Andrea Labinger, nuestra ‘corresponsal’ en Los Angeles (EEUU), nos hace llegar este poema de la poeta argentina Alicia Plante que se leyó el 2 de noviembre en la ceremonia de PEN Argentina para recordar y honrar a los periodistas asesinados en América Latina.

Aquí lo podéis escuchar y esperamos que lo disfrutéis.

Está cocinado.
A fuego lento
y con la tapa puesta
pero con cuidado
para que no derrame.
Y cerrando la puerta,
que no se oigan
los bufidos
del vapor.
Quizá se pegue, dijeron,
en el fondo generalmente
quedan rastros
rostros
restos.
Se pueden lavar con estropajo
pero no conviene
porque con el tiempo te lo prueban
y hay que empezar de nuevo.
Mejor esconder la olla,
tirarla al río
y que el periodista
se calle para siempre.
Si persevera,
si se empecina y
empeora el mensaje,
conviene quitarle la voz
de alguna manera,
porque lo que estaba por decir
sólo con bala
en la cabeza.
Vaciarle las ideas
y no confiar ni así,
que su palabra
es como un olor,
como ese olor que escapa
por las costuras
por los espacios libres,
que son pocos
pero siempre los encuentran.
Sinceramente te lo digo,
tenemos un problema.

Al compañero Rodolfo Walsh, modelo y paradigma, uno entre tantos que cunden como un olor.

Al compañero José Luis Cabezas, no nos olvidamos.