Ali Al Hazmi Nacido en Damadd (Arabia Saudí), se licenció en Lengua y Literatura Árabes en la Facultad de Lengua Árabe de la Universidad de Umm Al-Qura. Ya en 1985, Ali empezó a publicar sus poemas en diversas publicaciones culturales locales y árabes internacionales, como The Seventh Day (París), Creativity (El Cairo), Nazoa (Ammán) y The New Text. Ha participado en varios Festivales Internacionales de Poesía, entre ellos; Costa Rica (2013), España (2014), Uruguay (2015), Cuba, Colombia y Turquía (2016), Italia y Rumanía (2017) y España (2018). Su obra ha sido traducida a numerosos idiomas y entre sus publicaciones destacan: Una puerta para el cuerpo (1993), Pérdida (2000), El ciervo bebe su propia imagen (2004), Cómodo en el límite (2009) y Ahora en el pasado (2018). Entre sus premios destacan: Medalla de la Poesía (Uruguay, 2015), The World Grand Prize for Poetry, (Rumanía 2017), el Premio Verbumlandi (Italia, 2017) y Mejor Poeta Internacional (China, 2018). Global IconAward (Italia, 2020). Premio italiano «Colores del alma» (Italia, 2021).

3-Plazas

Cuando cae la oscuridad,

el silencio envuelve las zonas orientales de la ciudad;

Y cuando las calles arrastran los pies de los peatones a casa

de regreso de las miserables citas del norte,

Aún así, las reliquias del amor perfuman

permanecen postergadas en las plazas;

Ellos deambulan desesperados por los pasadizos;

O preparan para el anochecer

el sentido de las preguntas en los labios perturbados.

4-Un látigo

Una acera dormía con unos chicos que la cubrían

de la escarcha nocturna con sus cuerpos ardientes.

Antes de volar hacia sus sueños,

ajustaron sus ropas polvorientas alrededor de sus pequeños cuerpos

con sus espíritus profundamente derrotados,

y se quedaron dormidos.

A pesar de su retirada de la loca carrera por la supervivencia,

sin prestar atención a sus cuerpos amontonados,

tendidos en el fuego de las tierras desnudas,

autos apresurados arrojan el agua de los charcos

sobre sus rostros-

una escena anárquica que prolonga la miseria que brilla

en los ríos de sus ojos.

Cuando los sueños se convierten en su camino hacia la seguridad,

los autos giran apresuradamente a la derecha

y arrojan sobre ellos la sombra de un látigo ciego llamado dolor.

5-Esclavitud

Esas damas que recuestan la espalda contra las farolas,

al final de este pasaje,

practican el amor con deseos sacrificados;

Y anhelan una ausencia que sepulte

las agonías de sus tiernas almas,

en un tiempo que ha capturado sus lunas en su jaula,

donde conquistan, en la imagen de un hombre estallando

en el fuego de sus camas,

otros hombres que alguna vez las traicionaron

y huyeron con las flores de sus sueños.

Por lo tanto, hacen una trampa majestuosa para los transeúntes

exponiendo sus sedosos cuerpos

y lanzando suaves palabras extáticas a su paso.

Algunos hombres caen en la trampa

al responder a la miseria de sus flores

cuando un esclavo cae inesperadamente

a sus pies.

Estos poemas pertenecen a la serie denominada “Un pulmón de ciudad atestado de derrotas”.

Traducción al español por Mariela Cordero


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