Mabel apareció en Poémame en septiembre de 2022, pero no fue hasta este diciembre que comenzó a regalarnos su poesía.

Hay tantas formas de poesía como poetas. Creo que no hay dos iguales, cado uno siente y escribe como solo él o ella saben. Somos únicos y tenemos un sello propio y distinguible.

A menudo hablamos de quien nos influenció o quien nos influye, pero no escribimos igual que nadie. Solo son eso, influencias.

Mabel es ella en sus versos, es única como solo ella puede escribir. Tiene un trazo en verso que pinta la vida clara, transparente y preciosa. Algunas veces amarga. Se puede decir que su poesía respira.

El verso que incluyo en la foto de portada de este breve artículo, es el primer verso que leí de un poema suyo.

«En aquella esquina

donde duerme la línea recta

se curva mi corazón esperándote»

Y ya desde ahí me atrapó. Su poesía es así, una vez que empiezas a leer te agarra y ya no te suelta.

Adorna el verso con palabras sencillas y profundos matices. No apaga el sentido del lector con retórica hueca.

Dice en su poema “Metamorfosis”

Tienes que saber

cambiar el color del hilo

que cose tu vida a otra.

Un día te amaron

y otro dejaron de bordar corazones

para bordar amapolas.

Ya no te aman y lo sabes.

Duele por profundo y cierto, y esa profundidad y certeza, es la que te dice que necesitas saber más de ese “bordado en constante cambio de color”.

En el siguiente poema, describe unos gustos personales con los que me identifico:

Te invito a un café

Te invito a mi vida

a darte la mano y un café muy cargado

escuchando música de jazz.

A charlar de libros que ya están descatalogados

a echar unas risas mirando unas fotos antiguas

con ridículos peinados.

Te invito a quererte

a que dejes que te quiera, un rato nada más

sin tocarte, sin compromiso.

A ser como tú seas

a fumar o beber, aunque yo ni fumo ni bebo.

No te leeré un poema

ni intentaré estúpidamente enamorarte

ni tu ibas a querer ni yo podría.

Te invito a un café

sentadas en un sofá o en el suelo

de mi corazón, eso si

sin decirte ni un TE QUIERO

no vayas a pensar que al invitarte a un café

es algo más lo que pretendo.

Te invito a un café

luego, si tenemos tiempo y estamos a gusto

El Jazz, los libros, el café…la vida y un TE QUIERO que se quedó pendido en la comisura de los labios. Así es como yo lo veo y lo entiendo.

Pero para conocer mejor su poesía, te invito a visitar su rincón en Poémame .