Cuando el lector se introduce en Versos al margen, lo que realmente queda al margen es la vida. Uno entra en un mundo brillante de emociones y sentimientos que, de algún modo, envuelven y atrapan el alma para no soltarla.

El poemario, en su mayoría poemas breves y concisos que concentran en pocas líneas una esencia pura y emotiva, está estructurado en tres partes o capítulos que la propia autora nos presenta al inicio del libro, en una breve introducción:

I. Más que amor, donde los poemas se centran en amor y desamor.

II. Inspiración, donde la poesía parece fluir por sí misma.

III. Mis versos al margen, donde encontramos una parte más oscura, más esencial y quizás más íntima, son esos poemas que parecen salir desde algún recóndito pliegue del alma.

I. MÁS QUE AMOR

«Y es cuando sus palabras tropiezan

con su corazón,

que todo se derrumba…»

Marta deja unos pequeños versos al inicio de cada capítulo a medida de introducción, que ya nos ponen en pre-aviso de lo que vamos a encontrarnos: palabras, corazón y derrumbe. Tres vocablos que marcan la línea de este primer capítulo.

Veintiocho poemas, algunos de una intensidad abrumadora, y otros delicados como un susurro al oído, que nos muestran en pequeños matices todas las emociones que podría englobar el enamoramiento: fascinación, entrega, sentimiento y casi devoción. Pero también nos habla de tristeza, ausencias, e incluso de puede llegar a vislumbrar una parte oscura de la relación:

En el vaivén del tiempo
Calidez su dentellada
Y tu esposa me resuelvo
Frágilmente subyugada.

-Fragmento del poema Mi Contraluz

…el consuelo
De esta tristeza
Abrigándome
Con tus frías ausencias

-Fragmento del poema Zona de confort

A su vez, y casi ligado al tema menos plácido del amor, el que conlleva heridas, en el que hay batallas, entrevemos ese lado positivo que a veces suele rodear la poesía de Marta, y podemos ver esa parte femenina más fuerte, la de la mujer incansable que ama con todas sus fuerzas, a pesar de las heridas; la que siempre renace y se sobrepone. Veamos, por ejemplo el poema Guerrera, donde a pesar de perder, de arder y reducirse a cenizas, siempre vuelve, con más fuerza si cabe, dándole la vuelta a la situación y acabando convertida en su heroína:

Resurjo de sus cenizas
En cada batalla perdida
Anudando en mi brazo
Las heridas recibidas
Y aun dándome él
Por vencida
Siempre seré su heroína…

La sensación de plenitud sentimental también tiene su espacio, más grande que el dolor si cabe en este primer capítulo, y nos llega casi acompañada de música y estrellas, pues el lenguaje que usa Marta nos acerca inevitablemente a una magnífica atmósfera de destelles y sueños, todo envuelto en un fino velo de delicadeza y suavidad:

BESOS DE SEDA

Vuelan sus besos
Que en mí se quedan
 
Como caricias
Envueltas en seda
 
Y evoco sus labios
Prendidos en ella
 
Arrullo de amante
Para que duerma.

Un poema que casi parece que lo podemos tocar, y sentir su tacto sedoso entre nuestros dedos.

La intensidad en los versos de Marta es algo innegable; hay versos que son prácticamente sentencias, firmes sentencias-promesas que son absoluta entrega, amores que ni la muerte puede romper:

Si has de hacerlo
Muere en mí
Y vivirás
En mis adentros.

-Fragmento del poema Eternidad

Yo me quedaré en ti
Apartando tus espinas
Para que me hieran a mí.

-Fragmento del poema Para los restos
La poeta Marta Garrós.

II. INSPIRACIÓN

«Buscaba inspiración en las estrellas

sin saber que ya era polvo de estrellas.»

Los siguientes diecisiete poemas nos llevan a otro ámbito, otro tipo de emociones como la timidez, la resignación, y sensaciones como el tacto o el aroma, se dan cita y se entrelazan con elementos mágicos y estelares, creando un universo o un único mundo que une la emocional con lo real y el imaginario.

En este sentido, llama la atención del poema Hada Verde. Muchas veces, la poesía de Marta transmite ese ambiente mágico y como de fantasía y, en este poema, por primera vez nos aparece un ser mágico que esparce traviesa su narcótico elixir, la musa de la absenta, la poesía. Ahí es donde el lector, sin darse cuenta, se ve por un instante en la Francia del siglo XIX, y trae a la mente la imagen de Verlaine con su vaso de absenta entre las manos. Entonces se comprende que a menudo, lo que la autora intenta hacer en y con su poesía, es unir ese imaginario literario tan precioso con la realidad, la vida.

HADA VERDE

Esparce traviesa
Su narcótico elixir
 
Saciando poetas
Malditos de ella
 
Susurra en sus labios
Ebrios de absenta
 
Batiendo sus alas
Sin dejar de reír.

Sucede en este segundo Capítulo que nos aparece, al fin, la poesía japonesa, de la que Marta es Haijin y Senpai, en un Sedoka quem siguiendo la estructura de seis líneas seguidas 5-7-7-5-7-7, nos presenta un instante, como un cuadro, un sonrojo escondido detrás de un abanico y dedos temblorosos, en seis versos de gran belleza:

SONROJO

Un abanico
Como frágil guardián
Cubre su timidez
La suave de seda
Es baile entre los dedos
Palpitando el sonrojo.

Y le sigue otro llamado Shouganai, donde encontramos otro guiño hacia esa cultura en esa expresión japonesa que expresa la sensación de saber que hay cosas que no se pueden cambiar, y que son porque han de ser, ni más ni menos.

Poeta retoma esa atmósfera suave y delicada, casi lírica podríamos decir, en un poema que se nos presenta como aromático.

Y atesoran mis ojos
Quimeras preciosas
Cual rosa en un libro
Perfumando sus hojas

-Fragmento del poma Poeta

Y eso se repite en otro poema de este Segundo Capítulo. Si en el capítulo anterior teníamos un poema que casi se podía tocar, Besos de seda, ahora nos encontramos un poema que casi se puede oler, Préndeme Claveles, y nos percatamos que definitivamente, la poesía de Marta tiene tintes sensoriales, haciendo de un sentido, el eje del poema junto con los sentimientos:

Róndame con flores

Que de penas voy sobrada

Róndame esta noche

En mi reja perfumada

-Fragmento del poema Préndeme claveles

Y de esa sensación empírica, volvemos de nuevo, entrelazando realidad e imaginación, a la fantasía con Ondida, que nos evoca aquellas perversas ninfas del mar, que son capaces de embrujar con su risa. Así lo cuenta Marta, casi ahogada en la inspiración:

ONDINA

Canto un canto de sirenas
Me arrastró hacia su mar
 
Embriagada por su esencia
Besaba espumas y sal
 
Y aun sabiendo
Que me ahogaba
Me olvidé de respirar.

III. MIS VERSOS AL MARGEN

“Sólo el loco en su cordura,
                logra ver brillar,
                el lado oscuro de la luna”

Veintiún poemas que de repente oscurecen las estrellas anteriores. Se abre con Réquiem, un poema oscuro, lúgubre, que supone un alto contraste con la luz del capítulo anterior, las ninfas parece que se van apagando. Sería como entrar, quizás, en la parte más profunda del alma:

RÉQUIEM

Lágrimas muerde
Tras las cortinas
 
El borroso murmullo
Por despedida
 
Letras doradas
En comitiva
 
Perfilan el trono
Con letanías

Abunda en este Tercer Capítulo, un vocabulario que transporta a la oscuridad y a la tristeza: velas, cenizas, letanías, rosas negras, sangre, sombra, pozo, jirones, lluvia, duelo, llantos, lluvias, silencios… todo aparece un poco más crudo, un poco más áspero, un poco más triste.  

Desde un corazón que se va diluyendo, a llantos que rompen –Me quedo como una nube que enjaulada va rompiéndose hasta llorar-, de tormentas que rugen a dolorosas despedidas:

DESPIDIÉNDOTE

Nunca sabré
Dejarte ir del todo
Mi amor
 
Por eso
Me despido de ti
Poco a poco
 
Para que no duela
Tanto el adiós
 
Prefiero ir
Soltándote a trozos

Danza Inmortal llama la atención en este tercer capítulo porque, en medio de tanta oscuridad y dolor y tristeza, aporta un punto de luz, la línea general del capítulo hace un giro puntual, y de repente se llenan los ojos de luz y brillos:

Bailaré entre tules
Vaporoso incienso
Ritual de altares
Donde está tu cielo

-Fragmento del poema Danza Inmortal

Para cerrar el poemario, Marta nos deja un poema precioso que aparece como el cierre de un círculo, es lluvia por dentro y parece que el alma anegada sólo desea volver a ser tierra, a la pureza, al origen:

SOY LLUVIA

Lluevo por dentro
Y por fuera
Quiero llover
Esta nube
Que se aferra
 
Quiero llorar
Y confundirme
Hacerme agua
De la Madre Tierra

Versos al margen es el primer poemario de Marta Garrós Badal (Barcelona, 1966), publicado por Punto Rojo Editorial (2019). Sentimientos y emociones se entremezclan con esos tintes modernistas del imaginario y la realidad en más de sesenta poemas que configuran un poemario emotivo, mágico y auténtico.