de Juana, se rodaron sobre fondo rosa, para dotar a la imagen en blanco y negro del tono que más satisfacía al director. Tal como nos indica Daniel María, de haberse filmado en color, el primer plano de Falconetti hubiera derivado en retrato pop.

La niebla y la memoria

se retiran

dando pasos 

hacia atrás.

La verdad se distancia;

y un desierto de nombres

nos convierte

en habitantes

sin geografía.    

Un libro de poemas íntimo, intenso y muy personal del escritor gomero Daniel María. Un poemario dividido en tres partes:

Empezamos por la sección Lo bello. En ella nos encontramos con ‘La soledad de los retratos’ donde María nos habla de la verdad y la memoria. A continuación, el poeta asume, en ‘La muerte’, que esta es ruidosa y magullada. En cambio, más adelante nos indica que la vida solo es lo bello y lo oculto.

En ‘Único’, ¿qué me dicen de los versos Romper la esperanza de los otros / que pusieron tu rostro a sus pecados?

Un referente importante en la obra y vida de Daniel María es David Bowie y así lo demuestra en la página 27 del poemario.

Siguiendo con el deleite que representa leer y releer sus poemas, nos comenta en ‘Poeta no’ que un poeta es un desconocido que descubre una verdad y duda

El último verso de ‘La noche’, gracias a la noche, que nos ha dado tanto, nos ha recordado una popular canción folklórica chilena que cantó Violeta Parra, ‘Gracias a la vida’. Chilena como Nicanor Parra, el antipoeta, a quien dedica el poema.

En la segunda sección, titulada ‘Lo oculto‘, me gustaría destacar el poema ‘Credo’: Y creo, sobre todo, / en la presencia / de mis muertos. El poema ‘Las cartas’ cuando asevera Pero las cartas importantes / no se guardan. Para acabar mi selección con el poema ‘La niñez’.

El poemario tiene una tercera parte que no tiene desperdicio, El tiempo, que la tienen que deleitar en soledad para que les resulte más gustosa.

Son poemas condensados a lo ‘oriental’, sin ser haiku, en pocas palabras, en pocos versos, dice mucho: ‘estamos condenados a envejecer la sombra´. Aunque si tengo que elegir un poema de entre todos los que configuran Falconetti sobre fondo rosa, me quedo con dos: Incertidumbre y Otoño.

La poesía siempre guarda un secreto evidente que el tiempo revela con la vida, y que sorprende al poeta y al lector, como el rosa sobre el que Falconetti desmoronó su parlamento. La poesía sabe de nosotros y del mundo mucho antes de que logremos —si es que lo logramos— descubrir el mensaje total. Mientras, andamos por el laberinto de lo bello y lo oculto.

Los amantes de la literatura de Daniel María estamos de suerte, no solo por poder leer sus libros, sino también porque nos indica el año de su muerte, muy lejano todavía. En el poema ‘He elegido mi tumba’, indica que morirá en 2091, eso quiere decir que tenemos muchos años por delante para gozar de su literatura.

No lo duden, aquí pueden adquirir un ejemplar.