DOLORS FERNÁNDEZ GUERRERO (Barcelona, 1968) es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Barcelona.
Autora de narrativa y poesía, ha colaborado con artículos de creación, ensayísticos y de crítica literaria en diversas publicaciones, entre otras: ‘The Riveraine Muse’ (India), ‘El Ciervo’, ‘Zenda’, ‘Vallejo & Co.’ (Perú), ‘Pliego Suelto’, ‘Clarín’, ‘El Punt Avui’, ‘Estación Poesía’, ‘Nagari’ (EE.UU.), entre otras.
Es secretaria de la ACEC (Asociación Colegial de Escritores de Cataluña), donde ha organizado diversos eventos y administra el blog literario Despeñaverbos (http://xn--despeaverbos-ehb.es/), con más de 1.700.000 visitas.
Como gestora cultural, de 2018 a 2024 ha sido presidenta del colectivo literario El Laberinto de Ariadna, con sede en el Ateneo Barcelonés.

Es una autora que se mueve en diversos géneros: novela, ‘El club del tigre blanco’, Gaspar & Rimbau. Valencia, 2020.; novela corta, ‘Halogramas’, KDP. Amazon 2021 y ‘Huye, Alisa’, KDP. Amazon, 2021; poemario ,’Mi corazón mordido por tus labios’, La Marca Negra Ediciones. Murcia, 2017 y diversas antologías. A todo ello hay que añadir el accésit del Premio Vitruvio de Poesía 2024 con la publicación del poemario ‘La memoria de la piel’ y el hecho de ser finalista del 73 Premio Planeta de Novela 2024 con la obra inédita ‘Lluvia de cristal’.

1 – ¿Podría usted contarnos un poco de su vida y actividad literaria?

Bueno, resumir una vida en pocas líneas es complicado, pero lo intentaré. Estudié Filología Hispánica porque desde niña sabía que lo mío eran las letras y porque enseguida descubrí mi vocación literaria. Crecí leyendo tebeos y las aventuras extraordinarias de Julio Verne, y muy pronto me pasé a los grandes autores de la literatura universal. La poesía llegó más tarde, de la mano de Bécquer y Espronceda, y a partir de ahí la carrera ha sido imparable. 

No obstante, tardé mucho en decidirme a escribir por razones ajenas a la literatura. Desde que publiqué mi primer poemario, Mi corazón mordido por tus labios, han transcurrido ocho años y a partir de ahí todo ha ido muy deprisa. En 2024 obutve el accésit del Premio Vitruvio de Poesía y por esa razón en febrero de este año ha salido publicada en la misma editorial Vitruvio La memoria de la piel. Me siento muy satisfecha, sorprendida por este reconocimiento y a la vez agradecida. Al jurado del premio, a mi editor Pablo Méndez, a Vitruvio y a todos los lectores que leen La memoria de la piel y me comentan cuál es su poema favorito. Es una experiencia increíble que le da una dimensión diferente a mi poesía.

2 – ¿Cuáles fueron sus primeras lecturas poéticas y qué autores le influyeron?

Como decía antes, entré en la poesía con el famosísimo libro de Gustavo Adolfo Bécquer, Rimas y leyendas, con El estudiante de Salamanca y la Canción del pirata de José de Espronceda, ambos autores integrados en el temario escolar de entonces. Antonio Machado fue una figura insoslayable y también recuerdo la impresión que me causó Blas de Otero y su famoso soneto que empieza: “Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte,”, que me impresionó sobremanera, sobre todo aquel fragmento, el hemistiquio que dice: “horror a manos llenas” referido a la vida del “hombre” así, en masculino. Federico García Lorca me dejó mucha huella, con su Romancero gitano, a pesar de que tardé en comprenderlo, y Miguel Hernández me pareció pura fuerza totémica.

Pero tampoco quiero dejar de hacer mención de la lírica tradicional, aquellos romances apegados a la oralidad y a la sencillez expresivas. Realmente, me he movido con unos cuantos referentes, no muchos, pero poderosos. Más adelante apareció Vicente Huidobro y su Altazor, un poemario portentoso, y otros nombres: Pablo Neruda, Octavio Paz, Cesare Pavese, Francisca Aguirre y su canto desolado que es Ítaca

Siendo franca, siempre he sido muy selectiva.

3.- ¿Cómo definiría a su poesía?

La imparcialidad del propio autor es casi imposible, pero si de lo que se trata es de saber cuál es la percepción que tengo de mi escritura, yo diría que me muevo entre lo sensorial y lo rítmico; entre el misterio de la existencia, con esa herida permanentemente abierta que supone vivir, en esa dialéctica. Como diría Miguel Hernández: 

Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida. 

4 -¿Cree que el poeta “evoluciona” en su escritura? ¿Cómo ha cambiado su lenguaje poético a lo largo de los años?

Por supuesto que sí, vivir es evolucionar y el poeta que no lo haga es que se ha enclaustrado en su torre de marfil y se niega a tomar contacto con la realidad, con el devenir de su propia existencia. Yo me nutro de la tradición literaria en la que me he forjado, por supuesto, pero también de los avatares y contingencias de la vida, de un propósito estético que se sobrepone a la escritura, a menudo de modo inconsciente, a través del cual se va moldeando la obra poética.

En mi caso, dado que no tengo un histórico al que recurrir porque solo he escrito dos poemarios, yo diría que no se aprecian grandes cambios. Si acaso, en mi último poemario me he vuelto más directa en la expresión, más pasional. Mi poesía se presenta con menos subterfugios y veladuras, a verso descubierto. Me he ido desvistiendo de un cierto pudor, me he atrevido a tener una voz propia, con el riesgo que eso representa. No ha sido premeditado, por supuesto.

5 – ¿Cómo siente que un poema está terminado y cómo lo corrige?

Cuando lo leo en voz alta y las palabras “encajan”, la sonoridad del verso me lleva al lugar del poema, cuando la coherencia interna del poema no tiene fisuras a mi juicio. Entonces me parece completo, se produce la alquimia: fondo y forma se ensamblan en un todo compacto. Es en ese momento cuando lo doy por terminado.

Si lo anterior no sucede, hay dos opciones: o encuentro el “fallo” y rectifico lo escrito, la palabra, el verso o los versos; o lo desecho y vuelvo a empezar. O lo abandono porque ese no era el camino, que también sucede, aunque no es lo habitual en mí. En definitiva, es un proceso muy intuitivo.

6 – ¿Cuál es el fin que le gustaría lograr con su poética?

Para mí la poesía es un fin en sí mismo. No practico “poesía para…”. Es decir, no le atribuyo una función ética, social, doctrinal, terapéutica ni nada de eso. No creo en ese tipo de poesía, aunque todos esos temas puedan estar implícitos porque, como decía antes, vivo en una realidad social y política determinada que inevitablemente me condiciona. Sin embargo, en mi exposición hay una contradicción implícita, porque la aspiración de cualquier poeta o escritor, más allá de la expresión del propio yo y de la mera función estética, es “conectar” con sus lectores, aunque solo sea uno, expandir lo que el yo poético ha deglutido y luego creado. Poíēsis en griego clásico es “creación” y en toda creación el “otro” refrenda la obra. 

De modo que la literatura es la lucha del “yo” por expandirse entre sus semejantes a través de una creación propia. El tema es complejo a mi modo de ver… 

7- ¿Qué lugar ocupa, para una poeta como usted, las lecturas en vivo?

Creo que los recitales conectan la obra poética con el público, son un termómetro que a cada autor le indican la “temperatura” de su propia poesía. Aportan una dimensión viva, real del hecho poético.

8 – ¿Qué opina de las nuevas formas de difusión de la palabra, ya sea en páginas de Internet, foros literarios cibernéticos, revistas virtuales, blogs, etc?

Simplemente me parece natural y lógico que se empleen los nuevos canales de comunicación para transmitir poesía o cualquier otro género literario. Bien usados son una herramienta increíble, permiten un alcance muy superior a los de los medios tradicionales.

9 – ¿Podría recomendarnos un poema de otro autor o autora que le haya gustado mucho?

Recientemente he descubierto la poesía de Jorge Pérez Cebrián, un poeta joven valenciano que me parece realmente bueno, prometedor. De cuánta noche cabe en un espejo, Premio de poesía Arcipreste de Hita 2021, ha sido para mí un hallazgo. Por ejemplo, este par de versos del poema titulado “El resto”: 

Su hombro es demasiado firme para el consuelo
demasiado afilado para el daño.

10 – ¿Qué libro está leyendo en la actualidad?

Entre dos nadas de Francisco Brines, poeta exquisito. Se trata de una antología consultada, realizada por otro gran poeta, Alejandro Duque Amusco, publicado en la editorial Renacimiento. Su palabra poética rezuma sabiduría.

11.-¿Qué consejos le daría a un joven escritor/escritora que se inicia en este camino de la poesía?

Que lea mucho, incansablemente, a los grandes poetas, a los consagrados y también a sus coetáneos. Mientras tanto, que escriba y vaya depurando su expresión, su estilo, hasta que encuentre su propia voz. Que sea exigente y nada autocomplaciente. Hay que tener respeto por el lector, que esa exigencia sea un motor de crecimiento. Y, sobre todo, que no desfallezca. El camino puede ser arduo, pero si es lo que desea, si siente que algo inexplicable lo empuja a seguir el camino de la poesía, entonces no puede rendirse.  

12.-¿Cómo ve usted actualmente la industria editorial?

Tal y como su nombre indica, es una industria. Sin más. El factor diferencial, el valor literario y artístico se ha devaluado absolutamente. Nadie habla ya de calidad en el mundo editorial, solo de ventas, proyección, marca personal, etc. Un modo de evadir y ocultar lo que de verdad debería importar. Como siempre, no todo está perdido. Es cierto que hay pequeñas editoriales que intentan suplir esas carencias, que son muchas, pero la guerra es de David contra Goliat. Su propósito es loable, pero es que no pueden ni remotamente competir con la “industria” editorial copada por los grandes grupos. No obstante, la poesía es resiliente por naturaleza. 

Yo diría que, de un modo impreciso, la poesía acabará encontrando acomodo en nuestro ecosistema de mercados y algoritmos de búsquedas por internet. Pero también creo que para hacerlo, para recuperar el prestigio perdido, la presencia, debe reconectar con el público, hablarle de tú a tú, ofrecerle una experiencia lectora y de escucha que valga la pena, que le aporte emociones irreemplazables. 

13.-¿Cuál es la pregunta que le gustaría que le hubiera hecho y no le he hecho?

¿Es necesario publicar libros para ser poeta? Creo que ese planteamiento abre un debate muy interesante hoy en día.

Antes de finalizar la entrevista, vamos a escuchar a la poeta recitar algunos de sus poemas.

Gracias por haber llegado hasta aquí.