Asistimos al espectáculo de poesía multi-indisciplinada de las Hermanas del Desorden, también llamado Polipoesía & Rock’n’roll en el Espai Poe(tic) de Barcelona (España) el pasado tres de abril. De ellas solo sabíamos lo que habíamos leído en la entrevista que nuestra colaboradora Iris Almenara les hizo para la revista y lo que habíamos visto en este video promocional. Eso fue suficiente para querer ir a verlas y escucharlas. Pasamos un buen rato.

En su espectáculo, Ale Oseguera, Belén Berlín, Mad Pirvan, Laura Tomás en el bajo y Víctor Pérez, ‘El Becario’, en la percusión experimentan con los poemas que ellas mismas escriben con música original, teatro, danza y otros elementos escénicos. Nos gustó la puesta en escena efectista y el impactante uso del maquillaje. Un ejemplo de los poemas que escuchamos es ‘Jugando a la ouija con el dymo‘.

Ale es la más polivalente de las cuatro;  Mad me recordó a Helena Bonham Carter en Alicia en el país de las maravillas; Belén con su ukelele y un arrojo increíble a la hora de ponerse a cantar en inglés es quizás la que mejor representa la definición de ‘unidad en el caos absoluto’. Junto con la inicialmente hierática Laura, al bajo, todas nos hicieron pasar unos 90 minutos muy divertidos. Aquí una muestra de sus versiones.

Es un espectáculo construido con poemas que nos transportan entre risas a la complejidad del ser humano y la crítica social a través de voces muy distintas. La parte melódica y musical le da otra capa de significado. Son poemas y música honestos,  que emocionan, hieren, cabrean y enamoran.  Esta frescura, en un entorno donde la política nacionalista hispano-catalana parece haberlo inundado todo, pues la verdad se agradece. Estas chicas son un huracán de aire fresco que se lleva volando los malos rollos. Estos desaparecen en cuanto piden que el público interactúe con ellas cantando sus versiones de Rata de dos patas´ (Paquita la del Barrio), ´Like a virgin´ (Madonna) y La Llorona (Chavela Vargas).

A pesar de la precariedad en el que vive el mundo cultural honesto de nuestro entorno, las Hermanas del Desorden se merecen un puesto destacado.

La fiesta acabó como un auténtico desorden del mundo con la palabra entre multitud de vítores y aplausos. ¿Qué más se puede pedir?